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Uso del cannabis para la epilepsia refractaria: el 87% de los pacientes redujo sus convulsiones

La cifra surge de un relevamiento de farmacovigilancia realizado en pacientes de 13 instituciones que recibieron durante 6 meses una terapia coadyuvante con Convupidiol, el primer fármaco a base de CBD aprobado por la ANMAT, para la epilepsia refractaria.

El cannabis está cada vez más presente en la sociedad argentina. Avanzan leyes que lo regulan, universidades dictan carreras sobre él, y la medicina ya lo toma (casi) definitivamente como un aliado. Un informe sobre la efectividad del primer medicamento a base de CBD aprobado por la Anmat para tratar la epilepsia refractaria parece confirmar esa decisión: el 87% de los pacientes redujo sus convulsiones.

“El cannabidiol logró mejoría en pacientes que no respondían a otras alternativas terapéuticas”, considera el doctor Diego Sarasola, especialista en neuropsiquiatría y director médico del laboratorio Alef Medical Argentina. La nueva información disponible se desprende de un análisis reciente realizado en 13 instituciones médicas de Argentina referentes en la especialidad.

Aunque se trató de un estudio de farmacovigilancia –para la detección y evaluación de posibles efectos adversos de un medicamento– permitió observar efectos positivos del cannabidiol, una de las principales moléculas derivadas de la planta de cannabis, en personas que padecen epilepsia refractaria, aquellas que no responden al tratamiento con los fármacos conocidos y las dosis indicadas.

Fueron 93 las y los pacientes implicados recibieron durante seis meses Convupidiol, el primer medicamento a base de CBD o cannabidiol aprobado por la Anmat, desarrollado por el laboratorio Alef Medical Argentina. Durante este período, los médicos involucrados llevaron un control de los eventos adversos y de la frecuencia de las convulsiones.

Ahora, en el marco del Día Internacional del Síndrome de Dravet, establecido el 23 de junio para sensibilizar y dar a conocer las particularidades de este tipo de epilepsia que requiere de un control especializado, presentaron los resultados, y los calificaron como “contundentes”. El 87 por ciento de los participantes redujo sus convulsiones; un 7% no tuvo diferencias y solo un 2% aumentó sus crisis. El mínimo porcentaje restante abandonó la medicación. “El siguiente dato auspicioso es que los pacientes con respuestas favorables tuvieron una reducción en promedio de un 60 por ciento de sus episodios, llegando al ciento por ciento en algunos casos”, agregaron.

En cuanto a la seguridad del medicamento, “los efectos adversos fueron esporádicos y leves, como irritabilidad o diarrea, y estuvieron dentro de lo esperado. Los resultados también reafirman la indicación del cannabis farmacéutico para el síndrome de Lennox-Gastaut y en convulsiones refractarias secundarias a esclerosis tuberosas. Estas son las tres especificaciones de la aprobación de la Anmat”.

A diferencia de otras investigaciones, el seguimiento se realizó con menores y adultos. Este punto abre una perspectiva para las personas mayores de edad con este diagnóstico, ya que hasta el momento el uso del cannabis en epilepsia estaba focalizado especialmente en niños.

“Hoy puede decirse que el cannabidiol constituye una alternativa terapéutica en algunos pacientes donde no se lograba el control de sus crisis. Es decir, tiene efectos positivos probados en pacientes que no habían obtenido mejoría con otras alternativas disponibles”, resume Sarasola.

Las virtudes del CBD

Sobre su administración, Sarasola agrega que “hay actualmente racionalidad para pensar el cannabis farmacéutico como un agregado a otras medicaciones anticonvulsivantes. La acción anticonvulsivante no es conocida del todo pero estaría mediada por el sistema endocannabinoide -un mecanismo descubierto recientemente que está presente en todo el organismo y regula una gran cantidad de funciones del organismo- y que reduciría la hiperexcitabilidad neuronal”.

Más allá del estudio, las autoridades recalcaron que es fundamental para un tratamiento médico utilizar exclusivamente un cannabis de calidad farmacéutica, que garantiza buenas prácticas de manufacturas y estabilidad en sus fórmulas, con ausencia de impurezas y sustancias degradantes. “Dos condiciones fundamentales en productos medicinales –resume Sarasola–, además en los desarrollos con esta calidad es posible contar con la certeza sobre la dosis exacta de CBD de su contenido, dado que el efecto terapéutico dependerá de la adecuada concentración de esta molécula”.

Al mismo tiempo, tienen asegurados porcentajes extremadamente bajos de THC, con lo cual se avala la ausencia de efectos psicoactivos y sus riesgos por el uso en niños. Convupidiol presenta 100 miligramos por mililitro de CBD de máxima pureza y también cuenta con certificación GMP -good manufacturing practices o buenas prácticas de manufactura-, emitida por la autoridad europea competente.

“Los aceites artesanales, en cambio, pueden perseguir un objetivo de mejorar la calidad de vida, pero no cumplen con los requisitos de eficacia de un fármaco”, sostuvo la médica británica Helen Cross, presidente de la Liga Internacional contra la Epilepsia, durante el congreso de 2020 de esta especialidad.

“El cannabis de uso farmacéutico no debe estar disociado de cualquier otra molécula. Esto implica evidencia médica de calidad y uso para indicaciones claras y precisas”, mencionó Patricia Saidón, médica especialista en neurología y miembro del Comité Central de Ética en Investigación de la Ciudad de Buenos Aires.

El cannabis no es solo una novedad auspiciosa en el tratamiento de las epilepsias más difíciles. Se amplía a otras facetas que ayudan a la calidad de vida de la persona. “Hay estudios e indicios –concluye Sarasola– que muestran un escenario prometedor sobre otras patologías y síntomas, como algunos tipos de dolor”.

FUENTE: Tiempo Argentino

ANMAT confirma que la vacuna Covid 19 de AstraZeneca contiene grafeno

En el marco de la causa judicial caratulada “POZZI, Liliana Graciela sobre averiguación de causales de muerte”, una respuesta oficial de la ANMAT confirmó que “el grafeno se encuentra dentro de los componentes” de la vacuna Covid 19 de AstraZeneca aplicada en el país.

El expediente original tramita en la Unidad Funcional de Instrucción número 3 del Departamento Judicial de San Martín e investiga el deceso post aplicación de vacuna de la señora Liliana Graciela Pozzi. La investigación es llevada adelante por el fiscal Carlos Insaurralde.

La vacuna investigada corresponde al lote CTMAV534, “Vacuna Covid 19 Vaccine AstraZeneca” que habría ingresado al país a través del mecanismo Covax en abril de 2021.

