En el último aniversario de la ciudad, Pogliano homenajeó públicamente a Lago Escondido por “su aporte a la comunidad”, tres días antes de iniciarse la séptima Marcha por la Soberanía.
La corporación británica Hidden Lake es una presencia insoslayable en la región, es el elefante en la sala de la Comarca Andina. A su amparo se conformó una comunidad de negocios que directa o indirectamente conduce los sectores económicos más importantes y gran parte de los medios de comunicación, no solo de El Bolsón.
El sistema gira en torno del gerente de Hidden Lake, Nicolás Van Ditmar, cuyo largo brazo tiene influencia clave en la política comarcal, indistintamente entre oficialismo y oposición: todo aquel que busque alcanzar una intendencia, por ejemplo, deberá pasar antes por las oficinas del Lago para recibir la bendición y tomar nota del pliego de condiciones. Y será debidamente notificado si el discurso o alguna medida de gobierno incomoda al Gran Hermano de la Comarca.
El caso más notorio, pero no el único, es el intendente de El Bolsón, Bruno Pogliano, que integra la mesa más cercana de Van Ditmar y fue el contador de una empresa vinculada de Hidden Lake que explota la concesión del centro de esquí e intenta montar un exclusivo barrio privado de alta montaña en un área protegida declarada Reserva de la Biósfera de la Unesco.
Los incendios forestales intencionales en siete localidades de la Patagonia arrasaron más de 300 viviendas, dejaron heridxs, evacuadxs y 15 personas desaparecidas. Las más perjudicadas son las comunidades de pueblos originarios.
Foto: Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir
“Es insoportable el humo. Todo oscuro. Se cortó la luz. Es desesperante. Estoy sin internet”
“Bolsón, El Hoyo, Golondrina, Maitén. Está ardiendo todo”.
“Siendo las 2:14 está lloviendo. Nos relajamos pero sigue el viento. Apenas aclare, mi hermano saldrá a ver si quedan animales vivos. Les agradezco infinitamente cada mensaje de apoyo. Se sintió la fuerza que mandaron. Rume mañum”.
Los mensajes llegan desde el Lof Cañio Pangui Wingkul, Cushamen, al norte de la provincia de Chubut. Los recibe una periodista en la Ciudad de Buenos Aires y se encarga de difundirlos en todos los grupos que puede. La que escribe es la werken (vocera) mapuche Marilyn Cañio, quien también forma parte del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir.
El año pasado los incendios forestales intencionales destruyeron un millón de hectáreas en todo el país. Sólo en la región del Delta del Paraná (Cuenca del Plata) se consumieron 300 mil.
A fines de enero de este año, un incendio forestal afectó por 40 días a El Bolsón, en Río Negro. Este domingo los focos se reavivaron en la Patagonia: específicamente en las provincias de Río Negro y Chubut.
Para el martes por la tarde las llamas alcanzaron, en pocas horas, a siete localidades de la llamada Comarca Andina: Las Golondrinas, El Hoyo, Epuyen, Cholila, El Maitén, Cerro Radal y El Bolsón. A 70 kilómetros de El Maitén, Marilyn enviaba mensajes pidiendo ayuda y difusión.
“Hasta ayer martes 9 se habían quemado 7.500 hectáreas. Ya durante enero y febrero se habían quemado más de 40 mil. El fuego comienza a amenazar las zonas urbanas llegando a viviendas. Y ha provocado, además de daños materiales, personas heridas”, informaron desde la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones.
“Todos los focos los activan intencionalmente y en puntos estratégicos. No se puede creer cómo nos dejan abandonados. Todavía estamos buscando familiares”, dice a Cosecha Roja Maia, de la organización Defensa del bosque El Bolsón.
Desde el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir difundieron un comunicado que más que comunicar implora ayuda: “En el lugar trabajan 40 brigadistas de manera terrestre pero hacen falta más recursos con urgencia. Las autoridades dicen que la población no tiene que preocuparse, que el fuego no llegará a zonas urbanas, como si la urbanidad fuera lo único a proteger mientras son nuestros territorios ancestrales los que continúan asesinando”.
