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Amnistía Internacional pidió que se trate de manera “urgente” la Ley de Humedales

La organización se expresó en favor de que el tema se debata en las sesiones legislativas y se sancione la ley. Además, elaboró un informe sobre la expansión de las situaciones de emergencia ígnea en el país

Como parte de una iniciativa ciudadana, la Ley de Humedales se presentó por primera vez en 2013, sin embargo, casi una década después de aquel primer impulso aún no logró ser aprobada en la Argentina. Durante 2022 dos proyectos obtuvieron dictamen en un plenario de las comisiones de Recursos Naturales, Presupuesto y Agricultura pero no fueron incorporados al temario de sesiones extraordinarias. Frente a ello, la ONG Amnistía Internacional emitió un informe alertando sobre el avance de la emergencia ígnea en el país y pidió que se sancione la ley para ofrecer “las mayores garantías posibles para la protección de los territorios”.

Si bien a lo largo del tiempo la Ley de Humedales obtuvo dos veces la aprobación por parte del Senado, el trámite parlamentario quedó inconcluso al no pasar el filtro de la Cámara de Diputados. Frente al avance de los incendios forestales, distintas organizaciones sostienen el reclamo y ahora fue Amnistía Internacional la que se sumó al pedido de un tratamiento “urgente” en las sesiones legislativas.

En medio de los cuestionamientos por parte de gobernadores y corporaciones agroindustriales y mineras que intentaron frenar su avance, dos proyectos obtuvieron dictamen en 2022. Entre sus puntos centrales, se establece el ordenamiento territorial y un inventario de ecosistemas en todo el país. Sin embargo, el tema no fue incluido entre los 27 ítems que se debatirán en las sesiones extraordinarias.

La ONG advirtió que durante el 2022 hubo incendios forestales en todas las provincias de Argentina

Ante un nuevo freno en el tratamiento de la Ley de Humedales, Amnistía Internacional reclamó que es “urgente” que se debata “en el recinto durante el próximo período de sesiones legislativas”. Al respecto, la ONG publicó un informe donde advirtió que es necesario dado que “se registraron focos ígneos en todas las provincias durante 2022 y más de 560 mil hectáreas fueron afectadas por el fuego en el país”.

En el informe presentado se destaca que los humedales son fundamentales para la “mitigación y prevención de los incendios”. De hecho, indicaron que no solo representan el 21% de la extensión del territorio nacional, sino que “son barreras naturales que ayudan a prevenir el avance del fuego y amortiguan los efectos de las tormentas e inundaciones al absorber el agua lentamente”. Sumado a ello, los humedales combaten el cambio climático dado que almacenan carbono y retienen gases de efecto invernadero.

Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina sostuvo que ante la crisis climática a nivel mundial “es fundamental que los Estados redoblen sus esfuerzos para cumplir con sus compromisos internacionales en cuestiones ambientales”.

“Es clave que Argentina avance en la sanción de una ley de humedales que ofrezca las mayores garantías posibles para la protección de los territorios”, afirmó la referente de la ONG, quién recordó que el pasado 10 de noviembre dos proyectos tuvieron dictamen en el plenario de comisiones de modo que “es urgente que sean debatidos en el recinto durante el próximo período de sesiones legislativas”.

En el informe publicado se alertó que en Argentina “se registraron incendios en 23 de las 24 provincias”, según datos de enero a octubre del año pasado registrados por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Sin embargo, el 30 de noviembre se reportaron focos de incendios en bosques nativos de Tierra del Fuego, de manera que durante el año pasado todas las provincias sufrieron incendios forestales.

La Ley de Humedales no fue incorporada al temario de sesiones extraordinarias

A causa de los incendios ocurridos en todo el país, se estima que la recuperación podría costar “entre USD 1.100 y 3.700 millones por año”, sostiene el estudio. Además, advirtieron que el año pasado el Ministerio de Ambiente “aumentó de manera considerable las partidas presupuestarias para dar respuesta a la crisis de incendios”. De hecho, se estima un incremento del 1.029% de partida entre 2019 y 2022.

Según datos oficiales, en 2019 se ejecutaron $195 millones del SNMF, habiéndose subejecutado el 31% del presupuesto, mientras que en octubre de 2022 ya se habían ejecutado $7.000 millones, superando en un 2% el presupuesto previamente asignado, detalló Amnistía Internacional.

Más allá del cambio climático que provocó altas temperaturas, sequías y bajos niveles hídricos, se advirtió que las acciones humanas son responsables del 95% de los incendios. Algunas de las principales causas son negligencia, fogones mal apagados y la quema intencional de pastizales. Sólo durante este miércoles 25 de enero 10 jurisdicciones presentaron focos de incendios según el Servicio Nacional de Manejo del Fuego.

infobae.com

Ley de Humedales: «el proyecto que va camino al recinto no protege a los territorios y sus habitantes»

El jueves se realizó el plenario de comisiones de Ambiente, Agricultura y Presupuesto y Hacienda, y emitió un dictamen favorable a la Ley de Humedales. Sin embargo el oficialismo no hizo valer su mayoría legislativa y Juntos por el Cambio impuso su texto.

Desde las organizaciones ambientalistas advierten que el proyecto que se debatirá en el recinto no protege los territorios y a sus habitantes.

«Estamos convencidas y convencidos de que una ley redactada por y para los ecocidas es incluso peor que ninguna ley. Quienes lo impulsan son quienes vienen cajoneando la ley hace más de una década y ahora se quieren abanderar como defensores del ambiente, cuando en realidad responden a sus propios intereses y de los lobbys.»

«Esta no es una Ley de Humedales, es el blanqueamiento de sus intenciones» explicaron desde la Multisectorial de Humedales Rosario.

El jueves se realizó el plenario de comisiones de Ambiente, Agricultura y Presupuesto y Hacienda en el Congreso de la Nación. Resultado del debate diputados emitió un dictamen favorable a la Ley de Humedales. Sin embargo el oficialismo no hizo valer su mayoría legislativa y Juntos por el Cambio impuso su texto.

