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Histórico acto por la soberanía del Paraná y la Construcción del Canal de Magdalena

En la ciudad de Rosario, la CTA Autónoma junto a las organizaciones hermanas congregadas en la Mesa Coordinadora de la Soberanía de la Vía Troncal Paraná – Paraguay protagonizó una jornada de lucha planteando la re estatización de las vías navegables, la derogación del decreto 949/2020, y la construcción del Canal de Magdalena.

De esta forma las acciones que iniciaron el día de ayer en La Plata frente a la Legislatura con el acto de la CTAA, la CTA de los Trabajadores, la CGT, la Corriente Federal y diversas expresiones territoriales, confluyeron en caravana con delegaciones provenientes del norte y la capital de Santa Fe y provincias del litoral (Corrientes y Entre Ríos) en el Monumento Nacional a la Bandera, para marchar a la Bolsa de Comercio de Rosario.

Oscar de Isasi, Secretario General de la CTAA Bonaerense valoró la tarea de la Mesa Coordinadora de la Soberanía de la Vía Troncal “que ha estudiado profundamente y nos ha enseñado cuánta riqueza se fuga por el Paraná – Paraguay y esa ruta del coloniaje que es el Puerto de Montevideo”. El dirigente puso en relevancia “el dato político de estas construcciones colectivas generadas en el Congreso de la CTAA del mes de diciembre, cuando definimos como prioridad construir una Marcha Federal con todos los argentinos y las argentinas que piensen como nosotros para poner de pie una propuesta que nos permita salir de la crisis generada por el neoliberalismo y profundizada por la pandemia, basada en la soberanía, el trabajo digno y la producción”.

En ese marco, “se encuentra el desafío de construir fuerza organizada para recuperar los puertos privatizados y la salida soberna al mar desde la Cuenca del Plata. Asumimos ese desafío, y lo queremos construir en unidad y masividad porque ya tenemos experiencia” y es por eso que “definimos abrir los brazos y juntarnos con el conjunto de movimiento obrero y con el conjunto del movimiento social que quiere poner de pie una propuesta con salida liberadora”, y es por ello que “estamos muy felices de estar aquí con la CTA de los Trabajadores, la Corriente Federal y con las distintas expresiones de los Movimientos sociales, porque la unidad y masividad hizo posible la derrota del consenso neoliberal de Macri. La unidad y la masividad que derrotaron el consenso neoliberal que venía a quedarse por 20 años, hará posible que recuperemos la soberanía del Río Paraná y construyamos el Canal de Magdalena para millones de compatriotas lo necesitan”.

Por ello, subrayó que “nuestra CTAA ratifica el compromiso de seguir construyendo pueblo por pueblo, ciudad por ciudad, en los sectores de trabajo consenso, transformar ese consenso en organización para que seamos miles y miles los que lleguemos a la Plaza de Mayo a defender la soberanía fluvial, marítima, lacustre y de aguas subterráneas”, y expuso “nos quieren hacer creer que la Argentina es un país pobre, pero nosotros decimos que es un país rico cuyo problema es que la riqueza está concentrada en pocas manos” y “las multinacionales que operan en 14 puertos de los 18 importantes, capital belga, norteamericano, francés y chino tienen mucho que ver en esa concentración”.

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Seguidamente convocó a la “unidad con los desocupados, con los estables, con los del sector privado, los de la economía popular, los estales, e ir a buscar al hombre y la mujer de a pie que están trabajando y sobreviviendo todos los días, si tiene la suerte de tener trabajo. Tenemos que plantear que el destino de la vía troncal del Paraná tiene que ver con su suerte cotidiana” e invitar a “imaginar que con esos 54 mil millones de dólares que se fugan año tras año por el Paraná, parte se quede para la salita del barrio, la estufa de la escuela en invierno, para generar empleo, para abordar y resolver la emergencia alimentaria. Tenemos que ligar la disputa por la estatización de la vía troncal del Paraná con la capacidad de mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo”.

Finalmente De Isasi dijo “la construcción del Canal de Magdalena tiene que ver con razones logísticas de la disputa antártica. Ello fundamenta la necesidad de recuperar la salida al mar. En Punta Arenas Chile está armando una infraestructura de cara a la Antártida y los ingleses en Malvinas. Debemos recuperar la salida al mar para tener la mejor posición en esa disputa. El canal de Magdalena significa abaratar la vida de millones de compatriotas que viven en la Patagonia”, y su construcción combinada con la recuperación de la Vía Troncal del Paraná – Paraguay “significa reactivar la industria naval, y en ese marco que el Astillero Naval Río Santiago vuelva a ser ejemplo de construcción de barcos como lo fue alguna vez en latinoamericana, y que esos barcos lleven bien alto la bandera argentina”.

“Soberanía ambiental y económica para recuperar y democratizar la felicidad”

A su turno, el Diputado Provincial por el Frente Social y Popular de Santa Fe Carlos Del Frade manifestó orgullo por que se haya desarrollado el acto “en esta que es la ciudad de Ernesto Che Guevara, la ciudad de la rebeldía”, y reivindicó a las compañeras detenidas desaparecidas “que en las mazmorras de la dictadura, acá nomás a tres cuadras, se reivindicaban revolucionarias. 6 de cada 10 de ellas tenían menos de 35 años”.

El legislador agregó “en Rosario había que apagar la Revolución y vinieron acá a la bolsa de comercio en septiembre de 1977, cuando Ramón Genaro Díaz Bessone, en aquel momento Ministro de Planeamiento de la dictadura, dijo ‘alfombra roja en la bolsa de comercio de Rosario. Hicimos el golpe para defender al capital y a la empresa privada’. Nada de San Martín, nada de ser nacional: sangre derramada de trabajadores acá en 1977”, enfatizó.

“40 años después, el presidente de la bolsa de comercio de la ciudad de Rosario se llama Alberto Padoan, dueño de Vicentín, la empresa que fue el jugador del macrismo que nos robó como pueblo 791 millones de dólares entre agosto del 2019 y enero del 2020. Pero el problema serio es que esta gente domestica la cabeza de los grandes partidos políticos y les hace pensar que los planes económicos y políticos son los que imponen las multinacionales y por eso nos roban el Paraná, por eso no controlan que por ahí entran esa droga y esas armas que matan nuestros pibes y nuestras pibas” y es por ello que “controlar el puerto es proteger la soberanía de los que más queremos, nuestras hijas y nuestros hijos. Es un festival del narcotráfico y de las armas las exportadoras que tenemos acá”.

Del Frade luego denunció que “el dinero que se llevan las exportadoras no solamente está manos extranjeras, sino que está en manos de delincuentes y no podemos permitirlo” y criticó al gobierno de la ciudad de Rosario que “está gobernada por resignados, como está quebrado ideológicamente también el gobernador de la provincia (Miguel Lifschitz)”.

“Nosotros votamos un gobierno nacional y popular, y si no hacen medidas nacionales y populares se vuelve antinacional y antipopular. No puede ser que en Argentina, que va a exportar 90 mil millones de dólares, 9 de cada 10 trabajadores estén por debajo de la línea de la pobreza. Eso no es peronismo. Eso no es nacional ni popular. Eso es anti nacional y antipopular”, continuó Del Frade, que concluyó diciendo “se tiene que despertar el gobierno: recuperemos Vicentín. Recuperemos el comercio exterior argentino para nuestro pueblo, porque si no lo que está en juego es la vida de nuestras pibas y nuestros pibes. Soberanía ambiental y soberanía económica para recuperar y democratizar la felicidad”.

Claudia Baigorria, Secretaria Adjunta de la CTAA Nacional expresó “es un orgullo acompañar este acto masivo y unitario” y contó que “tal cual lo hicimos esta mañana en conferencia de prensa, seguimos diciendo que es estratégica la recuperación del a soberanía sobre nuestro querido río Paraná y todo lo que es la cuenca fluvial y marítima, exigiendo la derogación del decreto 949/2020 porque todo lo que se produce en estas tierras verdaderamente tiene que estar en manos del estado argentino que tiene que hacerse cargo de su administración”.

La dirigente afirmó que “de esa forma recuperar la flota naval, generar mano de obra para la construcción del Canal de Magdalena y la flota mercante” y concluyó sosteniendo que “para hablar de esta patria justa, libre y soberana estas riquezas tienen que quedarse nuestra tierra y ser distribuida para sacar al más de 50% de argentinas y argentinos que están en situación de pobreza” y en ese marco “desde la CTAA vamos a seguir trabajando por la unidad, construyendo poder popular para alcanzar nuestros sueños”.

Estuvieron presentes dirigentes de la Mesa Provincial y regionales de la CTAA Bonaerense como Pergamino, San Nicolás, Malvinas Argentinas, Moreno, Territorial Abasto, La Plata, Pilar, Ramallo, San Pedro, Zárate, Baradero, Escobar y Merlo.

GALERÍA

Cobertura Colaborativa Equipos de Comunicación de la provincia de Buenos Aires y la provincia de Santa Fe.

FUENTE: ctabuenosaires.org.ar/

Clamor para no volver a resignar el Paraná

Frente a la Bolsa de Comercio como símbolo del lobby empresario, la movilización reclamó al Gobierno que dé marcha atrás con la re privatización del río.