ANMAT confirma Grafeno como ingrediente de la vacuna COVID 19 de AstraZeneca – El Disenso

La confirmación del grafeno como componente de la vacuna fue realizada por la doctora Patricia Inés Aprea, Directora de Evaluación y Control de Biológicos y Radiofármacos del ANMAT, quien además sugiere acompañar rótulo o prospecto advirtiendo los componentes de la vacuna.

Doctora Patricia Aprea de ANMAT – El Disenso

El documento, en formato PDF, cuenta con la firma digital de Gestión Documental Electrónica. Desde El Disenso verificamos su autenticidad ingresando al sistema GEDO de ANMAT, ingresamos el número: IF 2021 120912800 APN-DECBR#ANMAT y a través del visualizador público accedimos al informe que fuera dado a conocer públicamente por el abogado Miguel Iannolfi y el doctor Marcelo Martínez, genetista.

Viso GEDO ANMAT – El Disenso

Esta nueva data clausuraría un debate, que ya había sido clausurado por el portal de verificación Chequeado, cuando confirmó en al menos dos oportunidades que “Ninguna de las vacunas contra el coronavirus tienen grafeno“.

Chequeado confirma (ba) que las vacunas no poseen grafeno

The Lancet y Gamaleya dejaron en ridículo a la oposición macrista

Con tantas vidas en juego, es un misterio la forma en que el macrismo armó la trampa y cayó en ella. Sorprende la base de ignorancia e ideologismo con que la principal oposición y los medios que la alimentan tiñeron hasta ahora su actitud frente a la epidemia.

Por: Luis Bruschtein

La publicación del informe de fase 3 de la vacuna Sputnik V en la revista científica The Lancet dejó la sensación de que la gestión macrista de la epidemia hubiera sido una tragedia. El anuncio de Wado de Pedro de que se formará el ente público que se encargará de licitar las obras del canal Magdalena, en el Río de la Plata, dejó la sensación de que el Estado comprendió que, si quiere desarrollar las exportaciones, tiene que ampliar y controlar las puertas de entrada y de salida.

Son sensaciones. Alguna más fuerte que la otra. Pero The Lancet y Gamaleya dejaron en ridículo a la oposición macrista. La publicación no fue sorpresiva, más bien lo contrario: era esperada y se procesó al ritmo de la epidemia. Es un misterio la forma en que el macrismo armó la trampa y cayó en ella.

No se trata de festejar porque alguien tuvo la razón. Es mucho más que eso. 

Hay muchas vidas en juego.

La base de ignorancia e ideologicismo con que el macrismo tiñó hasta ahora su actitud frente a la epidemia demuestra que, si hubiera dependido de ellos, el país ahora estaría al final de la fila de los que esperan alguna vacuna. Y eso hubiera costado miles y miles de vidas.

Cuando se declaró la epidemia era claro que los laboratorios con mayor experiencia en estos temas se iban a lanzar de lleno a diseñar vacunas propias. Y entre esos laboratorios estaba Gamaleya, de Rusia, que se dedica exactamente a eso, y es uno de los que tiene mayor experiencia. 

Con esos antecedentes, la vacuna que iba a producir sería una vacuna buena. Si el laboratorio es ruso, soviético o budista de la segunda ascensión, no tiene ninguna importancia. Solamente un bruto puede objetar los antecedentes científicos con esos argumentos, como hicieron los dirigentes macristas acompañados por el coro ramplón de periodistas y medios hegemónicos.

Es claro que el elemento de fondo era la guerra comercial desatada por los laboratorios trasnacionales, pero los argumentos bizarros que usaron fueron de ese calibre. Es difícil de asumir que los amplificadores del sentido común hegemónico, poseedores excluyentes de la inteligencia y la verdad, sean tan brutos.

Hubo que digerir la denuncia al Estado por envenenamiento que hizo Elisa Carrió, los comentarios desdeñosos de los cortesanos mediáticos y la cara de reflexivos cuando decían que no había información. “No me vas a decir que no lo hizo por ideología cuando eligió a la vacuna rusa, che”, se escuchó decir en Corea de lo incierto.

La información de la fase tres de la Sputnik le llegó al Gobierno al mismo tiempo que a The Lancet. La publicación se toma su tiempo, estudia los resultados, repregunta, vuelve a estudiar y después tiene una agenda de publicación.

Los técnicos de la Anmat hicieron ese proceso, pero se fueron a Rusia. No esperaron las respuestas sino que las fueron a buscar.

Finalmente esa astucia de guiñar el ojo canchero y hablar de afinidad ideológica se demostró una gran estupidez sostenida por prejuicios berretas, anticomunistas de la Guerra Fría o etnicistas.

Porque The Lancet, demostró que de todas las vacunas que hay en el planeta, la mejor elección era la de Gamaleya.

Es una de las tres que mostraron eficiencia por encima del 90 por ciento, junto con la de Moderna y la de Pfizer. Pero las otras dos cuestan el triple o el doble, respectivamente, y además requieren una lógística muy cara para mantener a la vacuna por debajo de los 80 grados bajo cero.

En este momento, Europa se disputa la vacuna rusa, México y Panamá seguirán los pasos del gobierno argentino y Paraguay y Brasil dieron el visto bueno a la vacuna porque se lo dio la Anmat de Argentina. Perú le pidió al presidente Alberto Fernández que le gestione vacunas con el gobierno ruso. Y el gobierno ruso ofreció transferir tecnología para que la vacuna se fabrique en Argentina.

El gobierno de CABA quedó inmerso en esa estrategia barbárica del macrismo. Fernán Quirós, el ministro de Salud porteño, y uno de los aspirantes a reemplazar a Horacio Rodríguez Larreta, dio a entender más de una vez sus recelos con la Sputnik y dijo que no había información cuando el gobierno nacional le había dado toda la que necesitaba.

Resulta insólito que en la provincia de Buenos Aires la gente está recibiendo mensajes con la fecha en que deberá presentarse para ser vacunada, y en CABA no haya ninguna información. Porque ahora la excusa es el retraso de una o dos semanas en la provisión de la vacuna.

El macrismo y los periodistas y medios que lo respaldan basaron un discurso opositor a la política sanitaria del Gobierno en una serie de prejuicios, lugares comunes burdos y afirmaciones anticientíficas.

Hay una diputada macrista que sigue impulsando el consumo de dióxido de cloro y varios de ellos insisten en que no se vacunarán.

Si hubieran estado en el gobierno y hubieran montado la estrategia sanitaria sobre esa montaña de basura, Argentina ahora estaría viviendo una tragedia mucho peor de la que atraviesa.

