El Municipio realizó el procedimiento junto a la Autoridad del Agua (ADA) de la Provincia en distintos puntos de la primera sección de Islas. Las pruebas serán analizadas por investigadores y laboratorios para determinar concentración de toxinas y tipo de bacterias. Se recomienda no utilizar el agua de la zona hasta tanto no estén los resultados.
El Municipio de Tigre, a través de la Dirección General de Gestión Ambiental y la Dirección General del Plan Manejo del Delta, tomó muestras de las aguas del Delta para investigar la tonalidad verdosa que presentó en los últimos días.
Lo hizo junto a la Autoridad del Agua de la Provincia (ADA) y el Plan de Manejo del Delta, en seis puntos elegidos estratégicamente dentro de la primera sección de islas. Los resultados estarán en los próximos días y se informará a la comunidad.
Ante esta situación, el Municipio mantiene en alerta a la población: las aguas de tonalidad verdosa presente en algunos ríos y arroyos del Delta no deben utilizarse para consumo humano ni animal, ni para higiene personal.
Niños y animales son especialmente vulnerables.
Las muestras tomadas fueron llevadas, por un lado, a la empresa estatal AySA para determinar concentración de toxina (microcistina) en las pruebas.
Además, se acercaron muestras a la Universidad de Buenos Aires, para que investigadores determinen el tipo de bacteria, dado que por la coloración verdosa podría tratarse de cianobacterias, las cuales pueden producir toxinas que se disuelven en el agua.
En paralelo, en los laboratorios de ADA se realizarán análisis fisicoquímicos y bacteriológicos. Los datos arrojarán la concentración de nutrientes, que son el alimento de las bacterias.
Por otro lado, desde la Dirección General de Gestión Ambiental se midieron parámetros en los seis puntos muestreados -oxígeno disuelto, pH y temperatura-, indicadores de las condiciones ambientales para que estas bacterias proliferen.
Inés O’Farrell, investigadora del CONICET, indicó:
“Es posible que convivamos con esta situación durante los siguientes meses de verano, debido a que la proliferación de las cianobacterias se dan por condiciones ambientales, como bajo caudal del río. Por tal razón hay mayor sedimentación, mayor ingreso de luz y exceso de nutrientes, así como mayor temperatura del agua por la época del año”.
Tigre se encuentra trabajando de manera integral con otros municipios costeros, junto a la Autoridad del Agua de la Provincia, el Ministerio de Ambiente de la Nación y especialistas.
El Municipio realizó el procedimiento junto a la Autoridad del Agua (ADA) de la Provincia en distintos puntos de la primera sección de Islas. Las pruebas serán analizadas por investigadores y laboratorios para determinar concentración de toxinas y tipo de bacterias. Se recomienda no utilizar el agua de la zona hasta tanto no estén los resultados.
El Municipio de Tigre, a través de la Dirección General de Gestión Ambiental y la Dirección General del Plan Manejo del Delta, tomó muestras de las aguas del Delta para investigar la tonalidad verdosa que presentó en los últimos días.
Lo hizo junto a la Autoridad del Agua de la Provincia (ADA) y el Plan de Manejo del Delta, en seis puntos elegidos estratégicamente dentro de la primera sección de islas. Los resultados estarán en los próximos días y se informará a la comunidad.
Ante esta situación, el Municipio mantiene en alerta a la población: las aguas de tonalidad verdosa presente en algunos ríos y arroyos del Delta no deben utilizarse para consumo humano ni animal, ni para higiene personal.
Niños y animales son especialmente vulnerables.
Las muestras tomadas fueron llevadas, por un lado, a la empresa estatal AySA para determinar concentración de toxina (microcistina) en las pruebas.
Además, se acercaron muestras a la Universidad de Buenos Aires, para que investigadores determinen el tipo de bacteria, dado que por la coloración verdosa podría tratarse de cianobacterias, las cuales pueden producir toxinas que se disuelven en el agua.
En paralelo, en los laboratorios de ADA se realizarán análisis fisicoquímicos y bacteriológicos. Los datos arrojarán la concentración de nutrientes, que son el alimento de las bacterias.