«Hubo dictamen de mayoría y de minoría. Dictaminaron dos proyectos de Ley de Humedales: uno es el que salió por mayoría lamentablemente porque es completamente regresivo impulsado por Cambiemos, que las organizaciones no aceptamos y el proyecto que se dictaminó por minoría es el consensuado que venimos militando y que lo presenta el diputado Leonardo Grosso, pero sabemos que se le hicieron algunas modificaciones que todavía no estamos al tanto sobre cuales fueron, asique no podemos dar una opinión aún sobre ese dictámen» explicó Ivo integrante de la Multisectorial de Humedales Rosario en diálogo con ANRed.

Asimismo desde las organizaciones ambientalistas señalaron la responsabilidad de diputados y diputadas del oficialismo que no firmaron el proyecto consensuado. «Estos son los diputados/as del FdT que no firmaron el proyecto de #LeyDeHumedalesYA consensuado y por ende favorecieron que se apruebe el dictamen regresivo, fraudulento, antipopular, sin rigor científico ni legal, impulsado por JxC».

Desde la Multisectorial de Humedales Rosario emitieron un comunicado en el que explicaron: «si bien ambos proyectos pueden ser tratados en el recinto, el primero a discutirse será el que obtuvo un dictámen de mayoría. Ésto representa un peligro muy grande para la lucha, los territorios y sus habitantes, ya que en dicho texto se disminuyen las sanciones a aplicar respecto del texto consensuado, no cuenta con moratoria, extiende el plazo para la realización del inventario y habilita excepciones que permiten saltearse la Evaluación de Impacto Ambiental, entre otros puntos que lo vuelven un proyecto inaceptable para las organizaciones y les habitantes que venimos llevando adelante esta lucha con tanto esfuerzo».

FUENTE: ANRed

LA LEY DE HUMEDALES OBTUVO SU DESPACHO

Hoy 10 de noviembre de 2022, las comisiones de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, de Agricultura y Ganadería y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados despacharon los proyectos de ley de presupuestos mínimos de protección de humedales, a través de un despacho de mayoría y otro de minoría.

Por Jonatan Baldiviezo y María Eva Koutsovitis

El despacho de mayoría obtuvo 53 votos principalmente de Juntos por el Cambio.

El despacho de minoría obtuvo 47 votos. Es el proyecto cuyo contenido originalmente fue consensuado con las asambleas pero que sufrió cambios al momento de ser despachado.

A continuación detallaremos las principales diferencias entre ambos despachos:

  1. Ambos despachos tienen la misma definición de humedal pero el de minoría aplica el principio de no regresión en materia ambiental y, en caso de controversias, los principios in dubio pro aqua e in dubio pro natura, en favor de la protección de los humedales.
  2. El de mayoría, en el Inventario Nacional de Humedales otorga un rol más protagónico a la información generada por las provincias y la Ciudad de Buenos Aires.
  3. El Inventario Nacional de Humedales, en ambos despachos, deberá elaborarse y publicarse en un plazo no mayor a 3 años contados a partir de la sanción de la ley y actualizarse cada 5 años.
  4. En el de mayoría, el Ordenamiento Territorial de Humedales deberá realizarse en un plazo de 1 año desde la publicación del Inventario (3 + 1). En el de minoría, otorga un plazo de 2 años desde la sanción de la ley.
  5. El de mayoría crea las Áreas de Alto Valor de Conservación a los fines de preservar su valor intrínseco y los servicios ecosistémicos que brindan.
  6. El de mayoría no dispone la aplicación de los siguientes principios: Participación, Co-construcción del conocimiento, Equidad territorial y social, Perspectiva del paisaje, Progresividad, Variabilidad espacio-temporal de los humedales, Principio in dubio pro natura, Principio in dubio pro aqua, Principio de no regresión, Resguardo jurídico ambiental.
  7. El de mayoría no contempla regulación sobre Monitoreo, actualización y participación ciudadana en el Ordenamiento Territorial de Humedales.
  8. El de mayoría establece un Aplazamiento de intervenciones. Durante el transcurso de tiempo entre la sanción de la presente y la aprobación del Ordenamiento Territorial de Humedales por ley, sólo se permitirán cambios en el uso del suelo o la ampliación de las actividades existentes en humedales plenamente reconocidos cuando la Autoridad Competente determine que no se verán afectadas significativamente sus características ecológicas a través de un procedimiento participativo de Evaluación de Impacto Ambiental. El de minoría establece también la obligación de una evaluación de impacto ambiental de forma previa a autorizar la realización de nuevas actividades o la ampliación de las actividades existentes.
  9. Ambos proyectos establece la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) a todo proyecto de obra o actividad que sea susceptible de degradar en forma significativa áreas de humedales. El de minoría contiene una enumeración detallada de las intervenciones que dispararán el proceso de EIA.
  10. El de minoría exige la realización de EIA frente a toda liberación, dispersión o disposición de sustancias o elementos contaminantes, productos químicos o residuos de cualquier naturaleza y origen, incluyéndose las fumigaciones aéreas y terrestres, sobre los humedales.
  11. El de mayoría exige un Plan de Manejo Sostenible a los efectos de acceder a los recursos del Fondo. El de minoría exige el Plan de forma previa a solicitar autorización para realizar el uso de humedales.
  12. Con respecto a la Restauración, el de mayoría establece que la Autoridad Nacional de Aplicación y las Autoridades Competentes apoyarán la restauración de los humedales afectados y/o degradados. El de minoría dispone la obligación de restaurar las áreas degradadas en función de su valor de conservación y/o los servicios ecosistémicos.
  13. El de mayoría crea un Fondo Fiduciario para los Humedales con el objeto de compensar a las jurisdicciones y/o personas que conserven los humedales y sus servicios ecosistémicos. El de minoría crea el Fondo Nacional de Humedales con un destino más amplio.
  14. El de minoría crea el Programa Nacional de Conservación de Humedales.
  15. El de mayoría crea el Comité Nacional de Humedales como órgano asesor integrado principalmente con los consejos federales productivos (agropecuario, minería, etc.). El de minoría crea el Consejo Consultivo de Humedales, cuya función es la de asistir y asesorar, otorgando mayor preponderancia a las organizaciones socio-ambientales.
  16. El de mayoría no establece la Responsabilidad solidaria de las personas humanas o jurídicas que hayan suscripto los Planes con datos falsos u omitidos datos relevantes.
  17. En el de mayoría la Autoridad Nacional de Aplicación es conjunta entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y el Ministerio de Economía de la Nación. En el de minoría la Autoridad es la autoridad ambiental.

observatoriociudad.org/

Desde los humedales

Ambientes tan singulares como pajonales, vegas, mallines, ciénagos, cochas, salinas, bosques de ribera, lagunas someras, praderas inundables, esteros, guajosales, malezales, tembladerales, bañados, cañadas, arroyos (temporarios y permanentes), marismas costeras, turberas, entre muchos otros que resultaban ser ecosistemas marginales, accidentes en las tierras productivas, hoy tienen nombre propio. Se llaman “humedales”.