The Lancet reafirmó la estrategia impulsada por el gobierno de Alberto Fernández frente a la epidemia, un tema tan estratégico, si se quiere, como ha sido la negociación de la deuda externa. Hay otro tema vertebral que tiene connotaciones con los precios, con la recaudación y en general con el diseño de un proyecto de país.

Porque resulta contradictorio que Argentina sea uno de los principales exportadores de alimentos y que la principal vía de salida de esas exportaciones sea una hidrovía abandonada a concesiones a empresas privadas que no tienen fiscalización real del Estado.

Paraguay tiene la tercera flota fluvial del planeta. Y el puerto de mayor actividad de esa flota es el uruguayo de Palmira. Las investigaciones sobre Vicentin demuestran que 

Argentina pierde 1900 millones de dólares al año por el contrabando de soja argentina a Paraguay.

Y esa cifra puede ser todavía mayor. Resulta evidente que cualquier proyecto que pretenda incrementar la capacidad exportadora y racionalizarla para que sus beneficios se extiendan a todo el país, necesita un rediseño de la situación anárquica que tiene hoy la principal vía de salida de las exportaciones.

La vieja licitación es de la época del menemismo, al igual que era la de los ferrocarriles, por la que el gobierno de Cristina Kirchner debió pagar un altísimo costo al postergar su revisión.

Como la vieja concesión está a punto de vencer, el Gobierno llamó a una nueva licitación. El senador Jorge Taiana propuso la creación de una Administradora Federal con representantes del gobierno nacional y de las provincias involucradas en la hidrovía para administrarla.

El anuncio de Wado de Pedro se refiere a un tema puntual en ese cuadro más amplio, que es la creación de una Unidad Ejecutora, un ente público que deberá controlar la licitación y el dragado del canal Magdalena en el Río de la Plata, cuyo objetivo es abrir otra puerta de entrada y facilitar la circulación fluvial entre las regiones del país y hacia el exterior. El costo de la obra será de 350 millones de dólares y su finalización está prevista para 2023.

La quiebra de Vicentin expuso el cruce de poderosos intereses que confluyen en la hidrovía así como su carácter estratégico. Ningún gobierno puede hacerse ilusiones con la exportación como uno de los pilares principales de la economía si no tiene control sobre la principal vía de salida de esas exportaciones. 

Hasta ahora la hidrovía funcionaba como si fuera otro país.

Así funcionaban los trenes con las concesiones viejas, hasta que estallaron y el Estado tuvo que hacerse cargo con un costo enorme material y político.

FUENTE: Página 12

Una herramienta para el autocultivo, la investigación y un uso terapéutico más amplio

28 diciembre, 2020dn

La nueva reglamentación avanzó sobre aspectos que habían quedado fuera de la norma anterior: el acceso, la posibilidad de inclusión de otras patologías, la gratuidad, la investigación y la calidad del cannabis, además de promover la producción pública y privada de aceite y otros derivados.

La reglamentación de 2017 solo contemplaba el uso de la cannabis medicinal para tratar la epilepsia refractaria. Ahora se puede aplicar en otras patologías.

Pacientes, familiares y organizaciones celebraron este año la nueva reglamentación de la Ley de Uso Medicinal del Cannabis que permite el autocultivo, garantiza la provisión para pacientes, fomenta la investigación, y amplía su utilización más allá de la epilepsia refractaria como establecía el decreto N° 738 de 2017.

El proyecto avanzó sobre cinco aspectos centrales de la ley que habían quedado fuera de la reglamentación anterior: el acceso, la posibilidad de inclusión de otras patologías, la gratuidad, la investigación y la calidad.

El decreto N° 883 publicado el 12 de noviembre también promueve la producción pública y privada de aceite y otros derivados.

La nueva reglamentación impulsada por el ministro de Salud, Ginés González García, surgió a partir de la construcción de consensos entre las autoridades sanitarias, las sociedades científicas, los organismos públicos involucrados y las organizaciones no gubernamentales.

En la nueva norma, los pacientes se pueden inscribir en el Registro del Programa de Cannabis (ReProCann) para obtener la autorización de cultivo para sí, a través de un familiar, una tercera persona o una organización civil autorizada.

Todos los lotes de aceite en producción serán sometidos a los controles de la Anmat. quien autorizará su uso. 

A diferencia de lo que pasaba con la reglamentación de 2017, que solo contemplaba la epilepsia refractaria, “en el contexto del ReProCann va a haber planteadas otras patologías en base a la evidencia disponible y la indicación médica”, explicó a Télam el coordinador del Programa Nacional de Investigación sobre los Usos Medicinales del Cannabis, Marcelo Morante.

Tras conocer la noticia, la presidenta de Mamá Cultiva, Valeria Salech, dijo a Télam que el Gobierno nacional escuchó “el pedido de la sociedad” y vio que la “marihuana no solo no es un flagelo, sino que puede ser una solución para muchas personas”.

En la misma línea, el director de la revista THC, Sebastián Basalo, celebró el avance y dijo a esta agencia que “la nueva reglamentación es realmente muy buena ya que garantiza de una vez por todas el acceso al cannabis medicinal”.

Basalo agregó que “resuelve el principal problema que había generado la pésima reglamentación que había elaborado en 2017 el Poder Ejecutivo del gobierno anterior, que deliberadamente omitió incluir en la misma cómo las personas pueden acceder al cannabis como medicina, algo contemplado en la ley”.

“Es la mejor reglamentación posible para una ley que originalmente es muy limitada y debería ampliarse lo antes posible en vías de promover el desarrollo de una industria que además de mejorar la salud de la gente puede generar muchos puestos de trabajo”, afirmó el Fundador del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica Argentina.

Basalo explicó que “el autocultivo está criminalizado por la ley de drogas 23.737” y “lo que hizo la ley de Cannabis Medicinal en 2017 fue incluir una excepción legal al permitir ese autocultivo cuando sea con fines terapéuticos a través de la creación de un registro”.

Pero aclaró que “posteriormente ese mismo año, al reglamentar la ley, el Gobierno no incluyó la especificación de cómo llevar adelante ese registro por lo que no hizo efectiva esa habilitación al autocultivo cuando es con fines medicinales, por lo que el autocultivo siguió abiertamente criminalizado sin excepciones”.

En referencia a la producción, Morante describió que “el objetivo es potenciar a la producción regional y la realizada en los laboratorios públicos nucleados en la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (Anlap)” y aclaró los productores privados podrán hacerlo realizando los debidos procesos de registración.

De norte a sur

Ahora, los pacientes se pueden inscribir en el ReProCann para obtener la autorización de cultivo para sí, a través de un familiar, una tercera persona o una organización civil autorizada.