La caravana federal en defensa del río Paraná y del canal Magdalena concluyó ayer en Rosario con un acto masivo que llenó plaza Pringles, a las puertas de la Bolsa de Comercio, símbolo de los intereses económicos que avanzan con el proceso licitatorio para renovar la privatización de la explotación del curso fluvial, la hidrovía Paraná – Paraguay por donde sale el 80% de la exportación agroaceitera. Un clamor popular, transversal entre agrupaciones políticas, gremios y organizaciones sociales, dirigidas al Gobierno nacional, al Poder Legislativo, para derogar el decreto 949/2020, con el que «se pretende volver a concesionar el río Paraná para mantenerlo en manos extranjeras», denunciaron desde el escenario montado en Paraguay al 700.

Mientras por cientos de camiones y toda clase de vehículos llegaban desde provincias vecinas hasta el mediodía a Rosario en el tramo final de la caravana, la pantalla local de televisión, sus redes sociales, y micrófonos de radio azuzaban a la audiencia con apelaciones al fastidio público por los trastornos en el tránsito vehicular y no por la pérdida estratégica del país ante la re privatización del río. El lobby empresarial llegó al punto de continuar con una inusitada intervención de una funcionaria municipal –la secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayrú– que corrió vallas de seguridad por mano propia, en discusión abierta con militantes que las habían colocado porque temían alguna intromisión adrede para enturbiar la manifestación popular.

Pese a todo, la procesión transcurrió masiva y en paz, cruzó bulevar Oroño hasta el río, llegó al Monumento, y avanzó por calle Santa Fe hasta la sede de la Bolsa de Comercio que había cerrado su portal de rejas detrás de un cordón de policías.

«Por aquí hay un montón de empresas extranjeras que se llevan nuestras riquezas y nos dejan el hambre de nuestro pueblo. Por eso decimos que no, que basta, porque el comercio exterior debe volver a ser argentino. Que el presidente y el Congreso se den cuenta de que no pueden vivir de espaldas al río, al pueblo», enfatizó el primer orador, Mempo Giardinelli.

«Los medios no dicen una palabra, están pagados por los poderes extranjeros. Con esto hacemos visible a todo el país lo que ocurre. Es una causa nacional tan grande como las Malvinas, no podemos entregar el Paraná»

Mempo Giardinelli

«Las concesiones funcionaron como privatizaciones y hoy en 1300 kilómetros de río Paraná no hay una sola bandera argentina. Me enferma eso. No pagan impuestos, no permiten que entre Senasa, se burlan de la Afip, no entra ni Prefectura Naval. ¿Son los dueños del río acaso? En ningún lugar del mundo el río se privatiza, solo en Argentina. Es un disparate universal. En Estados Unidos nadie toca un río si no está autorizado por la Marina. Esta es la lucha que venimos dando, nos une el amor a la Patria», reforzó.

En la previa circulaban en redes datos extraídos del libro Argentina sangra por las riberas del río Paraná, de Luciano Orellano. Veintiún puertos (16 de propiedad extranjera) que atienden 2.400 buques al año, que facturan USD 35 mil millones, bajo sospecha de subfacturación, triangulación de operaciones para elusión fiscal, evasión y lavado en paraísos fiscales. El caso Vicentin como apoteosis de ese ganancioso ecosistema.

Resistencia en Rosario, lobby en Chaco

Enfrente coexistieron banderas de la CTA y CTA Autónoma, el Sindicato de Camioneros como representación de la CGT, Corriente Clasista y Combativa y una heterogénea multitud de organizaciones que colmaron la plaza.

Como paradoja, en Chaco sesionó el Consejo Federal de la Hidrovía, donde Nación y los gobernadores litoraleños, más la voz y el voto de la corporación privada, negocian el perfil de lo que será la próxima concesión, por el momento, inexorable. El Ministerio de Transporte ahora le llama «vía navegable troncal» y le propone obras de infraestructura y más negocios fluviales a los gobernadores. La intención de fondo del lobby agroexportador es dragar el canal hasta 38 pies, lo que aumentaría la capacidad de exportar pero impactaría negativamente a nivel ambiental.

«En la Bolsa de Comercio de Rosario se congregan las grandes empresas multinacionales, la UIA, la Sociedad Rural, los agroexportadores, la megaminería, la industria del acero. Son 42 empresas que fijan el valor del dólar y de los alimentos, que manejan la nación. Son el enemigo del pueblo y dejan en la pobreza a millones de compatriotas», disparó Oscar Verón, delegado de ATE en Vías Navegables.

Oscar De Isasi (ATE – CTA Autónoma) dijo: «El dragado, balizamiento y peaje están en manos de una empresa multinacional. La estatización de la vía troncal del Paraná permitiría capturar gran parte de esa renta, que debería ser invertida en salud, educación, mejores salarios y creación de empleo», evaluó.

De guantes blancos y quebrados

A su turno, el diputado Carlos Del Frade repasó la historiografía obrera y política de Rosario para concluir en que es una «ciudad rebelde», y con el índice apuntado al edificio bursátil recriminó al empresariado local haber recibido «con alfombra roja» al general represor Genaro Díaz Bessone en el ’77, y 40 años después haber ungido como presidente de la BCR a Alberto Padoan, ex CEO de Vicentin: «El fugaducto del macrismo que nos estafó a todos en USD 791 millones y domesticó a los partidos políticos de mayoría».

Acusó a la clase empresaria local de «robarnos el Paraná y bancar un sistema que mata a nuestros pibes con la droga y con balas». Del Frade reclamó la atención de Alberto Fernández: «Presidente, la riqueza está en manos extranjeras y de delincuentes», clamó.

No pasó por alto el incidente previo con la funcionaria municipal y le pegó sin nombrarlo a Pablo Javkin: «Esta ciudad que casi nos impide hacer el acto porque está gobernada por resignados, por quebrados ideológicamente». Siguió con el peronismo: «No es un gobierno popular si 9 de cada 10 trabajadores está bajo la línea de la pobreza».

Luciano Orellano exhortó a masificar el pronunciamiento popular en esta causa.

“Estamos frente a la oportunidad de recuperar nuestro río y que no se vuelva a privatizar”

Luciao Orellano

«Hoy hay una riqueza inédita por los altos precios internacionales, pero eso no se traduce en felicidad para el pueblo sino en el calvario de la inflación. Y estos –dijo señalando a la sede de la BCR– son la usina ideológica. Falta voluntad política», dijo.

Cerró la lista de oradores Hugo Yasky. El secretario general de la CTA de los Trabajadores y diputado por el Frente de Todos advirtió que «no hay justicia social sin distribución de la riqueza y no hay soberanía si los argentinos no son los dueños de los resortes de la economía». En ese sentido, sintetizó: «El río Paraná es símbolo de esa soberanía que hay que recuperar”.

El acto terminó con miles de voces cantando el Himno Nacional, brazos en alto, algunos con el puño, otros con dos dedos en «V».

FUENTE: Página 12

Malvinas y Lago Escondido: enclaves coloniales en territorio argentino

El ataque a nuestra soberanía no solo ocurre en las islas. También con el accionar de los grandes grupos económicos extranjeros.

Hace pocos días, el pasado 10 de junio de 2022, conmemoramos el 193° aniversario de la creación de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos por parte del Gobierno de la provincia de Buenos Aires.

El 3 de enero de 1833, el ejercicio efectivo de la soberanía argentina fue interrumpido mediante un acto de fuerza llevado a cabo en tiempo de paz por parte del Reino Unido, que ocupó ilegalmente las islas mediante un brutal acto de usurpación.

172 años después, se inició el conflicto bélico en Malvinas. El horror duró 74 largos días y dejó como saldo 672 jóvenes argentinos que perdieron la vida, según datos oficiales.

El hundimiento del ARA General Belgrano fue uno de los episodios más crudos y tristemente recordados por ser atacado a traición, fuera de la zona de exclusión. Fueron 323 los muertos, por supuesto, todos del lado argentino. Otro hecho que también quedó guardado bajo un manto de impunidad. Desde entonces, el Reino Unido mantiene una cerrada negativa a reanudar el diálogo con nuestro país.

En 2016, el pacto conocido como “FORADORI-DUNCAN”, firmado por el ex viceministro argentino Carlos Foradori, removió todo obstáculo para que Inglaterra explote inescrupulosamente la pesca y los hidrocarburos. Se suma a ello, la injustificada presencia militar de Inglaterra en nuestras Islas. El complejo de bases militares británicas “Mount Pleasant Complex” (Monte agradable), localizado a 45 kilómetros al sur de Puerto Argentino, incluye una base aérea y otra de lanzamiento de misiles. Es el centro más importante de toda Latinoamérica que integra el dispositivo de seguridad global de la Otan.

Pero el ataque a nuestra soberanía no solo ocurre en nuestras Islas Malvinas.

A partir de la dictadura militar en Argentina, la presencia de grandes grupos económicos extranjeros aprovecharon nuestras leyes débiles y permisivas para comprar grandes extensiones de tierras, con lagos, ríos, glaciares y hasta caminos públicos, que fueron vendidos como parte de esos negocios inmobiliarios.

La ley 26.737 creó el “Régimen de protección al dominio nacional sobre la propiedad, posesión o tenencia de las tierras rurales”, con el fin de controlar la venta y la extranjerización de nuestro territorio en 2011, pero cinco años más tarde, el decreto 820/2016, volvió a permitir la profundización del proceso “extanjerizador”.