De manera sorprendente, el tratado ambiental más antiguo que existe se refiere justamente a los humedales. Es la “Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas”, conocida como Convención Ramsar, firmada allá por 1971 por gobiernos de todo el mundo.

En 2021, esta Convención informó que si bien estos ecosistemas aún cubren un área global superior a los 15 millones de kilómetros cuadrados -casi dos veces la superficie de Brasil- y están distribuidos a lo largo y ancho del planeta, su superficie disminuye de manera alarmante. Desde 1970 hasta hoy se estiman pérdidas medias del 35% en los lugares donde se cuenta con datos. A su vez, avisa que la calidad de los humedales restantes a escala global continúa deteriorándose. El drenaje, la contaminación, las especies invasoras, el cambio del régimen de flujos de agua, los usos insostenibles, así como el calentamiento global y su cambio climático asociado están entre las causas primarias.

A pesar de todo esto, se reconocen como vitales las funciones socioecosistémicas de los humedales. Van, por ejemplo, desde la seguridad alimentaria hasta la mitigación del cambio climático, y su valor incluso supera de lejos a los de los ecosistemas terrestres. Por sobre todas las cosas, cuando hablamos de humedales hablamos de agua. Hablamos de ecosistemas que almacenan agua, que nos protegen de tormentas, que retienen sedimentos y nutrientes del agua, que purifican agua, y que gracias a estas propiedades tienen enorme capacidad de capturar carbono y de albergar biodiversidad.

En 2002 Mark Brinson e Inés Malvárez, dos referentes del ámbito científico-académico, planteaban que al menos hasta esa época, los humedales de las áreas subtropicales y templadas de nuestro continente se encontraban aún en un relativo buen estado de conservación, comparadas con otras regiones a latitudes semejantes en el hemisferio norte. Estos autores enfatizaban ya la necesidad de fortalecer las políticas de conservación en contraposición con los costos que significan los emprendimientos de restauración una vez que estos ecosistemas se degradan o se pierden.


En Argentina, sin embargo, la situación de los humedales es inquietante. No tenemos datos ciertos del área que ocupan porque no contamos con un inventario. Sí tenemos mapas valiosos (MAyDS, INTA) que nos dan ideas sobre su representación en el espacio de estos ecosistemas y que tienen el mérito de ayudarnos a pensar su importancia y trazar estrategias de trabajo. Pero los mapas son modelos con alcances y limitaciones, elaborados a partir de metodologías y supuestos. Serán sin duda un insumo valioso para un futuro inventario. Pero en el interín, hoy pareciera ser más urgente pensar qué queremos hacer con los humedales y cómo queremos gestionarlos más que detenernos en los mapas o guarismos con que contamos.

Creo que necesitamos más sensibilidad ambiental, honestidad y solidaridad social y otra racionalidad que amplíe la mirada para pensar una ley de humedales.

Las investigaciones científicas, los estudios de caso, las denuncias de particulares y colectivos sobre el avance inmobiliario (por ejemplo, el de la zona norte bonaerense, localidades neuquinas como San Martín de los Andes, entre otros), la ocurrencia de hechos como los incendios regionales (la planicie aluvial del Paraná transformada en crematorio a cielo abierto en medio de una sequía histórica), los “accidentes” por derrames en la actividad minera y el consumo de grandes volúmenes de agua vinculados a esta actividad en áreas de extrema aridez y el avance sobre las reservas de litio planificado sin una evidente reflexión sobre costos socioambientales y los beneficiados, indican que esta situación es preocupante.

El intenso y extenso uso de agroquímicos -tóxicos empleados como insumos necesarios del modelo de agricultura industrial hegemónico-, impacta de manera directa no sólo sobre la salud de las poblaciones sino también sobre la biodiversidad y la calidad de las aguas en los humedales. Los trabajos desarrollados en las Universidades Nacionales de La Plata, Buenos Aires, Litoral y San Martín documentan efectos de contaminación en el Río Paraná, el Gualeguay y las lagunas pampeanas. En este mismo sentido, la decisión de ganar tierras productivas a costa de humedales, de la mano de obras hidráulicas con transformación masiva de los paisajes (como las de Bajos Submeridionales y Depresión del Salado) parecieran denotar que no existe intención alguna de revisar de manera crítica los modos de producción y apropiación de los territorios ni los riesgos sobre la seguridad alimentaria y la salud humana.

La experiencia de los bosques alerta aún más la percepción social. Si hay ecosistemas emblemáticos sobre esta tierra son los bosques, reconocidos por su belleza, imponencia y riqueza económica y cultural. En 1998, cubrían 54,7 millones de hectáreas en Argentina, y desde entonces y hasta 2021 se perdieron 7,3 millones de hectáreas (13%) según datos oficiales. Pero las pérdidas estuvieron particularmente concentradas en el monte chaqueño donde cultura y árbol fueron casi arrasados ante el avance de la agroindustria. Es interesante recordar que la ley de Presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos (Ley 26.331) fue sancionada en 2007, contando ya en 2005 con una primera versión del inventario.

Con estos antecedentes, y el mote de tierras improductivas y fuente de enfermedades y alimañas, los humedales parecen quedar más como producto de la distracción que de alguna intención de conservar nuestro patrimonio natural y cultural.

Sin embargo, en los paisajes terrestres, áridos y semiáridos de gran parte de nuestro país, los humedales son oasis, y su estado de integridad se transforma en algo así como “ecosistemas indicadores” de la sostenibilidad de las actividades productivas que se desarrollan en la zona circundante. En estos casos las poblaciones humanas viven en ámbitos terrestres, pero usan los humedales para la provisión de agua o por ejemplo para el pastoreo de animales. Son paisajes terrestres con humedales.