En este contexto, Jujuy se convirtió en la primera provincia en producir aceite de cannabis para uso medicinal como resultado de su plan piloto y proyecta en 2021 producir sobre 35 hectáreas en terrenos de la finca El Pongo, en el sur del distrito, según informaron las autoridades en los primeros días de diciembre.

Los primeros lotes de aceite en producción serán sometidos a los controles de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), lo que durará entre tres y seis meses, y luego se podrá comenzar el proceso de envío a hospitales públicos y farmacias de la provincia y del país.

El Laboratorio de Investigación, Desarrollo e Innovación de la empresa Cannava cuenta con una superficie de 218 metros cuadrados y fue construido sobre una estructura existente.

Luego de la nueva reglamentación, la Legislatura porteña aprobó por unanimidad una ley que regula el uso medicinal del cannabis en la Ciudad de Buenos Aires.

Neuquén también aprobó la ley de adhesión, y dispuso que se incluya en el Sistema Público de Salud provincial la atención de pacientes que requieran estos tratamientos.

En el mismo sentido, se pronunciaron las legislaturas de Chubut, Río Negro, Salta, en tanto que el Concejo Deliberante del partido bonaerense de Bahía Blanca aprobó un proyecto de ordenanza que crea el Programa de Acceso Seguro al Cannabis Medicinal.

Por su parte, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires envió a la legislatura un proyecto de ley que autoriza el autocultivo para uso medicinal, e incorpora el aceite como modalidad terapéutica en todas las instituciones de salud públicas y privadas de la provincia.

Pablo Fazio, presidente de la Cámara Argentina de Cannabis (Argencann), sostuvo que la medida “le abre las puertas al conjunto de la población para encontrar un producto seguro”.

“Con este nuevo marco reglamentario -explicó- la gente va a poder ir libremente a una farmacia, con una receta de un médico por una cantidad de patologías que no necesariamente tengan que ver únicamente con la epilepsia, sino que el cannabis vino a dar solución a una serie de cuestiones médicas que la medicina tradicional no estaba resolviendo”.

FUENTE: Télam

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Una herramienta para el autocultivo, la investigación y un uso terapéutico más amplio

La nueva reglamentación avanzó sobre aspectos que habían quedado fuera de la norma anterior: el acceso, la posibilidad de inclusión de otras patologías, la gratuidad, la investigación y la calidad del cannabis, además de promover la producción pública y privada de aceite y otros derivados.

La reglamentación de 2017 solo contemplaba el uso de la cannabis medicinal para tratar la epilepsia refractaria. Ahora se puede aplicar en otras patologías.

Pacientes, familiares y organizaciones celebraron este año la nueva reglamentación de la Ley de Uso Medicinal del Cannabis que permite el autocultivo, garantiza la provisión para pacientes, fomenta la investigación, y amplía su utilización más allá de la epilepsia refractaria como establecía el decreto N° 738 de 2017.

El proyecto avanzó sobre cinco aspectos centrales de la ley que habían quedado fuera de la reglamentación anterior: el acceso, la posibilidad de inclusión de otras patologías, la gratuidad, la investigación y la calidad.

El decreto N° 883 publicado el 12 de noviembre también promueve la producción pública y privada de aceite y otros derivados.

La nueva reglamentación impulsada por el ministro de Salud, Ginés González García, surgió a partir de la construcción de consensos entre las autoridades sanitarias, las sociedades científicas, los organismos públicos involucrados y las organizaciones no gubernamentales.

En la nueva norma, los pacientes se pueden inscribir en el Registro del Programa de Cannabis (ReProCann) para obtener la autorización de cultivo para sí, a través de un familiar, una tercera persona o una organización civil autorizada.

Todos los lotes de aceite en producción serán sometidos a los controles de la Anmat. quien autorizará su uso.

A diferencia de lo que pasaba con la reglamentación de 2017, que solo contemplaba la epilepsia refractaria, «en el contexto del ReProCann va a haber planteadas otras patologías en base a la evidencia disponible y la indicación médica», explicó a Télam el coordinador del Programa Nacional de Investigación sobre los Usos Medicinales del Cannabis, Marcelo Morante.

Tras conocer la noticia, la presidenta de Mamá Cultiva, Valeria Salech, dijo a Télam que el Gobierno nacional escuchó «el pedido de la sociedad» y vio que la «marihuana no solo no es un flagelo, sino que puede ser una solución para muchas personas».

En la misma línea, el director de la revista THC, Sebastián Basalo, celebró el avance y dijo a esta agencia que «la nueva reglamentación es realmente muy buena ya que garantiza de una vez por todas el acceso al cannabis medicinal».

Basalo agregó que «resuelve el principal problema que había generado la pésima reglamentación que había elaborado en 2017 el Poder Ejecutivo del gobierno anterior, que deliberadamente omitió incluir en la misma cómo las personas pueden acceder al cannabis como medicina, algo contemplado en la ley».

«Es la mejor reglamentación posible para una ley que originalmente es muy limitada y debería ampliarse lo antes posible en vías de promover el desarrollo de una industria que además de mejorar la salud de la gente puede generar muchos puestos de trabajo», afirmó el Fundador del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica Argentina.

Basalo explicó que «el autocultivo está criminalizado por la ley de drogas 23.737» y «lo que hizo la ley de Cannabis Medicinal en 2017 fue incluir una excepción legal al permitir ese autocultivo cuando sea con fines terapéuticos a través de la creación de un registro».

Pero aclaró que «posteriormente ese mismo año, al reglamentar la ley, el Gobierno no incluyó la especificación de cómo llevar adelante ese registro por lo que no hizo efectiva esa habilitación al autocultivo cuando es con fines medicinales, por lo que el autocultivo siguió abiertamente criminalizado sin excepciones».

En referencia a la producción, Morante describió que «el objetivo es potenciar a la producción regional y la realizada en los laboratorios públicos nucleados en la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (Anlap)» y aclaró los productores privados podrán hacerlo realizando los debidos procesos de registración.

De norte a sur

Ahora, los pacientes se pueden inscribir en el ReProCann para obtener la autorización de cultivo para sí, a través de un familiar, una tercera persona o una organización civil autorizada.

En este contexto, Jujuy se convirtió en la primera provincia en producir aceite de cannabis para uso medicinal como resultado de su plan piloto y proyecta en 2021 producir sobre 35 hectáreas en terrenos de la finca El Pongo, en el sur del distrito, según informaron las autoridades en los primeros días de diciembre.

Los primeros lotes de aceite en producción serán sometidos a los controles de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), lo que durará entre tres y seis meses, y luego se podrá comenzar el proceso de envío a hospitales públicos y farmacias de la provincia y del país.