El fuego barrió con todo: viviendas, animales y forestación. Según los números oficiales, hasta el momento hay 15 personas desaparecidas y más de 300 viviendas afectadas.
Este miércoles al mediodía, antes de viajar a El Bolsón, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, dio una conferencia de prensa. Anticipó que presentará una denuncia penal para que la Justicia investigue lo sucedido e identifique y castigue a los responsables de los incendios.
“Hubo una intencionalidad expresa y sabiendo bien lo que hacían”, dijo el ministro. “Estamos en un contexto de cambio climático donde en la región alcanzan picos históricos de acumulacion de material combustible. Por lo tanto, sumado a las temperaturas, al viento de ayer, las condiciones son propicias para la expansión de ese fuego”, agregó.
Desde el Ministerio pusieron a disposición un avión Hércules que reclutó unos 40 brigadistas en varios puntos del país, para sumar a lxs 60 que ya están trabajando en la zona. En el lugar trabajan además tres aviones y dos helicópteros. Cabandié se justificó: “Si hay un fuego simultáneo y se da en siete localidades al unísono, no alcanzan los recursos para combatirlo”.
La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) publicó hoy un comunicado en el que denunció el desfinanciamiento del Sistema Nacional de Manejo del Fuego. “Cuenta tan solo con el 0,003% del presupuesto del año 2021, monto que cayó desde el 0,01% en 2017”, detallaron. Y destacaron que “entre 2017 y 2019, el 20% de los fondos no se ejecutaron, mientras que en 2020 no se ejecutó el 37% del presupuesto”.
Ecocidio y terricidio
La magnitud que vienen teniendo los incendios forestales y sus consecuencias ambientales pusieron en agenda el año pasado un concepto que muchxs nunca habían escuchado: ecocidio.
En los hashtags, en los comunicados de las organizaciones ambientalistas y en sus banderas el término es ineludible.
¿Pero cuándo y dónde surgió el concepto? Julián Monkes, licenciado en Ciencias Ambientales y docente de la UBA, cuenta que data de principios de los ‘70 en Estados Unidos en un contexto de Guerra Fría y Guerra de Vietnam. “Los primeros movimientos ambientalistas masivos surgen en el seno de los movimientos antibélicos. Claro que existían personas y referentes del ambientalismo, pero lo masivo se remonta a las marchas por la paz”, dice.
¿Qué tiene que ver el medio ambiente con la guerra? “Surge la idea de que las guerras o las armas de destrucción masiva pueden generar devastaciones en los ecosistemas. Y ahí empieza a usarse el término ecocidio como un crimen: el de destruir el sostén del sistema de vida del planeta”.
Muchas comunidades originarias, eligen hablar de terricidio. ¿Cuál es la diferencia? “Las comunidades lo resignifican porque usar el concepto de territorio es muy distinto a usar el de ecosistema”, aclara Monkes. Mientras el ecocidio es mucho más biofisico, el terricidio hace referencia a la destrucción de los territorios. “El territorio es eso: la construcción de un lugar en términos de donde una comunidad echa sus raíces. La destrucción no es sólo biofísica, sino que también se destruye culturalmente. Eso es el terricidio”.
El intendente de El Hoyo, Pol Wisman, se refirió así al incendio que dejó 130 evacuados y heridos leves. Detalló que la lluvia que se registra este miércoles ayuda a «organizar la situación para poder encarar lo que venga cuando pare y el viento empiece a soplar».
Foto: Infor Chubut
Algunos focos de incendios en El Hoyo, Lago Puelo, El Maitén y el paraje Las Golondrinas, que amenazan a las poblaciones de la comarca andina y que provocaron la evacuación preventiva de al menos 200 pobladores, son combatidos por brigadistas en el medio del humo que dejó la lluvia durante la madrugada, informó hoy el subsecretario de asuntos municipales de Chubut, Luis Aguilera.