El caso del empresario inglés-norteamericano Joe Lewis, quizá sea uno de los más emblemáticos para demostrar la impunidad con la que se mueven empresarios británicos en un país, que aún llora a sus muertos de Malvinas.

En 1996 adquirió el campo que rodea totalmente al Lago Escondido, de 8.063 hectáreas, ubicado entre las ciudades de El Bolsón y San Carlos de Bariloche. El negocio inmobiliario se llevó a cabo mediante una triangulación fraudulenta contra las leyes argentinas que prohíben la compra por parte de extranjeros de tierras en zonas de frontera. Esta maniobra es investigada por la Justicia, pero aún sigue impune. A partir de entonces, los ciudadanos y ciudadanas argentinas, nos encontramos imposibilitados a acceder a uno de los lagos más hermosos de la Patagonia argentina en condiciones de seguridad.

En 2016, el ex procurador del Tesoro, Dr. Balbin, solicitó al entonces Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que inicie la “Acción de lesividad”, para declarar nula la compra del campo y recuperar para el Estado Argentino, las tierras que rodean el Lago Escondido.

La respuesta de Frigerio fue negativa, considerando que estaríamos ante “un dispendio judicial“. Esta negativa, detonó la denuncia penal presentada por el ex senador Pino Solanas.

El largo peregrinar ante la Justicia rionegrina de ciudadanos y organizaciones sociales, indígenas y ambientales en pos de garantizar el libre acceso al Lago Escondido, lleva 17 años. Una causa judicial en la cual pasaron más de 28 jueces, y con una demora en su cumplimiento que lleva más de 13 años, donde el abuso de la jurisdicción o abuso procesal, resultó más que evidente.

Con casi dos décadas de lucha, puedo afirmar que la impunidad no ha cesado: los accesos al lago escondido siguen cerrados, la guardia armada vinculada al magnate continúa atacando a los vecinos sin consecuencias legales, tal lo ocurrido los días 8 y 9 de febrero de 2022 con los militantes de Fipca, y el espejo de agua sigue afuera del corredor turístico de la provincia de Río Negro.

Y quizá, lo más grave para nuestra seguridad nacional, es que este mismo ciudadano inglés haya construido y operado por años el aeropuerto más sofisticado de la Patagonia argentina, ubicado en la costa atlántica, en zona de fronteras y en el estratégico paralelo 42°, a tan solo dos horas de vuelo de nuestras Islas Malvinas.

Hace pocos días se conoció una resolución de la Inspectora General de la Justicia por la cual se pidió la nulidad de la sociedad Hidden Lake S.A de Joe Lewis por el incumplimiento de sentencias judiciales firmes y sus gravosas consecuencias hacia la comunidad.

A 40 años de la gesta de Malvinas, y en honor a nuestros caídos, ex combatientes y de todos los argentinos y argentinas, llegó la hora de decir basta. Nuestro Estado de Derecho no admite privilegios. Tampoco tolera la presencia de enclaves coloniales antiguos o nuevos que pongan en peligro nuestra soberanía.

FUENTE: Tiempo Argentino

YPF, una historia marcada por los vaivenes políticos de la Argentina

Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) cumple el 3 de junio 100 años de su fundación, cuando el Estado nacional creó la Dirección General de la compañía, hito fundamental en la historia de la industria petrolera local, que marcó no sólo buena parte del desarrollo productivo del país sino que acompañó los vaivenes políticos y sociales de la Argentina.

Los antecedentes de YPF pueden encontrarse en el descubrimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, en 1907, por parte de un grupo de operarios que cavaba pozos en busca de agua y se encontraron con el «oro negro».

Ilustración Pablo Blasberg

En 1910, bajo la presidencia de José Figueroa Alcorta, se creó la Dirección General de Explotación del Petróleo, con el objetivo de regular la actividad de las compañías extranjeras que comenzaban a establecerse en el país.

Los cambios más significativos comenzaron a producirse a partir del 3 de junio de 1922, cuando el Estado nacional, durante el mandato de Hipólito Yrigoyen, creó por Decreto la Dirección General de YPF, convirtiéndola en la primera petrolera estatal integrada verticalmente en todo el mundo.

En octubre de ese mismo año asumió la presidencia Marcelo Torcuato de Alvear, quien nombró al general Enrique Mosconi como director general de YPF, cargo que ocuparía durante ocho años y que significó un impulso decisivo a la actividad y a la expansión del nacionalismo petrolero.

Debido su carrera militar, Mosconi consideraba a YPF como un instrumento de patriotismo argentino a tal punto que la defensa de la empresa se transformaba en la defensa de la soberanía nacional, al tiempo que valoraba las intervenciones empresariales en relación a la vivienda obrera, a la asistencia educativa y sanitaria.

En 1930, Mosconi renuncia forzosamente y se exilia tras el golpe de Estado que encabezó el general José Félix Uriburu, lo que dio lugar a la llamada Década Infame, el puntapié inicial del avance del capital extranjero en la actividad petrolera.

Durante las primeras dos presidencias del general Juan Domingo Perón, YPF fue una de las empresas estatales que contribuyeron al nacimiento de muchas localidades, colaborando en la construcción de infraestructura, asignando viviendas, promoviendo la creación de escuelas y hospitales para sus empleados, sus familias y la comunidad.

La producción de petróleo pasó de 2.300.000 toneladas en 1946 a 7.500.000 en 1955. YPF creció de modo significativo con el peronismo, siguiendo el horizonte de nacionalización de los recursos naturales que se plasmó en la Constitución Nacional de 1949.

Ese mismo año se inauguró Gas del Estado y se tendió el gasoducto más largo del mundo financiado con capitales nacionales; en ese entonces, el 54% del petróleo consumido era nacional, un ritmo de desarrollo estuvo nuevamente demorado con la irrupción de un nuevo golpe militar en 1955.

El autoabastecimiento se obtuvo por primera vez durante la presidencia de Arturo Frondizi, en el marco de su «batalla» del petróleo (15.600.000 toneladas), por la cual, además, Argentina estuvo en condiciones de exportar petróleo por primera vez en su historia.

Tras el Golpe militar de 1962, asumió en 1963 Arturo Illia, quien ordenó anular los contratos petroleros con compañías extranjeras firmados por Frondizi; lo cual llevó a YPF a una pérdida del autoabastecimiento, de la producción petrolera y de la perforación de nuevos pozos.

Con la llegada del presidente de facto Juan Carlos Onganía, YPF perdió el monopolio ya que esa administración abrió las puertas a nuevas concesiones.

En 1976, llegó una nueva dictadura cívico militar –la autodenominada Proceso de Reorganización Nacional- y en este contexto se designó como interventor de YPF al General de Brigada Juan Carlos Reyes.

Durante ese ciclo, la política petrolera consistió en la intervención ascendente de las empresas privadas en detrimento de la firma estatal: se desfinanció la compañía ya que el Ministerio de Economía retenía una parte del precio de la nafta en el surtidor; se alcanzó una deuda de 1.613% hasta llegar a los US$ 6.000 millones y se despidieron a 13.000 empleados; mientras que hasta el momento se tiene conocimiento sobre otros 30 detenidos desaparecidos.

Con la llegada a la presidencia de Carlos Saúl Menem, YPF comenzó su proceso de privatización: entre 1991 y 1992 dejó de ser una Sociedad del Estado y se convirtió en una Sociedad Anónima.

En 1999 fue vendida a la firma española Repsol, que adquirió el 14,99% de las acciones en aproximadamente 13.500 millones de euros, pero la experiencia privada rápidamente reflejó una caída de inversión, la consecuente merma de producción y a la falta de proyectos de exploración el agotamiento de los yacimientos maduros.

El 16 de abril de 2012, la por entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, motivada por la disminución de las reservas de petróleo y la voluntad de retomar el control estatal de la petrolera, presentó el proyecto «Soberanía hidrocarburífera de la República Argentina» para que el Estado Nacional recupere la propiedad de YPF y asegurar el autoabastecimiento energético del país.

En su discurso, Cristina Fernández remarcó que el modelo elegido no era de estatización sino de «recuperación de la soberanía y del control de un instrumento fundamental», lo cual alejaba a YPF del modelo del nacionalismo petrolero del siglo pasado.

Así, el Estado nacional declaró el 51% del patrimonio de YPF de utilidad pública y sujeto a expropiación; de ese 51% expropiado a Repsol y a la familia Ezkenazi, un 49% iría a las provincias y el 51% restante al propio Estado.

Con lo cual, además de su centenario, YPF también celebra los 10 años de su expropiación, con grandes desafíos a mediano plazo para incrementar su producción con el incremento de infraestructura de transporte, como la construcción del gasoducto Néstor Kirchner en Vaca Muerta, anunciado en abril último por el presidente Alberto Fernández.

El nuevo gasoducto conectará el parque industrial Tratayen (Neuquén) con la ciudad bonaerense de Salliqueló (558 kilómetros) y se estima que esté finalizado para el invierno de 2024, lo que promete abrir una nueva etapa para Vaca Muerta y para la petrolera nacional, en particular.