El Laboratorio de Investigación, Desarrollo e Innovación de la empresa Cannava cuenta con una superficie de 218 metros cuadrados y fue construido sobre una estructura existente.

Luego de la nueva reglamentación, la Legislatura porteña aprobó por unanimidad una ley que regula el uso medicinal del cannabis en la Ciudad de Buenos Aires.

Neuquén también aprobó la ley de adhesión, y dispuso que se incluya en el Sistema Público de Salud provincial la atención de pacientes que requieran estos tratamientos.

En el mismo sentido, se pronunciaron las legislaturas de Chubut, Río Negro, Salta, en tanto que el Concejo Deliberante del partido bonaerense de Bahía Blanca aprobó un proyecto de ordenanza que crea el Programa de Acceso Seguro al Cannabis Medicinal.

Por su parte, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires envió a la legislatura un proyecto de ley que autoriza el autocultivo para uso medicinal, e incorpora el aceite como modalidad terapéutica en todas las instituciones de salud públicas y privadas de la provincia.

Pablo Fazio, presidente de la Cámara Argentina de Cannabis (Argencann), sostuvo que la medida «le abre las puertas al conjunto de la población para encontrar un producto seguro».

«Con este nuevo marco reglamentario -explicó- la gente va a poder ir libremente a una farmacia, con una receta de un médico por una cantidad de patologías que no necesariamente tengan que ver únicamente con la epilepsia, sino que el cannabis vino a dar solución a una serie de cuestiones médicas que la medicina tradicional no estaba resolviendo».

FUENTE: Télam

Coronavirus: qué diferencia hay entre la vacuna rusa Sputnik V y la de Pfizer

25 diciembre, 2020dn

La explicación de un protagonista de las pruebas

La vacuna de Pfizer contra el coronavirus fue aprobada por el Ministerio de Salud por recomendación de la ANMAT el martes de esta semana y así se convirtió en la primera habilitada en la Argentina. 

La vacuna rusa Sputnik V fue validada por ese organismo este miércoles y arribará mañana al país y con ella se dará comienzo a la campaña de vacunación. 

La finalidad de ambas es prevenir la covid-19 pero no son iguales y el director de la prueba argentina de la vacuna desarrollada por el laboratorio estadounidense, Gonzalo Pérez Marc, explicó en qué difieren.

“Tienen diferentes plataformas, una forma de acción diferente”, dijo Pérez Marc en una entrevista en IP, en la cual aclaró que ni él ni nadie del equipo que realizó el estudio en el país tienen incidencia en las negociaciones entre el Gobierno y la empresa Pfizer para la llegada de esa vacuna a la Argentina. “Lo único que solicitamos al principio es que se le diera prioridad a Argentina para hacer esto”, precisó.

La vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer junto a la compañía alemana de biotecnología BioNTech está basada en la tecnología del ARNm (ácido ribonucleico mensajero), el cual genera una respuesta inmunológica contra el virus. 

Tiene una efectividad en adultos mayores de 65 años superior al 94 por ciento. La vacuna BNT162b1 se aplica en dos dosis, con un intervalo de 28 días entre la primera y la segunda inyección.

La Sputnik V utiliza partículas creadas a partir de adenovirus, un patógeno que comúnmente causa resfriado humano

El virus fue alterado con el propósito de trasladar los genes de la proteína Spike, que recubre al SARS CoV-2 y opera como puerta de ingreso a las células del cuerpo. 

Así, una vez dentro del organismo, genera los anticuerpos y lo prepara frente a una futura infección.

Pérez Marc también llevó tranquilidad antes las dudas que, sobre todo desde sectores de la oposición, se alimentaron acerca de la eficacia de la vacuna rusa. “Uno puede recibir cualquiera de las vacunas aprobadas y va a estar bien. Al día de hoy se aprobó la de Pfizer pero probablemente tendremos otras aprobaciones”, indicó el médico e investigador, quien destacó la tarea que realiza la ANMAT.

FUENTE: Página 12

Por Leandro Renou

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Coronavirus: qué diferencia hay entre la vacuna rusa Sputnik V y la de Pfizer

La explicación de un protagonista de las pruebas

La vacuna de Pfizer contra el coronavirus fue aprobada por el Ministerio de Salud por recomendación de la ANMAT el martes de esta semana y así se convirtió en la primera habilitada en la Argentina.

La vacuna rusa Sputnik V fue validada por ese organismo este miércoles y arribará mañana al país y con ella se dará comienzo a la campaña de vacunación.

La finalidad de ambas es prevenir la covid-19 pero no son iguales y el director de la prueba argentina de la vacuna desarrollada por el laboratorio estadounidense, Gonzalo Pérez Marc, explicó en qué difieren.

«Tienen diferentes plataformas, una forma de acción diferente», dijo Pérez Marc en una entrevista en IP, en la cual aclaró que ni él ni nadie del equipo que realizó el estudio en el país tienen incidencia en las negociaciones entre el Gobierno y la empresa Pfizer para la llegada de esa vacuna a la Argentina. «Lo único que solicitamos al principio es que se le diera prioridad a Argentina para hacer esto», precisó.

La vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer junto a la compañía alemana de biotecnología BioNTech está basada en la tecnología del ARNm (ácido ribonucleico mensajero), el cual genera una respuesta inmunológica contra el virus.

Tiene una efectividad en adultos mayores de 65 años superior al 94 por ciento. La vacuna BNT162b1 se aplica en dos dosis, con un intervalo de 28 días entre la primera y la segunda inyección.

La Sputnik V utiliza partículas creadas a partir de adenovirus, un patógeno que comúnmente causa resfriado humano.

El virus fue alterado con el propósito de trasladar los genes de la proteína Spike, que recubre al SARS CoV-2 y opera como puerta de ingreso a las células del cuerpo.

Así, una vez dentro del organismo, genera los anticuerpos y lo prepara frente a una futura infección.

Pérez Marc también llevó tranquilidad antes las dudas que, sobre todo desde sectores de la oposición, se alimentaron acerca de la eficacia de la vacuna rusa. «Uno puede recibir cualquiera de las vacunas aprobadas y va a estar bien. Al día de hoy se aprobó la de Pfizer pero probablemente tendremos otras aprobaciones», indicó el médico e investigador, quien destacó la tarea que realiza la ANMAT.

FUENTE: Página 12

Por Leandro Renou

Se aprobó la utilización y producción de cannabis para uso medicinal en Tigre

La ordenanza fue aprobada en la sesión que se realizó este martes en el Concejo Deliberante, y establece la incorporación del cannabis y sus derivados al sistema de salud pública del Municipio. Podrá ser utilizado con prescripción médica por pacientes para el tratamiento de diversos síndromes, trastornos y enfermedades.