Por otro lado, desde la Dirección General de Gestión Ambiental se midieron parámetros en los seis puntos muestreados -oxígeno disuelto, pH y temperatura-, indicadores de las condiciones ambientales para que estas bacterias proliferen.
Inés O’Farrell, investigadora del CONICET, indicó:
«Es posible que convivamos con esta situación durante los siguientes meses de verano, debido a que la proliferación de las cianobacterias se dan por condiciones ambientales, como bajo caudal del río. Por tal razón hay mayor sedimentación, mayor ingreso de luz y exceso de nutrientes, así como mayor temperatura del agua por la época del año».
Tigre se encuentra trabajando de manera integral con otros municipios costeros, junto a la Autoridad del Agua de la Provincia, el Ministerio de Ambiente de la Nación y especialistas.
De pronto, las típicas aguas marrones del Delta y del Río de la Plata se tornaron verdes, casi fluorescentes, y con tonos azulados. Más allá del efecto colorido, el fenómeno da cuenta de una invasión de un tipo particular de bacterias.
“Son cianobacterias, que ante ciertas condiciones crecen, crecen y crecen hasta formar estas masas o cúmulos verdes, conocidas como floraciones. Pero ahí no terminó la historia. El gran problema de esto es que producen unas toxinas, altamente dañinas.
Por eso hay que tomar medidas para proteger a la población”, advierte Inés O’Farrell, docente en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigadora del CONICET.
Si bien este acontecimiento pudo sorprender en estos días a vecinos de Tigre, San Fernando o Puerto Madero, no lo fue para la especialista.
“Lo estábamos esperando y monitoreando desde Yacyretá”,
explica en referencia a la represa hidroeléctrica, al norte de Corrientes. Por lo tanto no se trata de una cuestión local de Buenos Aires, sino que afecta a la cuenca del río Paraná a raíz de la combinación de una serie de factores.
Una sucesión de hechos desafortunados da lugar a esta proliferación de cianobacterias, organismos microscópicos que solo pueden advertirse por la enorme cantidad presente en estos días.
“El río Paraná está en uno de sus niveles mínimos, muy pero muy bajo desde hace muchos meses. Esta escasez de caudal ocasiona que precipiten los sólidos que dan el típico color marrón. Al hacerlo, la columna de agua tiene mucha más luz, y favorece a estas bacterias que, al igual que las plantas, fotosintetizan”, indica O´Farrel. Y esto no es todo,
“además, vuelcos de efluentes cloacales o ingresos de fertilizantes, pesticidas, etcétera, aportan fósforo y nitrógeno.
Estas condiciones de presencia de muchos nutrientes, altas temperaturas como las actuales, buena luz y lentificación del curso del agua por la bajante, permiten un crecimiento masivo de la especie Microcystis aeruginosa”, detalla.
Un riesgo para la salud
Como una mancha venenosa se expande y, a quienes toca, les puede provocar alteraciones hepáticas, gastrointestinales, reacciones alérgicas, irritación, entre otros trastornos, porque contiene una toxina, llamada microcistina, que
“afecta más a los organismos de bajo peso corporal. Por eso, hay que tener muchos cuidados con los niños y animales pequeños.”
Y es posible ver que ocasiona mortandad de peces, aves, perros y otros animales domésticos. Además, al ser hepatotóxica, las personas con alguna insuficiencia en el hígado deben tomar más recaudos”, señala.
Mascotas que chapotean en la orilla salen pintadas de verde, al igual que arenas, árboles y muelles, que quedan con su marca inconfundible. Todo tiñe y es visible, pero también deja huellas ocultas.
“Para los lugareños, la exposición es crónica. Estas toxinas se van acumulando dentro del organismo”.
“Entonces, aquellos pobladores sin acceso al agua potable, están en riesgo”, señala, O´Farrell, que integra el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de Exactas UBA.
En una tarea conjunta con jurisdicciones municipal, provincial y nacional, el equipo científico sugiere las medidas a tomar en la extensa cuenca del Paraná.