FUENTE: Télam

El gran simulador

La IGJ denuncia las “estructuras ficticias” creadas por Joseph Lewis para ocultar sus propiedades

En menos de 20 días, un organismo de contralor nacional pidió la liquidación de dos sociedades anónimas del magnate Joseph Charles Lewis que funcionan en la Argentina bajo el control final de firmas offshore radicadas en las islas Bahamas, un paraíso fiscal. La Inspección General de Justicia (IGJ) solicitó la liquidación del Grupo HL Sociedad Anónima, –continuadora de Hidden Lake Holdings SA y conformada en 2011– por numerosas irregularidades e incumplimientos a la legislación vigente, en un dictamen notificado el viernes 6 de mayo. La medida es igual a la dispuesta en abril para Hidden Lake SA, que se radicó ante un juzgado porteño.

Grupo HL SA es accionista de Hidden Lake SA, la firma propietaria de cerca de 12.000 hectáreas en la zona andina de Río Negro que impide el acceso al lago Escondido con el respaldo del gobierno provincial. A fin de mes vence el plazo para que la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Familia y de Minería de Bariloche emita un fallo que obligue (o no) a cumplir una sentencia por la que tanto el Estado de Río Negro como la empresa deben garantizar el libre acceso a la costa del lago y a sus aguas públicas por el camino de acceso más corto y de más fácil transitabilidad.

Este segundo dictamen de la IGJ sobre la constelación empresaria ratifica que Joseph Charles Lewis tiene residencia en Bahamas, donde se formó Armstead Ltd., que controla a Twinleaf Holding LLC, inscripta en Florida, Estados Unidos. Twinleaf se formó en 2012 sin ningún capital social; aun así, meses después inició los aportes al Grupo HL, por los que Lewis pasó de tener el 90% del capital a menos del 1%, situación que no se ajusta a la legislación argentina vigente. En su resolución sobre el Grupo HL, el titular de la IGJ, Ricardo Nissen, golpeó directamente a Marcos Marcelo Mindlin, ya que la firma investigada tiene el 45% del paquete accionario del Grupo Dolphin Holdings SA, que inyecta recursos al empresario argentino. Pampa Energía SA de Mindlin es uno de los actores que más se expande en Vaca Muerta con un fuerte plan de inversión.

Baúl 1

En agosto de 2011 se formalizó la creación de Hidden Lake Holding SA, conformada por Lewis (90% de las acciones) y su hija Vivianne Clare Lewis (10%). El directorio quedó a cargo de Bernardo van Ditmar, operador inmobiliario con domicilio real en el country Arelauquen, de Bariloche, aunque para este trámite lo fijó en el establecimiento lago Escondido, del paraje El Foyel. Dos años después se cambió el nombre por el actual Grupo HL y se introdujeron cambios en la sociedad, entre ellos la incorporación al directorio de dos jóvenes de El Bolsón, empleados sin trayectoria empresaria. Todas las actuaciones las realizó Diego Martín Salaverri, socio fundador del estudio jurídico Salaverri /Burgio / Wetzler Malbrán. Con ese aumento de capital, la offshore quedó con el 99,24% del paquete accionario. En ese momento, además, se designó como miembro del directorio a Jefferson Voss, hombre de Tavistock Group, que ni siquiera fijó un domicilio en el país para el trámite. Entonces se inyectó capital a través de Twinleaf Holdings LLC, sociedad extranjera inscripta en la Provincia de Buenos Aires.

Según el dictamen de Nissen, Twinleaf se conformó para operar en la Argentina sin tener ninguna otra inversión documentada.

El 16 de marzo pasado se notificó a Grupo HL de la investigación administrativa interna y el 22 del mismo mes se realizó una inspección en la sede social. Para ese momento ya se conocían públicamente los resultados de una investigación anterior directamente vinculados no sólo al grupo empresario sino al mismo estudio jurídico y equipo contable. Martín Fernández Dussaut, también del estudio Salaverri, atendió a las dos funcionarias de la IGJ. Tanto la controlante Grupo HL como su controlada Hidden Lake “son estructuras ficticias para ocultar la presencia y voluntad exclusiva de su dueño, controlante y artífice de la simulación J. Ch. Lewis”, se reitera en el dictamen oficial.

«Dueño, controlante y artífice de la simulación».

En el análisis de los activos e inversiones consta que en 2011 tenía el 49% de Central Hidroeléctrica Lago Escondido SA, que para el año siguiente cambió de nombre a Patagonia Energía SA. Esa participación desciende al 10% del paquete de Patagonia SA para 2014, al 4,7% en 2015, al 4,48% en 2017 y al 3,46% en 2019. Esa aparente desinversión en la central de paso sobre el río Escondido es sugerente, ya que puede tener relación con los vaivenes de los proyectos de energía subsidiados durante la presidencia de Mauricio Macri y los avales con escasa documentación que aprobó la Legislatura de Río Negro en la última sesión de la gobernación de Alberto Weretilneck. Toda la infraestructura de la hidroeléctrica ni siquiera estaba declarada como mejora de infraestructura en un predio rural, maniobra de evasión fiscal que publicamos en su momento.

El 26 de abril, funcionarios públicos se constituyeron en el domicilio de la offshore en la Provincia de Buenos Aires, pero Gabriel Ángel Vázquez, su representante legal en la Argentina, no los hizo pasar a su despacho, describió el dictamen.

Baúl 2

El esquema y los actores son los mismos del dictamen emitido el 18 de abril sobre Hidden Lake. En este caso, en 1996 aparece como titular de la mayoría accionaria Lago Corp, offshore inscripta en Bahamas, y Charles Barrington Lewis, hijo del magnate creador de Tavistock Group. En 1999, otra offshore, Baylin Inc., apareció como socia en Hidden Lake. Las dos offshore canalizaron capital hasta 2004. Desde ese año hasta 2013, de acuerdo al análisis de la IGJ, todos los aportes de capital fueron hechos por Lewis padre y su hija Vivianne. En 2013 surgió Grupo HL como socio minoritario de la SA que durante décadas fue la punta del iceberg de este grupo económico en la Patagonia. Para el año siguiente, tres nuevas sociedades radicadas en Bahamas aparecieron aportando a HL: Skyland Inc, Berkley Management Ltd y Tahami Ltd, vehículos que financian los gastos corrientes del complejo rural, la infraestructura y la intensa actividad social y política que se despliega desde lago Escondido, de acuerdo a la documentación aportada por la firma a la IGJ.

El Grupo HL hizo aportes a Bahía Dorada SA (con inmuebles cerca de Sierra Grande), Westwind Aviation SA –que alberga la empresa de prestación de transporte aéreo con helicópteros– y Pampa Energía, entre otras firmas.

Onda expansiva

Aunque el silencio vuelva a ser la repuesta al segundo dictamen contra la constelación Lewis en la Argentina y cualquiera sea la estrategia del Poder Judicial ante las dos denuncias, la documentación hecha pública fortalece las posiciones críticas de los mecanismos legales y políticos que permiten y favorecen las distintas formas y mecanismos de acaparamiento de tierras y bienes de la naturaleza. A fin de mes, una Cámara de Bariloche emitirá un fallo de interés directo para buena parte de la sociedad que defiende derechos colectivos sobre el agua dulce sin contaminar, entre otros aspectos conflictivos que se vinculan con el camino de acceso. Por la misma fecha, la IGJ emitirá un dictamen sobre Bahía Dorada SA y SAU después, cuyos inmuebles están en la esfera de interés del nuevo proyecto de producción de hidrógeno verde por parte de capitales australianos desde la costa atlántica rionegrina.

FUENTE: El Cohete a la Luna

Por Susana Lara

Marcharán por la soberanía del río Paraná y en defensa del Canal Magdalena

Organizaciones gremiales, sociales y políticas volverán a movilizarse el miércoles próximo en una «marcha nacional en defensa del Río Paraná y el Canal Magdalena» como así también por la defensa de «la Soberanía Marítima, Fluvial y la Industria Naval y del trabajo argentino»

La protesta cuenta con el respaldo de escritores, periodistas y legisladores, entre otras personalidades, y se desarrollará a partir de las 11, frente a la sede del Ministerio de Transporte, avenida Paseo Colón 315, en el Bajo porteño.

«El 20 de abril vamos a hacer una gran marcha convocada por la mesa por la Soberanía del Río Paraná y la construcción del Canal Magdalena, que son los dos grandes ejes y que además son abarcativos de la defensa de los puertos y el trabajo de los argentinos», adelantó el gremialista Oscar Verón (CTA Autónoma), capitán fluvial que conoce la actividad del dragado.

El escritor Mempo Giardinelli la exdiputada fueguina Alejandra Portatadino y el periodista Luciano Orellando integran junto a otros la Multisectorial convocante
El escritor Mempo Giardinelli, la exdiputada fueguina Alejandra Portatadino y el periodista Luciano Orellando integran junto a otros la Multisectorial convocante. 

En la Multisectorial a cargo de la convocatoria participan el escritor Mempo Giardinelli, el extitular de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables Horacio Tettamanti, la exdiputada fueguina Alejandra Portatadino, el periodista Luciano Orellando -autor del libro «Argentina sangra por las barrancas del río Paraná»- y el dirigente Julio Urien, de la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (Fipca).

También forman parte de la iniciativa ATE Nacional, Soberanos, el extitular de la Federación Agraria Pedro Peretti, el periodista Néstor Piccone, el diputado provincial de Santa Fe Carlos del Frade (Frente Social y Popular), la referente del Foro por la Recuperación del río Paraná Mónica Polidoro, la exlegisladora santafesina Mercedes Meir (Soberanía Popular) y el abogado Santiago Alí Brouchoud.