Hacia el noreste, en el valle aluvial del Paraná y su delta, en Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, en los paisajes de esteros correntinos y en la alternancia de ríos e interfluvios que tributan al Río Paraguay en Chaco y Formosa, los paisajes se extienden como mosaicos de humedales sin solución de continuidad. La gente, a diferencia del caso anterior, desarrolla su vida en (dentro de) los humedales propiamente dichos. Son territorios de difícil acceso, donde los pulsos de alternancia de inundación o anegamiento y seca marcan el ritmo vital del paisaje. Aquí la producción históricamente estaba diversificada, con una variedad muy grande de actividades acopladas a esos ritmos naturales y vinculadas a emprendimientos de escala local y a veces, familiar: la pesca artesanal, la recolección de frutas o junco y la ganadería de islas. Son paisajes de mosaicos de humedales.

Claramente no se trata de no producir, la sola presencia humana transforma. Se trata de pensar cómo producir.


Si bien la Convención Ramsar entró en vigor en nuestro país por ley nacional en 1991 (Ley 23919), no se tenía real conciencia de qué eran exactamente los llamados “humedales”, porque la definición de la Convención resultaba una enumeración de cosas que tenían como patrón común la inundabilidad o la saturación de agua en el suelo.

Incluso en el ámbito académico, en la actualidad se siguen clasificando “sistemas terrestres” y “sistemas acuáticos” en una lógica binaria que fuerza simplificaciones. En muchos casos se sigue identificando a los humedales como “transiciones”, ecotonos, sin nombre… y, como es obvio, lo que no se nombra no es importante.

El hashtag “Ley de humedales ya” tiene el mérito enorme de visibilizar y poner al alcance de un amplio sector de la sociedad la preocupación por estos ecosistemas y sus funciones. Pero no alcanza. Al contrario, muchas veces se reduce la cuestión de los humedales a la problemática de los incendios y se termina pensando que una ley única es solución contundente frente a una crisis ambiental compleja. Si así fuera, Argentina tiene mucha legislación ambiental, incluso en 2020 se modificó la ley de Manejo del Fuego (ahora Ley 27604) para afrontar el descontrol de los incendios. Pero evidentemente parece que cuesta cumplir con las leyes ambientales.

Pensar en la gestión federal de los humedales articulada de manera nacional y una legislación que regule su uso y conservación va mucho más allá que los incendios.

Los humedales, “errores” o disidencias de las tierras secas y emblemas de la diversidad biológica, ecológica y cultural, siguen lejos de los guarismos y cabildeos de los tomadores de decisiones “importantes”, globalizantes y geopolíticas.

La premura de conservar los humedales emerge como ariete de fuerza inusitada en las batallas socioambientales que se libran por la sostenibilidad de la vida, no ya “para” los propios humedales sino “desde” los humedales. Esto es lo que está en juego en la sanción de normativa para su gestión y conservación.

¿Por qué desde los humedales? Porque convocando a esa larga lista de ambientes desdeñados que hoy se identifican con el nombre propio “Humedal”, se confronta al paradigma hegemónico cultural y ambiental, de carácter binario (tierra-agua, ciudad-campo, rico-pobre, educado-bruto, masculino-femenino, útil-inútil, entre otros) que de manera autoritaria y quizás patriarcal determina lo que sirve y lo que no.

Desde los humedales porque su propia definición, compleja a primera vista, convoca y obliga a abandonar las viejas y frecuentemente convenientes miradas reduccionistas y sectoriales, ávidas de fragmentar la realidad en su afán de comprensión, pero también de supremacía. Nos invitan a privilegiar el bien común sobre enfoques sectoriales.

Desde los humedales porque la actual definición de humedal deja a un lado las fisonomías (lo visible en lo inmediato: bosques, pastizales etc.) y en cambio se apoya en las funciones y procesos esenciales de estos ecosistemas para la vida (por ejemplo, a través de retención de agua). Esta definición invoca a la interdisciplina y convoca al diálogo desde ciencias como la edafología, la geomorfología, la geografía, la hidrología, la biología, la ecología, de manera conjunta y respetuosa de los saberes. También invoca a las ciencias sociales, las invita a comprender los vínculos culturales entre humanos y naturaleza y a acercar miradas más ecocéntricas. También los humedales interpelan a la academia y sus modos, que suele enseñar a ser escuchados, explicar de manera unilateral desde cada especialidad como élites del saber, pero poco parece enseñar a escuchar a les otres, integrar saberes y vivencias locales.

Desde los humedales también porque el mantenimiento de sus funciones socioecosistémicas depende de la forma en que ocupamos, usamos y desarrollamos las actividades productivas no solo en los propios humedales sino en el paisaje circundante.


Cuando se habla actualmente de la sanción de una Ley de humedales se habla de una ley de presupuestos mínimos contemplada por el artículo 41 de la Constitución Nacional. Se refiere a toda norma que concede una tutela ambiental uniforme o común para el territorio nacional, y tiene por objeto imponer las condiciones necesarias para asegurar la protección ambiental.

Pasaron casi diez años desde que se presentó el primer proyecto de ley para la protección de humedales por la senadora por Entre Ríos Elsa Ruiz Díaz. Le siguieron una larga lista de proyectos, unos copiados de otros y copias a su vez de fragmentos de las leyes de presupuestos mínimos de bosques y de glaciares, sin tomar en cuenta los antecedentes de la aplicación de las mismas. Ninguno tuvo en cuenta el enorme trabajo de conceptualización y la experiencia que fueron ganando diversos técnicos de la gestión pública y la academia en el tema humedales, bajo gobiernos de todos los colores. No se les consultó.

Queda flotando la sensación de que no hubo aprendizaje alguno.

Durante el 2020-2021 la Comisión de Ambiente de la Cámara de Diputados, a cargo del diputado Leonardo Grosso, realizó un gran paso. Convocó a organizaciones sociales, investigadores y técnicos de la gestión a generar un texto que fuera consensuado a partir del articulado ya definido en los proyectos de ley presentados anteriormente. Se analizaron artículos y se sumaron grandes avances conceptuales en los contenidos. Se incluyó un programa de humedales de alcance nacional y se entendió al inventario como un insumo técnico para el ordenamiento ambiental del territorio definido en la Ley general del Ambiente (Ley 25.675). De esta manera se eliminó la idea del ordenamiento del ecosistema, concepto arrastrado de la ley de bosques y absolutamente inapropiado en el caso de los humedales.