Este martes, durante la sesión ordinaria del Honorable Concejo Deliberante de Tigre, fue aprobada por unanimidad la ordenanza que regula el acceso informado y seguro del cannabis y sus derivados como recurso terapéutico, así como su investigación y producción pública. También se autoriza el cultivo personal.

De acuerdo al texto de la ordenanza, se incorpora el cannabis y sus derivados al sistema de salud pública del Municipio de Tigre para “el tratamiento de síndromes, trastornos, enfermedades y patologías tales como:

epilepsias, enfermedades degenerativas, cáncer, náuseas y vómitos derivados de quimioterapia, VIH – Sida, autismo, Síndrome de West, dolores crónicos, fibromialgia, glaucoma, esclerosis múltiple, Parkinson, Esquizofrenia, enfermedades poco frecuentes, tratamiento del dolor, estrés post-traumático”,
entre otras.

Además, explica que “los responsables de prescribir su uso serán médicos profesionales” quienes además deberán hacer “la evaluación integral de los efectos positivos y negativos del suministro a los y las pacientes”.

Por su parte, el Municipio promoverá “estudios e investigaciones relacionadas con el uso del cannabis y estimulará la producción pública de medicamentos a base de sus derivados”.

La ordenanza, por otra parte, autoriza el cultivo personal del cannabis “a todos aquellos pacientes (o sus representantes legales, tutores/as o curadores/as) que cuenten con una orden médica para someterse a un tratamiento”.

Con ese objetivo, se creará el Registro de Cultivadores que otorgará las licencias para su producción.

También se creará un Consejo Cultivo de Cannabis Medicinal con representantes del Concejo Deliberante, Municipio de Tigre, Universidades Nacionales, organizaciones civiles, del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y de ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica).

Por último, la normativa incluye “la realización de programas de capacitación, concientización y sensibilización dirigida al personal de la administración pública municipal y en especial a los trabajadores del Sistema de Salud Pública”.

Consultado sobre las significancias de la aprobación, Javier Parbst, uno de los concejales del Frente de Todos impulsores del proyecto, declaró: “La ordenanza permitirá generar un registro de vecinos y vecinas que requieren productos con principios cannabinoides, para poder producirlos y consumirlos en un marco legal y seguro, además de incentivar esta próspera industria en articulación con el sector privado, con la regulación correspondiente desde el Estado”.

“Se está avanzando a nivel país para terminar con la estigmatización y la persecución que sufrían quienes utilizan estos productos, y creemos que ese es uno de los mayores logros, la concientización social”

“Celebramos el acompañamiento que tuvimos desde un inicio del intendente Julio Zamora”, expresó Parbst, quien ponderó “la participación de asociaciones vinculadas a la temática, así como vecinos y vecinas que utilizan el cannabis medicinal”.

FUENTE: Que Pasa Web

Hacia una Vacunología Crítica

Pfizer y BioNTech anunciaron que a través de un “centro de investigación médica” realizarán en argentinos las pruebas de eficacia de una nueva vacuna ARNm para coronavirus, aunque en realidad recién están comenzando el trámite de autorización ante las autoridades regulatorias, nuestro ANMAT. Eligieron nuestro país porque parece que aquí hay una larga experiencia de pruebas clínicas en humanos de medicamentos para la Big Pharma (los grandes laboratorios farmacéuticos).

El mercado de los ensayos clínicos:

Esto nos lleva a recordar que en 1993, durante el gobierno de Carlos Menem, el nuevo Embajador de EEUU, James Cheek declaró al llegar que, además de hincha de San Lorenzo, tenía dos grandes áreas de negocios bilaterales para desarrollar.

Una era la introducción de cultivos transgénicos, principalmente soja, en nuestra agricultura. Y la otra era el desarrollo de la práctica de ensayos clínicos de nuevos fármacos para los laboratorios farmacéuticos.

Después de más de 25 años, todos conocemos la expansión de los cultivos de soja y maíz transgénicos, la trasformación social que ocasionó, sus ventajas económicas y el perjuicio ambiental y sanitario que esta producción acarrea.

Es menos conocido el crecimiento del negocio de los ensayos clínicos: la Big Pharma necesita generar nuevos productos para el mercado de medicamentos cuyas patentes le reporten ganancias rápidas y exorbitantes, para ello debe probar, testear, comprobar la eficacia de los mismos en pruebas clínicas en pacientes humanos.

Estos son los ensayos clínicos que se realizan suministrando la nueva molécula a pacientes con arritmias, cánceres, epilepsias, infecciones, etc., y contrastando sus respuestas con un grupo de pacientes control al que se le suministra un medicamento viejo o incluso placebo.

El gran desarrollo de estas prácticas ocurre luego de la instauración del paradigma de la ciencia neoliberal (E. Lander 2001) en Estados Unidos.

Ahora ya no «descubren» la cura de una enfermedad, sino que la «inventan»

La modificación de la Ley de Patentes trasforma el concepto de los descubrimientos científicos, ahora ya no se descubre la cura de una enfermedad, sino que la inventan y, por lo tanto, ese descubrimiento no es propiedad colectiva del conocimiento humano, sino propiedad privada de una persona o grupo que financió la investigación, generando una vergonzosa apropiación de conocimientos acumulados por siglos.

La inversión en la actividad crece año a año y se multiplican las CRO (Organizaciones de investigación por contrato) que llevan adelante pruebas clínicas en cualquier ciudad de cualquier país (aquí los CRO se denominan Centros o Institutos de Investigación Médica, que se encuentran generalmente vinculados a centros médicos privados).

El sistema es muy simple, existe un protocolo de investigación diseñado centralmente para probar una droga en pacientes con condiciones de inclusión precisas en los que se registra las respuestas según el protocolo preelaborado.

Requieren muchos voluntarios (para la vacuna de Pfizer 30.000 personas) que son reclutados por los CROs en distintos países. A los reclutadores (aquí se hacen denominar investigadores) se les paga un monto significativo por paciente que complete el protocolo, por cánceres en estadios específicos pueden llegar a pagar U$S 10.000 por paciente, en neumonías por neumococo U$S 400.

El paciente no recibe ningún pago, cínicamente dicen que eso sería antiético.

Con el dinero por cada paciente el CRO tiene que resolver el cuidado del voluntario, algo que aquí no lo hace y todos los gastos son afrontados por su obra social o el hospital público y ese dinero queda para el investigador, un gran y próspero negocio que inaugura una nueva categoría: el tráfico o trata de pacientes.