Sobre la gestación de la marcha, Verón contó que fue coordinada «con compañeros y compañeras» que se reúnen desde hace semanas con el objetivo de «confluir» en una marcha frente a la cartera de Transporte, que tiene bajo su órbita todo el proceso licitatorio para el dragado y balizamiento del Paraná.

La protesta del prximo mircoles ser de carcter nacional e incluir una marcha en CABA
La protesta del próximo miércoles será de carácter nacional e incluirá una marcha en CABA. 

Entre los argumentos de la protesta, el dirigente de la CTA Autónoma enumeró: «Es importante movilizarnos el 20 de abril porque el Gobierno no nos escucha. En vez de recuperar la soberanía de los ríos y puertos y construir el Canal Magdalena, que son nuestros grandes reclamos, han optado por profundizar y seguir entregando a las multinacionales el trabajo argentino, sin que el Estado haga el control necesario sobre las riquezas que se van del país y los impuestos que no se pagan».

Y a modo de ejemplo, planteó: «No es posible que las empresas que operan en los puertos de la mal llamada Hidrovía facturen más de 52.000 millones de dólares al año, por ejemplo en el año 2020. ¿Quiénes controlan las toneladas cargadas y el pago de impuestos? ¿Por qué esas ganancias no quedan en el Estado nacional?», reprochó.

Además, anunció que la protesta del próximo miércoles «será de carácter nacional» ya que en paralelo a la marcha en CABA «habrá movilizaciones a la Bolsa de Comercio de Rosario y en los puertos ubicados a lo largo del río Paraná», detalló.

En la Multisectorial a cargo de la convocatoria participan distintas personalidades del quehacer social cultrual y poltico
En la Multisectorial a cargo de la convocatoria participan distintas personalidades del quehacer social, cultrual y político. 

En los últimos días, la iniciativa de confluir en una marcha nacional sumó más adhesiones, como la de la Organización Social y Política «Los Pibes» que conduce el dirigente Ángel «Lito» Borello, quien remarcó que participarán de la movilización «en defensa de los intereses nacionales y del trabajo de los argentinos».

«Desde siempre estamos en todo lo que sea la lucha y defensa de nuestra soberanía, como la defensa del río Paraná y el Río de la Plata», agregó Borello.

En tanto, el diputado del Parlasur y secretario general del Movimiento Octubres, Gastón Harispe, anunció que desde su espacio se sumaron a la convocatoria ya que -advirtió- «mientras Argentina multiplica su producción y exportación de alimentos, tiene a una porción de la comunidad con hambre».

La protesta cuenta con el respaldo de escritores, periodistas y legisladores, entre otras personalidades, y se desarrollará a partir de las 11, frente a la sede del Ministerio de Transporte, avenida Paseo Colón 315, en el Bajo porteño

«Los precios de los alimentos y la inflación en general expresan, entre otras cosas, falta de soberanía sobre nuestras vías navegables y enormes costos de una logística o transporte al servicio de las multinacionales en vez de servir para producir más y mejor», argumentó en diálogo con Télam.

El legislador asoció la necesidad de profundizar los controles del transporte fluvial con el impacto de la guerra en Ucrania, sobre todo en materia de alimentos y energía, lo que obligará a la Argentina a administrar el comercio exterior para «proteger los precios y la producción nacionales», exhortó.

Para alcanzar esos objetivos, añadió Harispe, «el Estado y la comunidad deben asumir la conducción de los puertos, nacionalizar el dragado de nuestros ríos y concretar el Canal Magdalena, para conectar la Patagonia con las provincias del norte y recuperar la navegación a lo largo del país, recuperando la flota de barcos argentinos».

Impulsan también la la iniciativa ATE Nacional, Soberanos, el extitular de la Federación Agraria Pedro Peretti, el periodista Néstor Piccone, el diputado provincial de Santa Fe Carlos del Frade (Frente Social y Popular) 

Este tipo de propuestas constituyen el eje de la declaración que difundió hace un mes la Coordinadora por la Soberanía del Río Paraná y el Canal Magdalena, en la que llaman a «defender la soberanía de nuestros ríos y el trabajo de los argentinos».

«El río Paraná y el Río de la Plata representan nuestra principal vía navegable y nuestros dos ríos más importantes. Ambos están en peligro. A través del decreto 949, el Gobierno nacional ha decidido reprivatizar esta vía troncal de navegación por donde se llevan todos nuestros bienes comunes naturales y por donde se desangra la Argentina», señala el manifiesto, al que accedió Télam.

«Hacemos un llamado a toda la ciudadanía y a todas sus organizaciones políticas, territoriales, ambientales, feministas, sindicales, gremiales y de toda índole para que sean parte de este justo y soberano reclamo por todo lo que nos pertenece y nos fue arrebatado por políticas antipopulares en desmedro de nuestra madre naturaleza y nuestra soberanía», destacan los espacios y personalidades que forman parte de la campaña.

FUENTE: Télam

Lector adolorido con Paraná, Canal y Decreto

Un ex marino, conductor de máquinas navales formado en dragas y ya nonagenario, envía a esta columna fotografías como la que ilustra esta nota con un texto sobrecogedor: «Con extrema tristeza ­–dice– sólo esto queda de la draga 259 ‘Buenos Aires’, que hoy en día está esperando quién sabe qué: desguase o que se hunda, o ambas cosas. Está abandonada en el puerto de Mar del Plata y yo navegué en ella».

Por Mempo Giardinelli

Y sigue su texto, adolorido: «Yo estudié en la Escuela Nacional Fluvial, desde los 14 hasta los 18 años y me recibí de conductor de máquinas navales. En esa escuela el destino de los cadetes eran estas embarcaciones, y era una inmensa alegría que el destino nos llevara a trabajar en una draga argentina. Pero hoy en día no queda nada y lo triste es ver el capital que se abandonó. Lo triste es contratar terceros. Lo triste es mirar hacia afuera…»

Paralelamente, y revisando apuntes sobre la época en la que se firmaron las concesiones de la mal llamada Hidrovía, que en los hechos fue más que una concesión –más bien fue una privatización– la entrega del río Paraná a capitales y empresas extranjeras todavía depara sorpresas. Desagradables todas, claro está, como las que esta columna viene denunciando desde hace más de un año. 

Y es que no son pocas las sorpresas que todavía pueden encontrarse y que llevan a redoblar la necesidad –y la urgencia–de la derogación inmediata del Decreto 949/2020 del Ministerio de Transporte, que está basado en leyes y concesiones de Menem y Cavallo, hoy intolerables, sobre todo cuando se constatan el estado agónico que atraviesa la economía argentina y el calamitoso e indigno presente en que vive más de la mitad del pueblo argentino.

Ese decreto –firmado el 25 de noviembre de 2020– autoriza el llamado a licitación pública nacional e internacional para adjudicar la concesión de obras “para la modernización, ampliación, operación y mantenimiento del sistema de señalización y tareas de dragado y redragado y mantenimiento de la vía navegable», lo cual no fue sino un vil ejercicio retórico para encubrir la renovación de la entrega a las dos empresas que explotaron (en todo sentido) el río durante un cuarto de siglo. Lo cual queda en evidencia porque en los considerandos del decreto se citan ­–como antecedentes– resoluciones, decretos y leyes surgidos bajo la inspiración de la legislación impuesta por lo que entonces se llamaba «Consenso de Washington» y que fue el modo imperial de reorientar el Mercosur hacia una integración neoliberal y privatizadoratanto para la Argentina como para Uruguay, Brasil, Bolivia y Paraguay. 

Curiosamente, revisitado hoy, es este mismo Decreto 949/2020 el que rememora su perversa y antinacional prosapia: fue por la Ley 24.385, de 1994, que se aprobó el «Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay-Paraná (Puerto de Cáceres-Puerto de Nueva Palmira)» que habían suscrito esos cinco países el 26 de junio de 1992. 

Se aprecia hoy, cabe subrayarlo, que no casualmente los dos puertos nombrados no eran argentinos sino uno paraguayo y el otro uruguayo. Argentina sólo ponía el río, al que le cambiaban el nombre. Y para comprender todo mejor debe recordarse quiénes eran por entonces los gobernantes que parieron esa maligna criatura: Fernando Collor de Mello en Brasil; el general Andrés Rodriguez en Paraguay, en Uruguay Luis Alberto Lacalle (padre del actual presidente), y en Bolivia el multiacusado de corrupción y narcotráfico Jaime Paz Zamora. El ideólogo del engendro fue argentino: Domingo Felipe Cavallo, por entonces ministro de Economía de Carlos Menem. 

De ahí que 30 años después, y a contramano del sometimiento que insiste en preservar el neoliberalismo vernáculo, resulta imperativo subrayar las razones para oponerse a ese Decreto 949/2020, que es imprescindible y urgente derogar para recuperar el Paraná y hacer operativo el canal Magdalena, y así la Argentina restablecer la soberanía.

La primera razón es que la Hidrovía no existe; se llama Río Paraná. Cambiarle el nombre y haberlo machacado durante 25 años fue una vil estrategia tramposa que esta columna viene denunciando. 

Porque la Hidrovía no existe. Nuestro rio se llama Paraná, como las Islas Malvinas se llaman Malvinas y no Falkland.