Sin embargo, los tiempos políticos hicieron que gran parte de los artículos no se pudieran revisar y ni siquiera se pudiera hacer una lectura crítica y reflexiva del conjunto de estos y compararlos con otras normativas vigentes. En ese consenso no participaron ni los productores (a quienes entiendo se invitó) ni el Consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA), que es el ámbito de concertación de políticas ambientales, en el cual los representantes de las diversas jurisdicciones se expiden a través de acuerdos y normas como Resoluciones y Recomendaciones, consensuadas, acordadas y suscritas en el marco de las Asambleas Ordinarias y Extraordinarias.

Hace pocos meses, el COFEMA (del que participa el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación (MAyDS) revisó el proyecto mencionado a la luz de su experiencia de gestión y elaboró otro proyecto. Cada jurisdicción intervino expresando sus propias miradas e intereses en función de obtener un proyecto con foco en la gestión ambiental de los humedales tomando en cuenta los intereses de la producción y de la conservación de los mismos, el cual fue aprobado por consenso a través de una resolución de la institución.

De manera incomprensible, este proyecto de ley no fue presentado en el Parlamento, perdiendo la oportunidad de llevar a debates de fondo en la cuestión de los humedales.

En cambio, entre los proyectos variopintos que ingresaron durante este 2022 sobresale uno de los últimos presentado en septiembre (Ximena Gacía y Maximiliano Ferraro), el cual de manera prolija y pragmática vuelve a hacer énfasis en los humedales como proveedores de “bienes y servicios” e invoca también el “ordenamiento por ecosistema”. Estos conceptos, de manera conjunta con el de pago a privados por cuidados de los humedales, hace este proyecto de norma a la medida del agronegocio.

Tal cual están las cosas hoy, el debate sobre el destino de los humedales y su gestión se reduce a los intercambios de figuritas en la redacción de un articulado de la ley que se transforma en un “toma y daca” muy alejado de la idea del bien común, y forzado y condicionado desde el sector de las ONGs ambientalistas y los intereses económicos concentrados. El agronegocio, la minería del litio y los desarrolladores inmobiliarios no están dispuestos a ser sujetos de regulación alguna. Las ONGs parecieran obrar desde la desesperación. Toda la experiencia de la gestión y los desarrollos del conocimiento quedan desdibujados a merced de una suerte de analfabetismo ambiental de una buena parte de la clase política junto con personalismos y los más mezquinos intereses del poder económico. Aún más, en muchos casos la posición de algunas provincias retrotrae más al concepto de balcanización del estado nacional en relación a la gestión ambiental que a un auténtico espíritu federal. La gente queda en el medio. A pesar de todo esto, las luchas socioambientales en general y desde los humedales en particular, como metáfora y como acción, seguirán siendo inspiración de trabajo para muchos y muchas que seguimos soñando siempre lo mismo (y no estamos locos/as), simplemente y de manera esperanzada un mundo más justo, más solidario y respetuoso de la vida.

Si habrá ley, ojalá prime en su elaboración una racionalidad sensible con la problemática de los humedales que facilite su gestión socioambiental para el bien común.

Por: Patricia Kandus Arte: Mónica Giron

La obra de Mónica Girón que ilustra este ensayo puede verse hasta febrero de 2023 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

FUENTE: Revista Anfibia

Tres detenidos por intentar prender fuego en las islas del Paraná

Las personas fueron apresadas por efectivos que patrullaban la zona justo en el momento en que se disponían a encender una vegetación seca del humedal.

Tres hombres permanecían detenidos este lunes en una comisaría de la ciudad entrerriana de Victoria tras ser detenidos por personal policial cuando intentaban prender fuego en la zona de las islas del río Paraná, frente al pueblo santafesino de Arroyo Seco. El juez federal Federico Marín y el fiscal federal Claudio Kishimoto tienen previsto tomarles declaración indagatoria en las próximas horas, según se informó.

Las personas fueron apresadas justo en el momento en que se disponían a prender fuego a una vegetación seca del humedal por efectivos que patrullaban la zona, de acuerdo a lo indicado por la Policía de Entre Ríos. Los incendios forestales en las islas del río Paraná que se vienen registrando en los últimos días ya consumieron más de 10.000 hectáreas, de acuerdo a datos del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y llevó a que el ministro de Ambiente y Desarrollo Social, Juan Cabandié, ampliara las denuncias ante la Justicia de Victoria para que se identifique a los responsables.

Desde Rosario también hubo repetidas manifestaciones del arco político y también de organizaciones ambientalistas y habitantes autoconvocados debido a que durante varios días la ciudad se vio afectada por el humo producido por los focos ígneos en las islas. El sábado, además, se realizó un corte del puente Rosario-Victoria en reclamo del cese de las quemas «intencionales» en las islas del Delta del Paraná y el «urgente» tratamiento de una Ley de Humedales en el Congreso Nacional.

FUENTE: Tiempo Argentino

Corte y asamblea en el puente Rosario – Victoria

En repudio a las quemas que se realizan en las islas al otro lado del Río Paraná, se realizó un corte en el puente Rosario-Victoria. Exigen que se vote la ley de humedales y denuncian la responsabilidad de los gobiernos nacional, provinciales y municipal tras 3 años de incendios provocados. Se realizó una asamblea que definió un plan de lucha.

Hoy se realizó en el puente Rosario-Victoria un corte total como parte del plan de lucha votado el miércoles en la asamblea que se llevó a cabo en la masiva concentración del Monumento. Con los dos carriles del puente cortado por más de dos horas se hizo una nueva asamblea de la que participaron ambientalistas, organismos de derechos humanos, sindicatos, organizaciones sociales y políticas y un gran número de jóvenes.

Allí se votó continuar con las medidas de lucha. Las más votadas definieron un nuevo corte y asamblea el sábado 20 a las 161 hs en el barquito de papel ubicado entre las torres de lujo ubicadas en la intersección de Av. Francia y Av. Carballo. También se votó participar del corte del 3 y 4 de septiembre y exigieron la renuncia del ministro de Ambiente Cabandié. Como forma de continuar con la lucha se votó seguir en el estado de asamblea y lucha permanente.

laizquierdadiario.com

Don’t look up: mirá a tu alrededor que se prende fuego todo

Mientras nos divertimos con la nueva de Netflix, mientras hacemos análisis sesudos de si es buena o mala, se encienden más y más alarmas a nuestro alrededor. Emergencia ígnea, fuego en la patagonia y en los humedales, olas de calor, temperaturas que rompen record y picos de casos en un diciembre que arde.