«Estamos monitoreando con todos los organismos la evolución de los incendios que por la información preliminar que tenemos ronda los 200 evacuados» explicó el funcionario provincial en diálogo con Télam.
Foto: Infor Chubut
Por su parte, Pol Huisman, intendente de El Hoyo manifestó que»la lluvia trae alivio para organizar la situación, tras lo que pasó ayer que fue dantescto», en declaraciones a Radio Seis de Bariloche.
El fuego rodeó la ciudad y hubo entre 20 y 30 heridos leves, además de varias casas quemadas cuyo número no fue aún precisado. Las líneas eléctricas están colapsadas, se quemaron transformadores y desconectaron el gas porque los nichos eran «lanzallamas». También tiene problemas con el agua.
Las líneas eléctricas están colapsadas, se quemaron transformadores y desconectaron el gas porque los nichos eran «lanzallamas»
El incendio más activo es el que «descendió» desde el cerro Piltiquitrón, entre el El Bolsón (Río Negro) y Lago Puelo, produciendo la evacuación por razones preventivas de más de 70 pobladores; mientras otro número no precisado de autoevacuados también dejaron sus viviendas y fueron llevados a la localidad de Epuyén, la más segura de la zona.
Las lluvias de esta madrugada hicieron descender la intensidad del fuego lo que «obliga a redoblar esfuerzos para ver cómo en este tiempo que nos da el agua de lluvia mitigar los efectos del incendio, lo cual tiene como contrapartida difícil que no podemos contar con apoyo aéreo», relataron los brigadistas.
En tanto, el intendente de Lago Puelo, Augusto Sánchez, describió como «catastrófica» la situación, que obligó al corte del suministro del gasoducto cordillerano.
Por su parte, el intendente de El Hoyo dispuso la evacuación preventiva de los pobladores asentados sobre la zona de «La Cascada» y «Callejón Trafián» ante la llegada de las llamas.
Y su par de El Maitén, el jefe comunal Oscar Currilén, informó a Télam que «tuvimos que hacer una evacuación de unas 15 familias y sabemos que igual cantidad se autoevacuaron porque las llamas llegaron hasta las puertas de la localidad».
«Ahora estoy de recorrida y es impresionante el humo que hay en el ambiente porque lo levanta el agua de lluvia que, al caer sobre semejante incendio, provoca la humareda que hace invisible alrededor» explicó.
Foto: cortesía de Nicolás Lopez
En esa zona se consumieron bosques implantados como la formación de pinos sobre la estancia de la «Compañía de Tierras Sud Argentino» del grupo Benetton, además de plantaciones de cebada.
Al respecto, el director del Servicio Provincial de Manejo del Fuego, Fernando Epele, reconoció que «tuvimos un gran impacto, con cuatro incendios simultáneos al que hay que agregar a los que se produjeron cerca, en zona de Río Negro, que también demanda el trabajo de brigadistas».
Los especialistas consideran que las llamas fueron impulsadas por los intensos vientos que soplaron durante los últimos días con ráfagas que llegaron a los 100 kilómetros.
Foto: cortesía de Nicolás Lopez
«La lluvia ayudó mucho a disminuir la actividad de las llamas y hay que aprovecharlo con todo lo que tengamos», sostuvo Epele en conferencia de prensa esta mañana.
El viento reactivó el incendio que se declaró la semana pasada al sur de Corcovado, y que se había declarado extinguido en cercanías de Lago Guacho, aunque no hay mayores detalles sobre ese foco que no amenaza la población pero sí al bosque nativo.
Los especialistas consideran que las llamas fueron impulsadas por los intensos vientos que soplaron durante los últimos días con ráfagas que llegaron a los 100 kilómetros
En diálogo con Télam, la locutora Yamila Bogel que realizó un programa radial de emergencia en «FM Patagonia Andina» de Lago Puelo, tras evacuarse de su propia vivienda esta madrugada ante el avance de las llamas, dijo; «Nosotros salimos con lo puesto de casa, que queda en la zona de Las Golondrinas (en las afueras de Lago Puelo), mientras veíamos cómo descendían las llamas por el cerro».