La segunda es subrayar lo que muchísimos compatriotas, quizás la gran mayoría del pueblo argentino, ignora: que el «comercio exterior argentino» del que siempre se habla, no existe. Porque no es argentino; es de las corporaciones que lo fugan. Y a nosotros, como pueblo, no nos queda nada. 

Y encima evaden impuestos. Como ha señalado el diputado santafesino Carlos del Frade, «paga más impuestos un kiosquero rosarino que un barco de 20.000 toneladas».

Y en tercer lugar hay que decir que los agroexportadores no pesan lo que sale de nuestros puertos. Sacan todo al mar mediante «declaraciones juradas» truchas. 

Es así como las grandes multinacionales se llevan al extranjero todo lo que produce la Argentina: productos mineros, industriales, automotrices, etc. Y encima contaminan y dragan sin importarles cuánto dañan al río. Y en muchos casos están asociadas al narcotráfico que prácticamente cogobierna la segunda provincia del país.

Y una cuarta razón para exigir la derogación de este Decreto 949/2020 es que permite que los entre 5.000 y 6.000 grandes barcos que cada año transportan prácticamente todo lo que se produce en nuestro país, lo saquen al mar y al mundo por el puerto transnacional de Montevideo, cuando la Argentina tiene su propia salida al Océano Atlántico: el Canal Magdalena, que por eso mismo es urgente y es clave rehabilitar.

Cabe recordar, además, que nuestro país tiene una historia naviera riquísima, que arranca a fines del siglo 19 y es plenamente recuperable en muy corto plazo, lo que no sólo será rentable sino que dará trabajo a decenas de miles de compatriotas. Sólo hay que acelerar la recuperación de los grandes astilleros Río Santiago y Tandanor, que hoy ya dan trabajo a miles de técnic@s argentinos bien capacitados. Por eso el Paraná es sinónimo de Soberanía y de paz, pan y trabajo.

Por todo lo anterior es imperativo que, como nación soberana, recuperemos el pleno y exclusivo control y cuidado sobre el río PARANÁ y el Canal Magdalena, que es un canal natural y tiene muchísimas ventajas sobre el hoy exclusivo canal montevideano. 

Hay un clamor que viene creciendo desde hace un año y medio: la soberanía sobre el río Paraná no es negociable, y el canal Magdalena tampoco.

Sobre todo, y léase bien, porque son el mejor y más veloz camino para la recuperación económica del país, el rápido pago de toda deuda externa, el pleno empleo y la restauración de nuestra dignidad como nación. Es por eso que en las siete provincias ribereñas, donde habitan entre 12 y 14 millones de argentin@s, el clamor soberano no deja de crecer.

Si el empeño en insistir con este nefasto decreto no es escandaloso, digan l@s lector@s qué lo sería. Esta columna afirma que es imperativo acabar con este antinacional decreto, y reencauzar todos los rumbos hacia la restauración de la plena Soberanía Nacional sobre nuestro río y su continuidad, también nacional, hacia el mar. 

FUENTE: Página 12

Alberto Fernández pidió que el Reino Unido “baje la presencia armada” en Malvinas –

El presidente Alberto Fernández encabezó este mediodía el acto oficial del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, al cumplirse el 40° aniversario del inicio del conflicto bélico y reclamó que el Reino Unido abandone la “injustificada y desmedida” presencia militar en las Islas.

“Con el respeto y la firmeza que sienten todos, como presidente solicito al Reino Unido de Gran Bretaña que cumpla con la resolución vigente y pedimos que baje la presencia armada en las islas, que lo único que hace es tensionar la relación”, dijo Alberto Fernández.

Poco después de las 12, el primer mandatario presidió la ceremonia en el Museo Malvinas ubicado en el Espacio para la Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA), donde entregó una condecoración a 15 excombatientes y se izó la bandera argentina en simultáneo con las ciudades de Ushuaia, Resistencia, Rosario, Malvinas Argentinas, San Carlos de Bariloche y Salta.

En este sentido, Alberto Fernández afirmó que el desembarco en Malvinas, del que hoy se cumplen 40 años, fue “una decisión a espaldas de un pueblo que solo intentaron confundir y manipular”. “Los soldados argentinos enfrentaron a una potencia con escasos medios, pero con enorme valentía y un coraje inigualable, y el apoyo del pueblo”, destacó.

En su reclamo al gobierno inglés, Alberto Fernández pidió que “el Reino Unido cumpla con las resoluciones de Naciones Unidas”, y volvió a exigir una “solución negociada y pacífica” al conflicto de soberanía por las islas que se mantiene vigente.

En otro tramo de su mensaje, el jefe de Estado reiteró que “los argentinos y las argentinas compartimos una misma convicción: las Malvinas son parte de nuestro territorio nacional. Siempre fueron argentinas y jamás cederemos nuestros reclamos”.

“Desembarcar en las islas fue una decisión a espaldas de un pueblo al que intentaron confundir y manipular”, dijo Alberto Fernández y agregó: “Debemos decir que aquellos militares que avergonzaron a nuestras Fuerzas Armadas hoy definitivamente constituyen un pasado al que nadie quiere volver, en especial sus camaradas de armas”.

A continuación, el Presidente remarcó que desde la usurpación de las Malvinas por parte de Inglaterra “la Argentina ha venido reclamando por la restitución del ejercicio pleno de soberanía sobre nuestras islas”. “Seguimos denunciando ante el mundo que se trata de los últimos resabios de capitalismo y de colonialismo. Ambas cosas son parecidas. Lo decimos siempre y lo volvemos a decir hoy 40 años después: las Malvinas fueron, son y serán Argentinas”, aseveró.

Por último y tras poner como contexto la guerra entre Rusia y Ucrania, el mandatario apuntó: “La República Argentina reitera su búsqueda de una solución negociada y pacífica a la disputa de la soberanía. Seguiremos trabajando en el marco del más profundo respeto al derecho internacional para recuperar lo que nos corresponde”.

Alberto Fernández hizo entrega de medallas conmemorativas a excombatientes de Malvinas.

Previamente, el Presidente; el canciller Santiago Cafiero; el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; y el ministro de Defensa, Jorge Taiana, entregaron 15 medallas de reconocimiento a excombatientes de Malvinas y familiares de caídos.

Se trata de una medalla conmemorativa, que fue acuñada por la Casa de la Moneda, destinada a 15 veteranos, veteranas y familiares de caídos, en un gesto simbólico de reconocimiento que continuará durante todo el año con la totalidad de ellos en todo el país al cumplirse 40 años del conflicto bélico en el Atlántico sur.

Entre los reconocimientos, se otorgaron medallas a Delmira Cao, la madre del soldado maestro Julio Cao; al exjefe del Ejército Martín Balza; al excombatiente y expresidente del Cecim de La Plata, Mario Volpe, entre algunos de ellos.

Participaron del acto exmandatarios latinoamericanos como José ‘Pepe’ Mujica, Evo Morales y Fernando Lugo así como veteranos de la guerra y familiares de caídos, Madres de Plaza de Mayo y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, entre otros funcionarios.

La guerra de Malvinas según las maestras de escuelas primarias

El desembarco en Malvinas generó una euforia patriótica incluso entre muchas de las personas que unos días antes -el 30 de marzo- habían cantado en las plazas del país «se va a acabar la dictadura militar».

En las escuelas había que cantar todos los días el himno a las islas, escribir redacciones sobre el tema, convocar a les niñes para que escriban cartas a los soldados. Las maestras y directoras recibían esas indicaciones y buscaban a la vez la manera de no transmitir triunfalismo ni la desconfianza por el destino de las colectas y las cartas. La dictadura se resquebrajaba pero no se retiraba de las aulas. La memoria de las maestras es también memoria de resistencia.

“No veía la hora en que se terminara el gobierno militar. Se estaban cumpliendo seis agobiantes años de miedos y silencios, de destrucción de los sueños, de tristezas por la locura que hizo que muchos ya no estén. Como si todo esto fuera poco, aparecía el general Galtieri anunciando el desembarco en las Islas Malvinas. Jamás pensé que algo bueno pudiera suceder. Fue la manera en que el gobierno militar logró acallar las voces de muchos sectores que empezaban a criticar y pedir elecciones nuevamente. Les podía servir para salir más favorablemente del gobierno y que se olviden de los espantos. Una jamás olvidaría.

«En la escuela se vivía un nivel de patriotismo militar, que me ponía los pelos de punta”, dice Magdalena Canevari que tiene 68 años.

En el 82, cuando tenía 27, la nombraron maestra titular interina en una escuela de Hurlingham, dice que tenía menos alumnos de los normal y que quedaba en el fondo del barrio, cerca de Campo de Mayo. Durante los 74 días que duró la guerra recuerda que hacían prácticas para desalojar la escuela:

“No me acuerdo mucho pero se iban evacuando por grados. Se hacían simulacros de bombardeos, tocaban el timbre y los chicos debían meterse debajo de la mesa y quedar callados, se escribían cartitas para los soldados y les compartían sus golosinas”.

No era la única forma en la que el reciclaje de los resabios de la dictadura se metía en las aulas: la marcha de Malvinas había que aprenderla de memoria y se cantaba a la salida de la escuela, el ritmo debía ir acompañado del golpe en el suelo de los zapatos.