“En algunos lugares, a las personas se les deberá llevar agua potable para beber o cocinar”
“Para otros usos, como lavar la ropa o bañarse, conviene sacar agua del medio del cauce del río que, al ser más turbulento, contiene menos cantidad de cianobacterias, o de la orilla contraria a donde está la mancha verde”, aconseja, al tiempo que aclara:
“No usar lavandina para potabilizar el agua porque no sirve. El cloro potencia esto y genera un componente secundario, que a veces es más tóxico todavía que la microcistina”.
O’Farrell, quien desde hace años estudia estas floraciones, subraya que este cuestión no sólo afecta a la Argentina.
“El incremento de los nutrientes como fósforo, nitrógeno, por contaminación; altas temperaturas por el cambio climático, mayor insolación, son un combo peligrosísimo y afecta a todo el globo”, indica. A nivel local, su mirada se centra en dos perspectivas:
“A corto plazo no tenemos una solución, sino sólo una prevención. No bañarse en esas aguas, no beber de allí, y, si se estuvo en contacto, lavarse las manos y las zonas afectadas.”
“A largo plazo, la idea es conseguir la disminución de nitrógeno, fósforo, a través de wetlands o humedales para que actúen como filtros y no lleguen en tanta cantidad a los sistemas fluviales. Porque sin abundancia de estos nutrientes, las cianobacterias no pueden formar las floraciones”.
Cuánto durará:
Aunque son muchos los males que se le achacan a las cianobacterias, hay uno que es errado.
“No contienen cianuro como leí en el diario. Esto es una barbaridad. El nombre ‘ciano’, viene del color verde azulado, porque cian significa azul”, precisa.
Por último, estas floraciones, ¿permanecerán por mucho tiempo?
“Acá viene la mala noticia. Las previsiones hidrometeorológicas dicen que no lloverá en la alta cuenca en los próximos meses. Recién para el final del verano, se empezaría a recuperar el caudal del río Paraná. Esto quiere decir que continuaremos con esta situación durante todo el período estival.”
“Por eso es tan importante la alerta, para prevenir a la población, así como también para que las potabilizadoras de agua cambien de lugar las tomas por la bajante del río o incluyan las técnicas adecuadas para la eliminación de toxinas en el tratamiento”, anticipa y previene:
“Este problema recién empieza. Entonces, la articulación entre los científicos, los organismos proveedores de agua y los funcionarios será vital para que el problema no sea tan grave a lo largo de este verano”.
Fotos: Dirección General de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Tigre. Toma de muestras del día 12/11/2020.
De pronto, las típicas aguas marrones del Delta y del Río de la Plata se tornaron verdes, casi fluorescentes, y con tonos azulados. Más allá del efecto colorido, el fenómeno da cuenta de una invasión de un tipo particular de bacterias.
“Son cianobacterias, que ante ciertas condiciones crecen, crecen y crecen hasta formar estas masas o cúmulos verdes, conocidas como floraciones. Pero ahí no terminó la historia. El gran problema de esto es que producen unas toxinas, altamente dañinas.
Por eso hay que tomar medidas para proteger a la población”, advierte Inés O’Farrell, docente en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigadora del CONICET.
Si bien este acontecimiento pudo sorprender en estos días a vecinos de Tigre, San Fernando o Puerto Madero, no lo fue para la especialista.
“Lo estábamos esperando y monitoreando desde Yacyretá”,
explica en referencia a la represa hidroeléctrica, al norte de Corrientes. Por lo tanto no se trata de una cuestión local de Buenos Aires, sino que afecta a la cuenca del río Paraná a raíz de la combinación de una serie de factores.
Una sucesión de hechos desafortunados da lugar a esta proliferación de cianobacterias, organismos microscópicos que solo pueden advertirse por la enorme cantidad presente en estos días.
“El río Paraná está en uno de sus niveles mínimos, muy pero muy bajo desde hace muchos meses. Esta escasez de caudal ocasiona que precipiten los sólidos que dan el típico color marrón. Al hacerlo, la columna de agua tiene mucha más luz, y favorece a estas bacterias que, al igual que las plantas, fotosintetizan”, indica O´Farrel. Y esto no es todo,
“además, vuelcos de efluentes cloacales o ingresos de fertilizantes, pesticidas, etcétera, aportan fósforo y nitrógeno.