En los años ’90, más de 25.000 argentinos prestaron anualmente su cuerpo a los laboratorios para la prueba de drogas.

Según El Cronista.com, el año pasado el mercado global de ensayos clínicos movía 20.000 millones de dólares y España y Alemania eran los más activos, acumulando el 10% de la inversión.

Argentina había reducido su participación por las exigencias de ANMAT, pero desde 2016 se aceleraron las autorizaciones y ya llegaba a 1,7% de la inversión global, unos 267 millones de dólares, comprometiendo la salud de más de 100.000 personas.

Las expectativas durante el gobierno de Macri eran captar, como España o Alemania, 1.000 millones de dólares anuales para nuestro mercado de pruebas humanas.

Estas prácticas fueron intensamente reguladas en los países centrales debido a las denuncias de abusos.

Es así como se exigen seguimientos a largo plazo, la mayoría de las veces, por toda la vida del voluntario ya que se desconoce en qué momento puede aparecer un efecto adverso grave.

Por ello se les exige que se les asigne un seguro de salud de por vida, algo que no se exige en la Argentina, ni en Brasil, ni en la India. Acá es mucho más barato y nuestros médicos son excelentes en completar los formularios de datos clínicos que son analizados a nivel central.

Pruebas de Vacunas:

Las vacunas son las preferidas de la Big Pharma, sus consumidores son los sanos, muchos más numerosos que los enfermos que sólo en esa condición necesitan un medicamento. La historia está llena de dolorosas y trágicas experiencias.

En la Argentina los médicos Héctor Abate y Miguel Tregnaghi fueron condenados por la muerte de 16 bebes de familias de bajos recursos vacunados en pruebas de un laboratorio que hoy es Pfizer.

Las vacunas han generado una controversia mundial entre defensores y detractores sobre todo desde que la Big Pharma y Bill Gates lograron controlar los comités claves de la OMS y la FDA norteamericana.

Un tufillo a negocios pocos éticos rodea todo el tema, y una de las más preciadas herramientas de la medicina moderna es puesta en duda, muchísimas veces con razón, porque ha sido absolutamente prostituida.

Los médicos, sobre todo los pediatras honestos (que somos la inmensa mayoría) necesitamos construir una Vacunología Crítica que pueda separar la paja del trigo en un campo muy revuelto.

Vacunas maravillosas pararon la poliomielitis, la viruela y el tétanos. Otras mataron miles de personas.

La tragedia reciente de SANOFI es esclarecedora y no queremos que se repita frente a las vacunas para coronavirus.

La empresa de origen francés desarrolló una vacuna para el Dengue, la Dengvaxia°, que logró autorizaciones en Estados Unidos y en la OMS de la mano del doctor Antony Fauci, el epidemiólogo jefe en el gabinete de Trump y uno de los más fuertes lobistas de la Big Pharma.

Esa vacuna, cuya patente parece estar también a nombre del doctor Fauci, se aplicó en 600.000 filipinos entre 2016 y 2017; el problema fue que en la epidemia que sufrieron en 2018 y 2019 muchas de las personas previamente vacunadas desarrollaron la forma grave del Dengue, y recién cuando los niños muertos llegaron a 600 el derechista Presidente filipino Rodrigo Duterte prohibió la vacuna.

SANOFI, según el mismo artículo del Cronista.com, tiene 80 empleados en Argentina, pero cuenta con 450 investigadores externos que se desempeñan en 320 centros de investigación desde donde llevan adelante 35 ensayos que comprometen a un promedio de 87 personas por estudio.

Vacuna Coronavirus en la Argentina:

Vacunas contra Virus del Dengue, el virus de la bronquiolitis (VRS) y sobretodo coronavirus u otros, no generan una respuesta que impida la infección y muchísimas veces, en forma paradojal, generan casos muchos más graves que matan a las personas o las comprometen en su vitalidad. Esta respuesta no depende de los niveles de anticuerpos que la vacuna genera.

La bronquiolitis en los niños menores es un problema de salud pública, porque mata a muchos bebés todos los años, no tenemos medicación eficiente para esta enfermedad y solo se cuenta con sostén hasta que el cuadro remita. Una vacuna segura sería lo ideal, pero todas las vacunas para este virus desarrollaron alta mortalidad en animales de pruebas.

Coronavirus nos afecta en la niñez, provocando cuadros respiratorios de vías aéreas altas. Los niños menores de 2 años desarrollan en promedio 12 episodios de este tipo de infección, incluso con fiebre, muchas de ellas por rinovirus o coronavirus.

Para la industria habría sido un gran negocio incorporar a los calendarios oficiales una vacuna contra coronavirus, si hubieran podido desarrollarla.

No lo lograron porque por más que elevaran los anticuerpos muchos individuos hacían formas graves de la enfermedad.

Eso pasó también con coronavirus del SARS 1 (primo hermano de coronavirus de la actual pandemia).

Pfizer y BioNTech quieren probar en argentinos una nueva vacuna para coronavirus SARS 2 con tecnología de ARNm.

Varias cuestiones son muy polémicas, para no decir peligrosas: se aplica una forma de evaluación amparada por el doctor Fauci que se denomina “Programa Velocidad de la Luz”. Con el objetivo de lograr rápido la vacuna se omiten, no se realizan directamente, pruebas en animales. Vamos directamente a los humanos.

La tecnología de vacunas ARNm nunca se utilizó para infecciones, es un recurso para generar inmunidad celular en cáncer, es decir, que células killer propias se dirijan a destruir células tumorales del propio paciente.

En este caso consiste en introducir un gen sintético ARN a las células inmunitarias para que estas fabriquen la proteína S de coronavirus y que posteriormente la presencia de esa proteína S genere la respuesta de anticuerpos que evite la infección.

Muchos investigadores incluso de Harvard expresan preocupación porque se desconoce la seguridad y es biológicamente plausible que genere efectos secundarios como inflamación sistémica y respuestas autoinmunes inesperadas.

Aparentemente hubo ensayos en Estados Unidos con 45 adultos sanos que desarrollaron anticuerpos. Pero la presencia de anticuerpos no significa que neutralicen al virus, pueden opsonificarlo (fijarlo) y generar una cascada inflamatoria muy difícil de frenar para lxs terapistas.

El ensayo debería incluir seguimiento a largo plazo y verificar que la respuesta se genera en la realidad cuando los vacunados con títulos altos de anticuerpos entren en contacto con el virus circulante en la comunidad.

Allí es cuando se debe verificar la verdadera eficacia clínica (no bioquímica) de la vacuna, si se infecta o no, si se enferma o no y observar reacciones a largo plazo, mínimo 5 años.