La marcha fue compuesta en 1940 para contribuir a la difusión y el conocimiento de la soberanía sobre las islas, la letra fue el resultado de un concurso poético musical que ganaron José Tieru y Carlos Obligado, el certamen fue organizado por la Junta de Recuperación de las Malvinas durante la presidencia de Roberto Marcelino Ortiz, pero fue recién durante los meses de la guerra que los medios de comunicación y las escuelas la transformaron en la banda de sonido oficial del arraigamiento patriótico: ¡Para honor de nuestro emblema, para orgullo nacional, brille, ¡oh Patria!, en tu diadema la pérdida perla austral”

Desde el 2 de abril hasta el 14 de junio la currícula en las escuelas del país era una de las tantas formas de alentar la guerra, también las escuelas fueron sedes para las colectas y los entramados solidarios hacia los cientos de jóvenes enviados a la guerra con la promesa de un regreso heroico aunque la mayor parte del abrigo, las golosinas, las cartas y las donaciones no llegaron más que a las manos de los altos mandos y nunca a los soldados.

Pero antes, todo eso que nunca llegó estaba alojado en las salas de actos, decenas de bolsas organizadas metódicamente por el mismo cuerpo docente que se dividía entre quienes formaban parte de una algarabía colectiva al mejor estilo de la competencia futbolística -¿cuántos años duró la canción de “el que no salta es un ingles” en las canchas”?- y quienes ya sabían que la guerra era una jugada de la dictadura más cruenta de la historia argentina.

Alicia Affato trabajaba en la escuela Nicasio Oroño y en el 82 tenía 37 años: “El 2 de abril cuando salí de mi casa vi que un vecino había colgado la bandera argentina en su balcón. Reaccioné mal, a los gritos denuncié la maniobra de la dictadura. Mi vecino la sacó pero yo estaba indignada porque sabía que todo era mentira, fue una etapa muy dolorosa, por momentos, insoportable” relata Alicia que en esa época militaba en el Partido Comunista y era delegada de la escuela:

“Las discusiones se centraban en que se trataba de un acto patriótico y que yo tenía ideas «extranjerizantes». Yo denunciaba que nada vinculado a la dictadura tenía que ver con la patria, que nuestras tropas no estaban preparadas para enfrentar a un enemigo tan poderoso. «

Con respecto a las colectas yo me preguntaba: ¿Por que nunca habían ayudado a los niños de la escuela que eran muy pobres? Teníamos muchos niños tobas que no eran admitidos en otras escuelas. Yo lo decía todo el tiempo porque estaba convencida que las colectas estaban instaladas por los medios y que donar estaba bien” cuenta Alicia que daba clases en una escuela que quedaba en el barrio Arroyito, en Rosario.

La bajada de línea

En el 82, Lidia Lloret estaba embarazada de su primera hija que nacería en julio, trabajaba en una escuela de Versalles y tenía complicidad con la directora del colegio: “Yo lo único que quiero es que mi hija no nazca en guerra”, le decía a la directora en los recreos. Las dos estaban en contra de esa bravuconada bélica pero tenían que obedecer la bajada de línea que venía del Ministerio de Educación y de un organismo específico que se llamaba Consejo Nacional de Educación.

El combo de estrategias destinadas a las escuelas iban desde las colectas hasta las producciones literarias en las clases de historia y lengua: poesía, cartas y narrativa: “En mi escuela hubo reuniones con la directora para ver los trabajos que se tenían que hacer. Para mi era muy difícil de acuerdo a mi posicionamiento político por estar en contra del gobierno militar y considerar a esa guerra absurda. Los chicos en general venían con relatos armados desde las casas, la mayoría apoyando la guerra y queriendo tener una actitud solidaria con los soldados. Había que manejar todas las inquietudes de los chicos, yo tampoco quería entrar en conflicto con los padres”, cuenta Lidia que decidió no participar de las colectas: “Los padres y algunas maestras organizaron colectas de víveres y ropa tejida por las madres. Todo eso estaba organizado en bolsas que los mismos chicos llevaban al salón de actos que quedaba en el primer piso. Yo no participé de eso”, cuenta.

Hablar en el aula de Malvinas era ponerse en la piel de un relato vivo, sin la perspectiva del tiempo y con la información sumamente distorsionada. Las maestras estaban a cargo de una ardua tarea: “Las maestras éramos las historiadoras en el sentido en el que la historia estaba pasando. Y si bien no podíamos decir lo que pensábamos, si podíamos contener porque muchos -sobre todo los varones- estaban entusiasmados con el tema de la guerra.

Cementerio en Malvinas con restos sin reconocer aún (Telam)

«Me acuerdo que abracé mucho a una alumna que se llamaba Paula, que era nieta del escritor y periodista Conrado Nale Roxlo, ella tenía la vena de escribir, hacía poesía, escribía sobre los pobres soldaditos que tan jóvenes que van a dar su vida por la patria y dejan a sus madres llorando. Lo recuerdo y se me caen las lagrimas. El resto de los chicos repetían lo que los padres hablaban en las casas”.

Elena Rigatuso es docente rosarina y en el 82 trabajaba en una escuela del barrio industrial Empalme Graneros, en La Plata. La semana pasada escribió un posteo de Facebook con una foto de una carta que ayudó a escribir a sus alumnos y alumnas destinada a los soldados de Malvinas::

“Durante la Guerra yo era maestra de primer grado, con mis alumnos además de sumarnos a las colectas de medias, gorros y chocolates, escribimos una carta para que sea entregada a los soldados en el frente. Me acuerdo que empezamos así “Queridos soldados”. Dos años después nos llegó la respuesta”.

La respuesta tenía un remitente muy claro: Aldo Raúl Torres, Ex combatiente de Malvinas clase 62, la carta está fechada el 17 de marzo del 84 y comienza así: “El motivo de esta carta es para agradecerles a los alumnos de primer grado y a la maestra Elena”. La suerte del primer grado de la Escuela 456 Carlos Pellegrini no fue la de la mayoría, muchas de esas cartas no llegaron a destino como tampoco las colectas ni las donaciones.

Tiempo después los testimonios de los ex combatientes revelaron lo que se suponía: Juan Alberto Bassano, ex combatiente contó: “Muchas de las cosas que mandó el pueblo llegaron a Puerto Argentino, pero la distribución se hizo muy difícil después del 1 de mayo, cuando ya se había desatado la guerra. Sé que muchas cosas quedaron en los galpones de Puerto Argentino. Luego supe que se hizo una investigación en la base de Comodoro Rivadavia y nos enteramos que mucha mercadería había sido vendida en kioscos por la gente del Ejército”.

María Cristina Zambruno tenía 35 años y trabajaba en la escuela Carrasco con niños y niñas de primer grado, ella destaca dos aspectos que vivía dentro de la escuela:

“Uno era la esperanza de creer que las Malvinas podían volver a ser argentinas y otro era la bronca que le tenía a los milicos. Los chicos que yo tenía eran muy chiquitos y hacían dibujos y cartitas. Pero ya sabemos que son cosas que nunca llegaron. Esto me hace acordar a mi abuela ese día que se hizo un programa especial de televisión, ella regaló una joya que tenía de oro, andá a saber a dónde fue a parar” y agrega “desde el Ministerio llegaban bajadas de línea, pero nosotras teníamos una directora que no nos imponía, recuerdo que se cantaba mucho el himno de Malvinas y después del hundimiento del Belgrano empecé a dudar mucho más, pero tuvo que pasar un tiempo para que supiéramos lo que había pasado”.

El funcionario que manejó los fondos fue Amadeo Frúgoli, ministro de Defensa del gobierno dictatorial de Leopoldo Galtieri. En 1982 el ejército publicó un informe muy escueto donde explicaba el supuesto destino de los fondos: la mitad fue usada en medicamentos, una cuarta parte para comprar equipos y repuestos para la batalla y el resto para combustible. Nada de eso se pudo comprobar.

Dos plazas llenas y un desembarco

En el 82, Maria Inés Balbi tenía 46, vivía con su esposo y tenía 7 hijos, ninguno de los varones con edad para ir a la guerra: “El 30 de marzo de ese año una huelga de trabajadores conmovió al país, fue generalizada y reprimida como era de esperar en esa eterna noche que estábamos viviendo. La Plaza de Mayo desbordaba al grito de Pan, Paz y Trabajo y una dictadura agónica intentaba dar sus últimos manotazos para salvarse. Yo recuerdo corridas y detenciones que, en muchos casos , serían futuras desapariciones. Y el 2 de abril ¡sólo tres días después! amanecimos con la noticia de que “Tropas argentinas habían desembarcado en Malvinas”.

Inés vivía en Villa Celina y era directora de una escuela en donde la mayoría de lxs estudiantes eran del barrio “Las Achiras”: “Era un barrio muy humilde, muchos de los chicos que iban a la escuela tenían hermanos haciendo el Servicio Militar y cada familia sufría por el destino y paradero de sus hijos. Hay una calle que le cambiaron el nombre original por el de Soldado Juan Rava. ¿Se pueden equiparar quince cuadras con una vida truncada en pleno germinar?”, se pregunta.

Solo tres días separaron un día histórico de la lucha sindical argentina de aquel desembarco en donde los jovenes, además de luchar contra militares experimentados, tuvieron que soportar el clima, la tortura y la mala alimentación. A pesar de la crueldad, ese tiempo fue un tiempo bisagra que culminó con el fin de de la dictadura que había comenzado en el 76.