El profesor Randall Mindy maneja por una calle cualquiera cuando levanta la mirada y ve por primera vez lo que hace meses trata de que el mundo vea. El cometa Dibiasky aparece como una estrella más en la noche pero se mueve como ninguna otra. Mindy frena el auto, se baja, el resto de los vehículos le toca bocina y él les grita que ahí está, ese es el meteorito que va a destruir la tierra en pocos días.

“Estuvimos tratando de decirles”.

La misma sensación que produce la escena de Don’t look up, la peli de Netflix de la que habla todo el mundo esta semana, deben haber tenido quienes hace 40 años advirtieron sobre el cambio climático cuando salió el informe de la ONU que declaró sus consecuencias irreversibles.

“Estuvimos tratando de decirles”.

La misma sensación que tenemos este diciembre en Argentina.

Porque las similitudes con la realidad no son pura coincidencia. No tendremos un meteorito que en seis meses va a destruir la Tierra pero sí incendios, olas de calor, picos de casos, inundaciones, sequías y un planeta que se pone cada vez más hot.

Mientras nos divertimos con la parodia hollywoodense, mientras hacemos análisis sesudos de si es buena o mala, se encienden más y más alarmas a nuestro alrededor. No es necesario escuchar a Jennifer Lawrence para saber que sí, amigues: todes vamos a morir por el desastre climático.

Tal vez no hoy, ni mañana, ni en 50 años. Pero este planeta así no tiene más chances.

No miremos arriba, basta con mirar a nuestro alrededor. Acá nomás se está prendiendo fuego todo:

En la Patagonia las llamas arrancaron el 7 de diciembre en el Lago Martín, a mitad del camino entre El Bolsón y Bariloche. 22 días después el fuego afectó a tres provincias más: Río Negro, Chubut y Neuquén.

La Navidad se vivió entre humo, ceniza y el miedo a que las llamas se acerquen a las casas. Los focos siguen activos y el fuego avanza. Hace días que se registran temperaturas altas y vientos. ¿Lluvias? Recién se esperan, con suerte, para el fin de semana.

A esta altura ya son siete las provincias afectadas por incendios: a las del sur se sumaron Santa Fe, San Luis, Formosa y Misiones, donde los incendios intencionales están vinculados al agronegocio y proyectos inmobiliarios.

El Gobierno armó el Consejo Federal de Medio Ambiente. Este miércoles, junto al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, declaró la emergencia ígnea en todo el territorio nacional por un año.

Los brigadistas, aviones y helicópteros hidrantes que recorren las zonas críticas no parecen ser suficientes. Hay voluntaries dándolo todo y muchas organizaciones armaron colectas.

El clima no ayuda. Las temperaturas registradas este año en el país estuvieron por encima del promedio, una tendencia que se repite sin parar: desde hace 11 años hay 0.5° grados más de lo normal. Según un informe del Servicio Meteorológico Nacional, si esta semana se mantiene este promedio, 2021 será el año más caluroso en la región patagónica desde que hay registros.

A nivel global este año es el sexto más cálido desde 1961, cuando se hizo el primer registro estadístico.

El cambio climático no sólo implica que haga más calor: incluye sequías, inundaciones y otros desastres.

Este año hablamos mucho de la bajante del río Paraná, la vía de transporte del 80 por ciento de las exportaciones del agro argentino y fuente de agua potable y energía para ciudades y pueblos de siete provincias. En los últimos diez días perdió medio metro. Y cierra el 2021 con una bajante récord: 2,94 metros por debajo de la altura promedio para esta época del año.

Mientras compartimos videos de Greta Thunberg y agitamos el Frente Carpincho de Liberación, seguimos haciendo fueguitos en la montaña, tiramos basura en los bosques y derrochamos agua.

No comemos vidrio: la responsabilidad de los turistas es mínima al lado de las empresas transnacionales y los intereses económicos que destruyen ecosistemas en complicidad con gobiernos de turno. Peeero, pequeñas acciones individuales y concretas, como reciclar, por ejemplo, ya pueden significar algo.

Todes somos el personaje de Jennifer Lawrence que siente que hay que hacer algo ya: ir a la casa de gobierno con antorchas, neutralizar a Elon Musk y Jeff Bezos, o chaparnos a los árboles. Ni idea qué, pero algo. También todes somos el personaje de Merryl Streep, la presidenta Trump a quien le resbala el apocalipsis porque es algo de todos los días. Estamos en medio de una pandemia y un ecocidio pero, ¿qué puede hacer une? Por impotencia o por incapacidad real, ante un posible fin del mundo hacemos memes y challenges en TikTok como en Don´t Look Up en un nivel de inception tremendo.

No todo es pum para abajo: si hay algo de lo que podemos enorgullecernos en Argentina es de nuestra tradición de lucha. En provincias afectadas por las actividades extractivistas como la minería o el agronegocio la pelea ambientalista data de por lo menos dos décadas y en los últimos años tomó fuerza federal. Alcanza con mirar lo que pasó en Mendoza, Chubut, Santa Fe o Catamarca.

En 2020 los humedales tomaron la agenda pública a partir de los incendios en el delta del Paraná. Con movilizaciones en distintas ciudades del país, la presión social llevó a que se presentaran 13 proyectos de ley de protección de humedales entre las dos cámaras (diez en Diputados y tres en Senadores) .

El proyecto que finalmente tuvo dictamen y media sanción en el Senado perdió estado parlamentario el 21 de diciembre. Es la tercera vez en ocho años que queda en la nada. Todavía hay una chance: el Gobierno tiene la oportunidad histórica de incluirlo en sesiones extraordinarias.

El otro proyecto en riesgo de perder estado parlamentario es la ley de envases, que no sólo apunta a reciclar y a que las empresas se hagan cargo de la basura que generan sino a fortalecer las economías populares de las y los cartoneros.

El cambio climático no es nuevo: la ciencia viene alertando sobre el calentamiento global hace por lo menos 35 años, como recordaba la periodista Marina Aizen en esta nota.

Mientras sigamos ninguneando los efectos del calentamiento global y subestimando las voces de les que saben, todo seguirá ardiendo a nuestro alrededor y seguiremos sin oler el humo. Porque mejor no mirar. Ni arriba, ni abajo, ni al costado. Porque si miramos, vemos.