Hoy Pfizer pretende probar en pocos meses respuestas bioquímicas y no asume ninguna responsabilidad a mediano ni a largo plazo. ¿Debemos esperar una posible catástrofe como en Filipinas?

Pfizer es una empresa con un profuso legajo de transgresiones éticas en todo el mundo. Sus acciones en Nueva York subieron un 2% cuando se conocieron los resultados de la fase 1 con los 45 voluntarios americanos (BioNTech tuvo una acreencia del 8% en sus acciones).

En 2009 en Estados Unidos, Pfizer tuvo una condena porque había pagado sobornos a médicos para que recetaran cuatro medicamentos, entre los que se encontraba un antiinflamatorio retirado del mercado en 2005 por preocupaciones sobre su seguridad.

En 2012 un tribunal de Buenos Aires lo condenó por “conducta delictiva” y por “financiar un oscuro sistema de coimas y sobornos a médicos en el marco de la cadena de comercialización de medicamentos” en la Argentina.

En repudio a los altos precios de las vacunas de Pfizer, Médicos sin Fronteras le rechazó una donación de un millón de dosis de vacunas Prevenar 13, utilizada contra la bacteria Streptococcus pneumoniae que produce la neumonía.

Interferencia de vacunas con coronavirus:

Muchos problemas e incertidumbre sufre el equipo de salud enfrentando a esta pandemia, por lo novedoso de la situación que genera la enfermedad y por los intereses que se cruzan y niegan certidumbres.

LA OMS promovió la vacunación masiva con la vacuna antigripal (para virus influenza) antes de la llegada de la pandemia.

A pesar de que un paper de la revista Vaccine de enero de este año demostraba que las personas vacunadas contra el virus influenza tenían un riesgo casi del 40% de infectarse con coronavirus, o sea que estábamos poniendo una vacuna que datos recientes generados en más de 3.000 personas mostraba que esa vacuna aumentaba el riesgo de infección por coronavirus en general.

Ahora en julio aparecen los primeros informes de hospitales y geriátricos españoles e italianos donde se encuentran que los pacientes que murieron estaban vacunados contra influenza de una manera significativamente mucho mayor que los muertos no vacunados con la antigripal.

El argumento para colocar la vacuna era evitar la sobreinfección con más de un virus, algo que las series de casos de los hospitales de Nueva York demostraron que fue prácticamente inexistente.

Conclusión: los laboratorios vendieron todas las vacunas antigripales que pudieron fabricar y los Estados presurosos compraron, por no aplicar criterios a análisis críticos independientes y honestos.

Lo único que nos queda ahora es esperar que la ANMAT resista con dignidad la presión del lobby farmacéutico y el gobierno priorice la salud de la población desechando el canto de sirenas de una vacuna por demás improbable.

FUENTE: El Cohete a la Luna
Por Medardo Ávila Vázquez

El Presidente anunció la creación de nuevos test nacionales para detectar el coronavirus

Desde la Residencia de Olivos, Alberto Fernández anunció la creación por científicos argentinos de un test de diagnóstico rápido para la detección del COVID-19.

El Presidente presentó un test de diagnóstico rápido de coronavirus desarrollado en Argentina

El presidente Alberto Fernández presentó hoy un kit de diagnóstico rápido y económico desarrollado por científicos argentinos para detectar el coronavirus.

El Neokit -Covid19 permite obtener resultados en menos de 2 horas con similar sensibilidad que las técnicas actuales de PCR y fue aprobado por la ANMAT, según se informó oficialmente.

Está previsto que el nuevo test de diagnóstico rápido sea utilizado por el sector público en el marco de la estrategia del Ministerio de Salud para el diagnóstico del coronavirus.

Los primeros 10.000 test serán producidos en los próximos 10 días y en el corto plazo se podrían elaborar 100.000 test por semana, informaron desde el Gobierno.

«Estoy muy contento. Esto nos permite enfrentar el control de la pandemia de otro modo», aseguró el Presidente durante la presentación en la Residencia de Olivos, en la que estuvo acompañado por los ministros de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Roberto Salvarezza; y de Salud, Ginés González García.

«Tenemos la mejor calidad humana científica para ofrecer estas respuestas», destacó el mandatario y remarcó: «Esto lo han hecho investigadores argentinos y lo produce un laboratorio argentino, esto es tan importante para el desarrollo de un país porque demuestra que no dependemos de otros, que podemos hacerlo nosotros, esto es soberanía, y eso es lo que todos deben entender».

En ese sentido, dijo estar «muy contento por muchos motivos». «Primero -siguió- esto nos permite enfrentar el control de la pandemia de otro modo. No es el mejor modo ver cuántos de nosotros estamos inmunizados, que es lo que hacemos hoy con el test rápido, sino que nos permite conocer rápidamente quién está infectado y quién no, y tratarlo a partir de allí».

«También nos permite conocer quién está infectado y no tiene síntomas, que es uno de los problemas de los que siempre hablamos», acotó el jefe del Estado, poco antes de la conferencia de prensa.

Cómo fue el proceso de desarrollo del kit

El kit de diagnóstico rápido fue desarrollado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el Conicet, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y por científicos y científicas del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein (Conicet – Fundación Pablo Cassará).

Se realizó con fondos del Gobierno nacional y estuvo a cargo de un equipo de investigación del ICT Milstein – CONICET, liderado por Adrián Vojnov e integrado por Carolina Carrillo, Luciana Larocca y Fabiana Stolowicz, y Santiago Werbajh, de la Fundación Cassará.

Por su parte, el ANLIS-Malbrán contribuyó con la provisión de las muestras de ARN purificado de pacientes positivos y negativos para el test de validación.

El Neokit-Covid19 permite testear muestras de ARN y no requiere equipamiento complejo (como los termocicladores en tiempo real).

El método que se usa en la actualidad para hacer el diagnóstico y el monitoreo es la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) en tiempo real, que conlleva una duración de 7 horas, y el resultado es informado al día siguiente.

El nuevo test, que constituye un logro del Estado nacional en el marco de la pandemia de coronavirus, también tiene la ventaja de que puede mantenerse a temperaturas de entre 4 y 8 grados, sin la necesidad de un freezer.

También participaron del encuentro la titular del Conicet, Analía Franchi, y los científicos Adrián Vojnov y Carolina Carrillo.

Tras el anuncio, el Presidente le presentó los kits al Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y a su vicejefe Diego Santili.

La reunión tuvo lugar también en la Residencia de Olivos, según el registro fotográfico difundido por Presidencia de la Nación, incluyó también la participación de los ministros Ginés González García y Roberto Salvarezza, y del secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.

FUENTE: Telam