“Yo estaba en contra del régimen militar y a la vez tenía una fuerte conciencia antimperialista, por lo tanto viví ese momento con las contradicciones que lo vivimos muchos: Yo no estoy en contra de la guerras antiimperialistas, pero en este caso, tenía la contradicción de saber quien dirigía esta guerra” cuenta Elena que participó de la marcha del 30 y recuerda cómo se invitaban de boca en boca y se reconocían con la mirada:

“Carlos De la Torre, un histórico dirigente docente, sacó un cartelito hecho a mano que decía Cetera y fuimos tras él”.

Elena en ese tiempo tenía 29 años y también recuerda que cuando el 2 de abril Galtieri anunció en la plaza que se habían recuperado las Malvinas, la gente cantaba: Galtieri, Galtieri poné mucha atención, Malvinas Argentinas, el pueblo con Perón: “Yo no creo que haya sido una guerra inútil, esa guerra se perdió pero también significó el fin de la dictadura y eso no es poca cosa. A partir de ahí el pueblo volvió a ganar las calles, esos jóvenes no cayeron en vano”.

El después de las batallas perdidas

El 14 de junio del 82 los soldados argentinos se rindieron con el peso de 649 muertes y los sobrevivientes fueron obligados al silencio, de los que volvieron, más de 400 se suicidaron y recién alrededor de 1986 comenzaron a aparecer sus relatos.

Las aulas fueron uno de los escenarios en los que los ex combatientes pudieron hablar de lo que había sucedido:: “Yo recuerdo que en una charla en el aula a la que invitamos a un ex combatiente él dijo nos obligaron a no decir nada” cuenta Margarita Papalardo, que en aquel momento tenía 29 años y era preceptora del Liceo Víctor Mercante en la ciudad de La Plata, ciudad con un alto caudal de estudiantes desaparecidxs durante la dictadura.

“Así se fue conociendo a través de los relatos en primera persona como mintieron y ocultaron. Entonces de lo que nos mostraron los medios de comunicación a lo que después nos contaron en primera persona los ex combatientes nos sucedieron una mezcla de sentimientos, entre la conmoción, el horror y la bronca porque al fin de cuentas habíamos acompañado esos silencios, nos habíamos acostumbrado a no hablar” recuerda.

Graciela Monje fue maestra de primer y segundo grado en una escuela de Ciudad Evita. El 2 de abril de 1982 tenía 33 años y estaba sentada en el sillón de su casa amamantando a su hijo de tres meses:

“Recuerdo ese día como una fotografía, estaba tremendamente angustiada. Estaba muy formateado el estilo en el que teníamos que enseñar, recuerdo que las inspectoras durante toda la dictadura nos decían que teníamos que enseñar de acuerdo a una secuencia. Me cuesta recordar, pero por ejemplo la primera palabra era mamá creo que la segunda palabra era oso y la tercera palabra era papá y vos no podías cambiar ese orden que ya venía en los libros. Me trajo muchos tirones de oreja querer cambiar ese orden para enseñar las palabras”.

Graciela cuenta que ya en el 82 empezaba a aparecer la pedagogía de Emilia Ferreiro, una pedagoga argentina radicada en México: “A mí me pareció un flash porque ella trabajaba con el contexto, es decir, que aparecían las palabras que aparecían y eso tenía que ver con las necesidades de existencia. Es incorporar el nombre de los objetos que tenés alrededor, en tu vida y no palabras con orden como obligaba el proceso militar”.

En el 94, Graciela asumió un cargo directivo y conoció la historia de un ex combatiente que había llegado a Río Gallegos y que cuando estaba a punto de partir a Malvinas se lastimó los testículos con un arma y lo hicieron volver a Campo de Mayo. En ese momento el muchacho enterró documentación, fotos y hasta un arma en un descampado y migró a México.

“Cuando volvió después de muchos años y quiso encontrar lo que había enterrado se dio cuenta de que en el lugar habían construído una cancha de paddle. Eso era lo que le hubiera permitido rápidamente conseguir el subsidio que le dio el Estado a los ex combatientes”.

El padre de Graciela es militar y tiene 96 años, ella casi no tiene relación con él y dice que no participó de la dictadura pero la apoyó. Cuando se enteró de la historia del ex combatiente, llamó por teléfono a su papá para ver si se podía hacer algo:

“Mi viejo averiguó y lo que me dijo después, es que había muchas personas que aprovechaban y mentían para tener el subsidio. Yo lo creí a este muchacho que con el tiempo se transformó en músico que escribe canciones que tenían que ver con Malvinas”.

María Cristina Zambruno tenía 35 años y trabajaba en la escuela Carrasco con niños y niñas de primer grado, ella destaca dos aspectos que vivía dentro de la escuela: “Uno era la esperanza de creer que las Malvinas podían volver a ser argentinas y otro era la bronca que le tenía a los milicos. Los chicos que yo tenía eran muy chiquitos y hacían dibujos y cartitas. Pero ya sabemos que son cosas que nunca llegaron. Esto me hace acordar a mi abuela ese día que se hizo un programa especial de televisión, ella regaló una joya que tenía de oro, andá a saber a dónde fue a parar” y agrega “desde el Ministerio llegaban bajadas de línea, pero nosotras teníamos una directora que no nos imponía, recuerdo que se cantaba mucho el himno de Malvinas y después del hundimiento del Belgrano empecé a dudar mucho más, pero tuvo que pasar un tiempo para que supiéramos lo que había pasado”.

La agonía de la dictadura y la vuelta a la democracia vienen adosados al dolor de esta guerra, un feriado nacional, ex combatientes organizados, leyes reparatorias y actos escolares para reponer esta historia. A cuarenta años es una historia revisada y recordada pero todavía con la pregunta de si hubo un reconocimiento justo, si las gruesas capas de silencio que cargan todavía muchos ex combatientes podrían alivianarse un poco más. Y si ese reclamo no tendría que estar más presente cada 24 de marzo para que ellos también tengan Memoria, Verdad y Justicia.

FUENTE: Página 12

Las potencias coloniales no piden perdón – Por Pedro Brieger

Hay quienes piensan que el colonialismo solo pertenece a los libros de historia y que es apenas un hecho del pasado, de siglos muy lejanos. Se equivocan. No solo porque todavía hay enclaves coloniales en diferentes puntos del planeta; sus consecuencias se sienten hasta el día de hoy. Por ende, son parte del presente; también en América Latina y el Caribe.

En el Caribe esta más que latente porque allí viven quienes descienden del tráfico de esclavas y esclavos que los traficantes británicos trajeron a la fuerza desde el continente africano.

El actual viaje al Caribe de la pareja real británica conformada por el principe William y la duquesa Kate muestra a las claras lo que representa la historia colonial. La pareja decidió visitar Belice, Jamaica y las Bahamas, tres países del llamado Commonwealth, la comunidad de naciones que mantiene su vínculo con la corona británica por haber sido, justamente, colonias británicas. Como si les importara poco y nada lo que sienten en el Caribe eligieron la fecha de la gira para celebrar el Jubileo de Platino de la reina Elizabeth II que accedió al trono en 1952, hace 70 años.

Las recepciones oficiales que les brindan a los miembros de la corona británica suelen destacarse por el glamour y la cordialidad. Pero seguramente William y Kate no esperaban protestas en los tres países y que les recordaran lo terrible que fue el colonialismo británico, y la esclavitud a la que sometieron a millones de personas.

En Belice tuvieron que cancelar una visita a una plantación de cacao y en su llegada a Jamaica les presentaron una lista con 60 razones para pedir perdón por la esclavitud y comenzar un proceso de reparación. Por otra parte, más de 100 personalidades jamaiquinas firmaron una carta abierta al príncipe para recordarle que ellos no tenían nada que festejar por la llegada de la reina al trono en 1952. Además, les recordaron que sus antepasados habían perpetrado la peor violación de los derechos humanos en la historia de la humanidad y que ella no había hecho nada contra el trato inhumano del legado de esclavitud en las plantaciones.

En la carta resaltan que en unos meses Jamaica va a celebrar los “60 años de liberación de la dominación colonial británica” y reivindican a los “combatientes por la libertad que lucharon con bravura contra la tiránica dominación británica y sus abominables abusos de los derechos humanos”.

Vale la pena recordar que las actuales protestas se dan el el marco de las demandas que hace varios años los gobiernos del Caribe le hacen al Reino Unido para que pague con una reparación por el daño causado durante siglos e incluso Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, lo planteó en la Asamblea General de las Naciones Unidos.

En febrero de este año, en la catedral St Michael de Barbados, David Comissiong, embajador de ese país ante el CARICOM, recordó que en el siglo XIX el gobierno británico fue tan perverso que calculó el dinero que los esclavistas perdían por abolir la esclavitud en algunas regiones, sin interesarse siquiera en las personas que sufrían la esclavitud. Tampoco se lamentaron por los pueblos enteros destruidos en Africa por el colonialismo europeo, ni en los millones asesinados, torturados, violados y usados como mano de obra esclava. Es más, Comissiong sostiene que los primeros campos de concentración no fueron los implementados por los nazis sino por los británicos en Barbados y Jamaica ya en el 1600.

Los países del CARICOM le piden a la corona británica una serie de reparaciones por los crímenes cometidos en el Caribe. Pero lo primero que reclaman es una disculpa pública. Dificilmente la corona británica pida perdón. Su soberbia imperial sigue en pie.