«Fue una situación jamás vista y un escenario dantesco donde por la noche se escuchaban las detonaciones de las garrafas», concluyó.
La inoperancia y desidia estatal para combatir el incendio desatado el 24 de enero al Norte de la ciudad y que pronto comenzó a devorar miles de hectáreas de bosque nativo, encendió todas las alarmas entre la población, que no dudó en autoconvocarse en la plaza y organizarse horizontalmente como “Vecines en Defensa del Bosque”.
Foto: Ana Collarte
La tibia reacción ante la magnitud del siniestro, evidenciada por el poco personal desplegado para evitar que se propaguen los focos (menor al centenar), dos avionetas más aptas para la fumigación que para la extinción de incendios (AT-802) y ninguna maquinaria pesada para ayudar con las tareas de cortafuegos, desató la indignación popular, el reclamo y una inédita organización popular. Llegó el 4 de febrero y con 11 días de bosque nativo en llamas, mientras las columnas de humo y anillos de fuego sobre el Cerro Piltriquitrón desmentían las versiones que aseguraban haber controlado el incendio, vecines de El Bolsón y otros pueblos de la Comarca Andina se congregaron por la mañana en la sede municipal exigiendo respuestas, pero sólo obtuvieron evasivas y promesas de pedido de ayuda a Nación.
En la desesperación, y no pudiendo quedarse de brazos cruzados, las vecinas y vecinos decidieron convocar a toda la población al día siguiente en la Plaza Pagano, la plaza de los artesanos.
El día 5 de febrero, en Plaza Pagano, luego de una nutrida asamblea, nacía “Vecines Autoconvocades de El Bolsón en Defensa del Bosque”, que sin demora formó comisiones de brigadistas, logística, donaciones, difusión y prensa, finanzas, viandas y salud. A sólo minutos de formada, la organización autogestiva lograba enviar a la segunda línea de combate contra el fuego, a más de 60 voluntaries, que en vehículos propios o de vecines partían cargando motosierras, palas, azadas y machetes.
La capacitación de los voluntarios cerca del fuego fue rápida y furiosa, cómo y dónde hacer cortafuegos, qué calzado no volver a usar, mantenerse juntos sin perder a nadie de vista, trabajar cooperativamente, asistir a bomberos y SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales) si así lo requerían, pero siempre asistiendo a los pobladores rurales y comunidades mapuche que comandaban las acciones en sus territorios.
Para el día 3 de la flamante organización, un acampe en la plaza se había instalado a manera de Base principal de operaciones, con sector de viandas, arreglo y confección de herramientas, ropa adecuada y calzados, mesa de donaciones, sector de curación y masajes, bebidas frías, combustibles y aceites, impulsado por el trabajo febril de cerca de 100 vecines en turnos rotativos, logrando enviar a cuatro destinos en la montaña a 120 brigadistas voluntarios por jornada. Dos destinos en la Rinconada Nahuel Pan y dos destinos en Cuesta del Ternero.
Personal del SPLIF y de otras instituciones de combate al fuego, pasaron de la incomodidad al asombro, cuando varias cuadrillas voluntarias llegaban, ya no sólo a hacer cortafuegos, sino a instalar en las laderas lo que denominaron “cadenas de motobombas”, una técnica diseñada con la creatividad que permite las construcciones populares, consistente en crear “ojos de agua” (pozos recubiertos con nylon negro) a manera de reservorios escalonados y ascendentes, que podían ser llenados con mangueras de riego y motobombas (bombas de succión) escalonadamente. Este sistema permite llevar agua a bastante altura para enfriar y apagar el fuego que permanece en las raíces hasta 1 metro promedio de profundidad.
En sólo dos días, la organización de vecines de la Plaza Pagano pasó de los porteadores de agua con mochila a multiplicar sus motobombas para el flamante sistema.