FUENTE: Cosecha Roja

Después de una travesía de 350 kilómetros a puro remo, el petitorio por la Ley de Humedales llega al Congreso

Fue una semana a puro remo. Medio centenar de hombres y mujeres viajaron a bordo de kayaks desde Rosario hasta Tigre, para concentrar esta tarde en Plaza de Mayo y marchar al Congreso, con la meta de entregar un petitorio –que reúne más de 400 firmas de organizaciones ambientalistas y sociales- para exigir que un plenario de comisiones trate el proyecto de Ley de Humedales y llegue, por fin, a recinto.

“Defender el humedal es defender el agua. Y el agua es la fuente de salud. Si contaminamos el agua, tiene un montón de consecuencias en la salud, en un contexto de pandemia a nivel global. Defender el agua es defender la salud”, resumió Juan Camelia, uno de los integrantes de la Multisectorial Humedales (MH) de Rosario que participó de la caravana por agua, mientras otras y otros militantes avanzaban por tierra.

“No somos deportistas y no estamos acostumbrados a esta intensidad de esfuerzo físico. Somos personas comunes haciendo esto por una disputa política. Fue tremendamente exigente a nivel físico, emocional y mental. Uno de los días hicimos 50 kilómetros por agua, una locura”, dijo Camelia, y destacó que el trayecto por agua “permitió un conocimiento mucho más cercano del territorio que estamos defendiendo, el humedal. Ver de primera mano las problemáticas de las que hablamos”. En el camino se toparon con pueblos pesqueros alarmados ante la bajante histórica del Paraná, áreas acechadas por el avance de barrios privados, las inundaciones y las quemas para deforestación, entre otras huellas del arrasamiento de humedales y sus consecuencias.

“Hemos tenido un montón de confirmaciones, hemos visto la cantidad de desechos tóxicos que salen de las empresas, la basura que hay en muchos espacios. Así como en algunas costas no pobladas vimos la exuberancia de los vegetales, la biodiversidad. Es increíble ese contraste”, destacó.

Julia Vélez, también miembro de la MH, consideró que la travesía fue “un éxito y superó las expectativas”. El cierre de la caravana, previo a la llegada al Congreso, fue en una playa isleña de Tigre, frente a un río que reflejaba la luna, en un escenario que sirvió para compartir reflexiones sobre el esfuerzo y la experiencia en caravana.

“Lo que pedimos concretamente es que de manera unificada las tres comisiones que faltan tratar el proyecto de Ley de Humedales lo hagan y que por fin pueda pasar a recinto. Que pase a esa instancia y que se defina con nombre y apellido quién sí y quién no (apoya la iniciativa). Porque ahora se deslindan del costo político de votar en contra”, dijo Vélez, y lo comparó con la militancia y la lucha por la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Lo veo muy parecido. Estamos hablando territorio, cuerpo, agua. Otra vez”, dijo y recordó la intervención de Nadia, una bióloga que en una de las asambleas realizadas durante la travesía planteó que “es muy probable que perdamos esta lucha. Que no salga la ley este año. Pero aprendamos de las compañeras que llevaron adelante su lucha por ocho años para que la ley del aborto legal, seguro y gratuito salga”.

FUENTE: Tiempo Argentino

Por: Luciana Rosende

Kayaks y piraguas salen este miércoles con proa a Buenos Aires por la cajoneada ley de Humedales

La convocatoria es a las 7.30 en la Rambla Catalunya. Calculan que, tras algunas paradas, llegarán a Tigre el martes próximo. Un día después, habrá marcha desde Plaza de Mayo hasta el Congreso. Son más de 300 kilómetros a remo por ambientes devastados ante la falta de regulación y control estatal

Los recientes incendios en las islas entrerrianas frente a Villa Constitución, la persistencia de la sequía y bajante del río Paraná y el augurio de un próximo verano con poca agua suman amenazas sobre el humedal del Delta y otros en el país que, todavía y pese a las declamaciones, no tienen una ley que los proteja y les fije un marco regulatorio de actividades productivas y uso de suelos. Por eso, ante el peligro de que pierda estado parlamentario el proyecto que unifica 15 textos y fue presentado el año pasado en el Congreso, la Multisectorial Humedales de Rosario (MH) confirmó que este miércoles a las 7.30 arrancará la gran travesía a remo por el “Río Marrón” desde la Rambla Catalunya hasta jurisdicción porteña. Una vez en la ciudad de Buenos Aires, la movida continuará por tierra hasta las sedes de las Cámaras de Diputados y Senadores.

Kayaks y piraguas recorrerán más de 300 kilómetros por el Paraná para hacer visible y revertir la deuda legislativa. Los organizadores tienen previsto, luego de varias paradas ya pautadas, llegar a Tigre el próximo martes 17 de agosto. Un día después, habrá una marcha desde la Plaza de Mayo hasta la sede del Poder Legislativo nacional.

El esfuerzo es grande. Tanto como la depredación del humedal del Delta del Paraná. Y no sólo por el fuego, que en la mayoría de los casos es fruto del desborde de prácticas productivas insustentables por su escala (quema para renovación de pastizales destinados a la ganadería). También, por la intervención con terraplenes para instalaciones pecuarias y agrícolas, que modifican el patrón de escurrimiento de las aguas y ponen en riesgo la fauna ictícola. Y por los desarrollos inmobiliarios que irrumpen en los paisajes frágiles de las islas. Una suma de factores con el común denominador de una exportación de actividades propias de la Pampa Húmeda a un ambiente que no las puede sostener.

Nada cambió, y la ley no sale

“El fuego volvió recargado por la codicia e ilegalidad que desde hace años lo alienta. En 2020 ardió más del 20 por ciento del Delta, casi 40 mil focos y 500 mil hectáreas quemadas. La caída en la biodiversidad está presente aún en áreas no afectadas por los incendios, lo que da cuenta de la modificación profunda que está sufriendo el territorio de
modo íntegro”, pone en contexto un reciente documento de la MH.

El año pasado, los incendios en el Delta del Paraná afectaron alrededor de 400 mil hectáreas, superficie equivalente a más de veinte veces (22,5) lo que ocupa la ciudad de Rosario completa, incluyendo las zonas no urbanizadas. La región es definida como un humedal: con una dinámica dominada por las aguas superficiales y subterráneas, cambiante y frágil, reservorio de biodiversidad, prestadora de servicios ambientales, constructora de identidad geográfica y cultural de sus habitantes.