Estas condiciones de presencia de muchos nutrientes, altas temperaturas como las actuales, buena luz y lentificación del curso del agua por la bajante, permiten un crecimiento masivo de la especie Microcystis aeruginosa”, detalla.
Un riesgo para la salud
Como una mancha venenosa se expande y, a quienes toca, les puede provocar alteraciones hepáticas, gastrointestinales, reacciones alérgicas, irritación, entre otros trastornos, porque contiene una toxina, llamada microcistina, que
“afecta más a los organismos de bajo peso corporal. Por eso, hay que tener muchos cuidados con los niños y animales pequeños.»
Y es posible ver que ocasiona mortandad de peces, aves, perros y otros animales domésticos. Además, al ser hepatotóxica, las personas con alguna insuficiencia en el hígado deben tomar más recaudos”, señala.
Mascotas que chapotean en la orilla salen pintadas de verde, al igual que arenas, árboles y muelles, que quedan con su marca inconfundible. Todo tiñe y es visible, pero también deja huellas ocultas.
“Para los lugareños, la exposición es crónica. Estas toxinas se van acumulando dentro del organismo».
«Entonces, aquellos pobladores sin acceso al agua potable, están en riesgo”, señala, O´Farrell, que integra el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de Exactas UBA.
En una tarea conjunta con jurisdicciones municipal, provincial y nacional, el equipo científico sugiere las medidas a tomar en la extensa cuenca del Paraná.
“En algunos lugares, a las personas se les deberá llevar agua potable para beber o cocinar»
«Para otros usos, como lavar la ropa o bañarse, conviene sacar agua del medio del cauce del río que, al ser más turbulento, contiene menos cantidad de cianobacterias, o de la orilla contraria a donde está la mancha verde”, aconseja, al tiempo que aclara:
“No usar lavandina para potabilizar el agua porque no sirve. El cloro potencia esto y genera un componente secundario, que a veces es más tóxico todavía que la microcistina”.
O’Farrell, quien desde hace años estudia estas floraciones, subraya que este cuestión no sólo afecta a la Argentina.
“El incremento de los nutrientes como fósforo, nitrógeno, por contaminación; altas temperaturas por el cambio climático, mayor insolación, son un combo peligrosísimo y afecta a todo el globo”, indica. A nivel local, su mirada se centra en dos perspectivas:
“A corto plazo no tenemos una solución, sino sólo una prevención. No bañarse en esas aguas, no beber de allí, y, si se estuvo en contacto, lavarse las manos y las zonas afectadas.»
«A largo plazo, la idea es conseguir la disminución de nitrógeno, fósforo, a través de wetlands o humedales para que actúen como filtros y no lleguen en tanta cantidad a los sistemas fluviales. Porque sin abundancia de estos nutrientes, las cianobacterias no pueden formar las floraciones”.
Cuánto durará:
Aunque son muchos los males que se le achacan a las cianobacterias, hay uno que es errado.
“No contienen cianuro como leí en el diario. Esto es una barbaridad. El nombre ‘ciano’, viene del color verde azulado, porque cian significa azul”, precisa.
Por último, estas floraciones, ¿permanecerán por mucho tiempo?
“Acá viene la mala noticia. Las previsiones hidrometeorológicas dicen que no lloverá en la alta cuenca en los próximos meses. Recién para el final del verano, se empezaría a recuperar el caudal del río Paraná. Esto quiere decir que continuaremos con esta situación durante todo el período estival.»
«Por eso es tan importante la alerta, para prevenir a la población, así como también para que las potabilizadoras de agua cambien de lugar las tomas por la bajante del río o incluyan las técnicas adecuadas para la eliminación de toxinas en el tratamiento”, anticipa y previene:
“Este problema recién empieza. Entonces, la articulación entre los científicos, los organismos proveedores de agua y los funcionarios será vital para que el problema no sea tan grave a lo largo de este verano”.
Fotos: Dirección General de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Tigre. Toma de muestras del día 12/11/2020.