Foto: Ana Collarte
Superado y puesto en evidencia, el aparato político local movilizó a la policía para que bloqueara los accesos de los brigadistas voluntarios a los focos. Este accionar provocó incidentes menores en las barreras policiales, cuyo celo fue cediendo a medida que el fuego volvía a avanzar. Entre tanto, en la Plaza, nacía la comisión Evacuación, tanto para personas como para animales de granja.
Para el 9 de febrero, mismo día que visitó El Bolsón para pedir disculpas el número 2 del ministerio de ambiente de Nación, Sergio Federovisky, pudo presenciar en vivo y en directo cómo la base en Plaza Pagano equipaba a 170 combatientes del fuego, con sus respectivas viandas, agua y botiquines.
Luego, ante el reclamo de por qué el gobierno nacional se escondía detrás de discursos y planillas con supuesta ayuda enviada en lugar de enviar aviones hidrantes de mayor envergadura (como el anfibio CL-215 Scooper o el helicóptero S-64 AirCraine, con 5300 y 10000 litros de capacidad respectivamente frente a los 3000 del AT-802) se sintió ofendido y se retiró de la plaza al mejor estilo rabino Bergman pero sin disfraz.
Quienes llegaron en lugar de irse, fueron brigadistas autoconvocades de varios puntos del país que habían combatido el fuego en similares circunstancias de complicidad gubernamental, desde Córdoba, Rosario, Entre Ríos, acudieron al llamado de auxilio con sus experiencias y hasta sus equipos.
Radios comunitarias como FM Alas y FM La Negra, no sólo hacen coberturas especiales y radios abiertas desde la plaza, sino que parte del colectivo humano que les da vida, se suman a defenderla subiendo como voluntaries.
Las donaciones no cesan, pero especialmente dos fueron las que arrancaron lágrimas, la de la Comunidad mapuche Vuelta del Río, que sufrió este invierno pasado la tremenda nevada que sepultó casas y mató a casi todos sus animales. Y las de las Asambleas Rawson Playa, Madryn y Esquel, que en plena lucha contra la megaminería en Chubut, recorrieron cientos de kilómetros cargados de donaciones.
Ante la crítica, sobre si tapaba como parche un rol del Estado, la respuesta desde la Plaza Pagano fue contundente, por estos días el rol del Estado parece ser llenar de glifosato los suelos, de cianuro los ríos, de fuego los montes, bosques y humedales. Un Estado ecocida, al servicio de un capitalismo saqueador y criminal.
El colmo de la desvergüenza, lo protagonizó este último viernes 12/02 el intendente Pogliano, aún ligado al magnate Lewis quien lotea la pampa de Ludden y usurpa el lago Escondido.
No conforme con enviar la policía para desalojar la plaza y más tarde a una patota con el mismo fin, un rato más tarde, frente al pacífico reclamo de una cuadrilla de brigadistas que volvía de combatir el fuego por más de 10 horas y se lo encontró saliendo de una reunión con vecines en Cuesta del Ternero, fabuló que fue retenido contra su voluntad por gente armada con machetes, con la cara pintada y por qué no, “ya que estamos” mapuches.
¿Sabrá el intendente que cuando se lucha contra el fuego se tiznan con hollín la cara y el cuerpo? ¿Sabrá que sin machetes o motosierras no pueden hacerse cortafuegos? ¿Sabrá que los mapuches y los campesinos no evacuaron aún con heridas y quemaduras defendiendo el Bosque y sus animales? ¿Creerá que no tiene que rendir cuentas de por qué dejó quemarse Cuesta del Ternero, un lugar tan codiciado por intereses extractivistas? ¿Pretenderá que nadie le pregunte sobre por qué no hay agua potable en la mayoría de los barrios populares de Bolsón?
Lo cierto es que el Pueblo toma nota, y en El Bolsón volvió a escribir un nuevo capítulo emancipatorio, con un claro mensaje, “sólo el pueblo salvará al pueblo”