Partirá de Rosario una remada de 7 días y 350 kilómetros para sacudir cajoneo de la ley de Humedales

Que esos ambientes se vean recurrentemente asolados por intervenciones humanas no es casualidad ni sorprende. No hay normas específicas que regulen su uso, ni agencias estatales con presupuesto y capacidad de control o sanción. El ecocidio de 2020 reavivó a la fuerza el debate: se recuperaron iniciativas anteriores, se presentaron 15 nuevas y se llegó a un texto de consenso con los aportes de todas. Pero quedó ahí.

Largo derrotero, grandes presiones

El primer proyecto normativo en el país que hizo foco en esos territorios en riesgo descritos como humedales data de 2013. Lo presentó la entonces senadora nacional del Frente para la Victoria por Entre Ríos Elsa Ruíz Díaz. La Cámara alta lo aprobó, pero se estancó en Diputados y, tres años después, perdió estado parlamentario. Lo mismo pasó con otro, que llevaba la firma del santafesino Rubén Giustiniani. Tampoco siguió su curso la reinstalación de la iniciativa por parte del fallecido Fernando Pino Solanas, en 2015.

Entre ese año y 2018, hubo ocho nuevos intentos que naufragaron al compás de los lobbies ejercidos por quienes resisten las regulaciones ambientales y la exposición social sobre sus actividades productivas.

Lo que está en danza ahora es el proyecto de ley de “presupuestos mínimos de protección ambiental para el uso racional y sostenible de los Humedales”. Hubo trabajo puesto ahí: se tomaron las 15 iniciativas presentadas y se consiguió una redacción que las contuviera.

La iniciativa obtuvo el 20 de noviembre de 2020 el visto bueno de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de Diputados. Y ahí se terminó el impulso. Falta el tratamiento en las de Agricultura y Ganadería, Presupuesto y Hacienda y la de Intereses Portuarios, Marítimos, Fluviales y Pesqueros para que, si hay dictamen favorable, pase a debate en el recinto. Lo que sigue, de conseguirse la media sanción, es el envío al Senado. La MH pide un tratamiento conjunto de comisiones en la Cámara baja para acelerar el trámite.

No queda tiempo

Los incendios más recientes, frente a Villa Constitución. Foto: @ProfetaReynaldo.

Numerosas organizaciones y colectivos ambientales, instituciones académicas e investigadores destacan la urgencia de dar esos pasos. En el Delta, por ejemplo, las quemas –según declaraciones oficiales, el 95 por ciento es producto de acciones humanas– continuaron este 2021. No importaron las acciones judiciales en trámite contra los presuntos responsables, ni la instalación de “faros” de conservación, ni la promesa de controles más intensos.

No sólo son los ganaderos o empresarios inmobiliarios, que ponen sus fichas de negocios en las islas del Paraná sin consideraciones ambientales, los que obturan una ley. Los humedales reconocidos internacionalmente en el país incluyen, por ejemplo, las lagunas y esteros del Iberá en Corrientes, la región protegida Jaaukanigás en el departamento santafesino de General Obligado y las zonas de salares en la Puna en las que se realiza minería. Todos, ambientes regidos por las dinámicas de las aguas superficiales y subterráneas, cambiantes y frágiles.

El daño causado por el fuego en el Delta, como uno de los tipos de humedal que pretende proteger la ley, está siendo documentado y estudiado. Entre otros, por la Plataforma Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario, que trabaja en la Isla de Los Mástiles y ya comprobó pérdida de calidad de suelos y alteración del equilibrio de especies de insectos terrestres por las quemas.

FUENTE: El Ciudadano

Corte y acampe en el puente Rosario – Victoria

La Multisectorial por los Humedales continuará hoy con el corte parcial y acampe en el puente Rosario-Victoria para reclamar por el tratamiento y sanción de la ley en el Congreso de la Nación. Si bien la jornada de lucha había sido anunciada por una noche, en asamblea abierta los manifestantes resolvieron extenderla por una noche más. De esa manera, la interrupción de la circulación vehicular continuará en uno de los tramos, al menos hasta las 12 del mediodía. 

Acampe en el puente Rosario-Victoria. 

La movida comenzó el sábado a las 16 cuando una multitud se convocó en la cabecera del puente para iniciar con el acampe mediante un corte total de la traza que va desde Rosario a Victoria, pero permitiendo que la otra mano quede liberada para que el tránsito pueda circular de forma reducida y con cortes intermitentes en ambos sentidos.

De esa manera, los activistas instalaron unas 25 carpas, cocina, baños y paneles solares para pasar la noche en el lugar en reclamo de la sanción de la Ley de Humedales.

Concretamente, desde la Multisectorial piden que el Congreso convoque a sesiones extraordinarias para que los diputados traten de manera urgente los proyectos relacionados con la protección de los humedales.

«Luego de cuatro meses de intensa lucha y no encontrando respuestas por parte del Estado, nos vemos obligados a esta medida de fuerza”

En ese marco, cerca de 150 ambientalistas pasaron la noche del sábado para visibilizar esta situación y muchas personas más se sumaron durante la tarde del domingo para apoyar el reclamo.

A pesar de tratarse de una manifestación pacífica y debidamente notificada a las autoridades, los activistas pasaron momentos de cierta tensión.

Por un lado, tuvieron que soportar algunos insultos y reproches de camioneros que se mostraban irritados por el corte. Incluso uno de ellos lanzó una botella de plástico llena que le impactó en el brazo de uno de los manifestantes pero sin lesionarlo, según contó a este diario Julia Gracia, una de las autoconvocadas que participó del acampe.

“No queremos generar rechazos ni conflicto porque necesitamos el apoyo de toda la sociedad ya que en definitiva esto es un reclamo que nos compete a todos”, aclaró.

Además, durante la noche del sábado la Multisectorial visibilizó en redes sociales que Gendarmería amagó con retirarse del lugar, dejándolos desprotegidos, a pesar de que la medida de fuerza había sido anticipada y notificada previamente en la justicia. Finalmente, luego del reclamo público, el Ministerio de Seguridad provincial les garantizó la permanencia de los gendarmes en el lugar. 

FUENTE: Página 12

Por Elena Llorente